miércoles, 25 de noviembre de 2015

Los mundos de Coraline



El cuento más famoso para ver en Halloween –aunque sea una película navideña- es la estupenda e imaginativa Pesadilla Antes de Navidad. Sus autores volvieron a colaborar quince años después para realizar otro ejercicio de pura magia y fantasía y, ya que nos lo re-emiteron en el cine, decidimos disfrutar del interesante ambiente de esta aventura mágica.

Desde un primer momento podemos ver que esta adaptación de la novela de Gaiman es una propuesta que sabe ser diferente. Es fácil identificarse con la Coraline inicial: llena de frustración, ignorada por sus seres queridos y deseando tener una vida completamente distinta de la suya. El azar propone un giro radical de su rutina, convirtiéndola en el centro de un mundo lleno de colores, magia y sueños cumplidos que gira a su alrededor. Todo está al alcance de su mano, pero no todo es tan bonito en el reino de los botones. Los grandes sueños requieren de un peaje muy alto y, a veces, unas renuncias pavorosas.

Los Mundos de Coraline rebosan buen gusto y talento visual. Las situaciones estrambóticas se mezclan con detalles brillantes y mágicos, componiendo un Universo que es toda una invitación a imaginar, a dejarse llevar y huir de una realidad huraña y desagradable, pero como la sonrisa que esconde una bestia, también es hogar de pesadillas, dónde la salvación y el peligro se acercan más de lo debido. 

El diseño que subyace en todo el film es magnífico, fabuloso. Es terriblemente tétrico y, al mismo tiempo, prodigiosamente colorido. Es entrañable y desconcertante. El preciosismo y el lujo por el detalle convierten su visionado en puro placer, tanto disfrutando de lo que aparece en pantalla como admirando las sutiles diferencias entre la realidad y su twisted twin. Las escenas en el jardín tenebroso son canelita pura, un desborde de imaginación bellamente plasmado. 

La novela de Gaiman es una encantadora historia tenebrosa, un cuento para niños que no es para niños, que brota de su fértil imaginación para hacer posible lo imposible. Selick y Burton se las arreglan para destilar a la perfección el alma que habita en su interior y aprovechan la animación para convertirla en una realidad poderosa e impactante. Como una suerte de País de las Maravillas de nuestra era, el reino de los Botones y sus habitantes son aterradores, excéntricos y desasosegantes, pero al mismo tiempo deslumbrantes, cercanos y adorables. Todo es oscuro y trágico, pero al mismo tiempo está lleno de lirismo y creatividad sin perder ni una pizca del humor tan perverso y característico de nuestro forjador de palabras favorito.

Su punto más débil se haya en la trama, claramente infantil, que resultará insuficiente para aquellos más curtidos y ávidos de más complejidad. Como si fuera un capítulo de pesadillas, su historia es decididamente facilona, dando todo mascadito para que los más pequeños de la casa no se pierdan. Si no fuera por la belleza y la tenebrosidad de su animación, ningún adulto querría acercarse mucho a ella, pero pobres niños, la de escenas enfermizas y malignas que hay para ellos. Al contrario que su trama, su puesta en escena es demasiado adulta y terrorífica para los pequeños y, quizás, demasiado simple para los adultos que han perdido la capacidad de emocionarse.

En verdad es como una película de terror infantil adecuada para niños valientes y niños grandes que quieran volver a ser pequeños durante noventa minutos. Recomendable para todo aquel que quiera ver algo diferente, alejándose de las propuestas más comerciales pero sin por ello perder ingenio e imaginación. Simple y degustable como un cuento tétrico y adorable.

Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.1

A mí el momento que más "terrorcillo" me despertó fue cuando le comentaron a Coraline que sólo tenía que hacer una cosa para quedarse en el Otro Lado para siempre. Era de miedo ver cómo hablaban tan tranquilamente de coserse botones en los ojos y elegir el color de los mismos...

P.D. Adoro al niño raro amigo de Coraline, tanto el real como su alter ego. Es posiblemente el personaje que más simpatía me ha despertado de toda la película, y su otro yo me dio mucha pena cuando la Otra Madre le castigó de esa forma tan... simpática por querer ayudar a Coraline

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