Es dificil empezar una crítica/reseña de una serie TAN buena cuando además encuentras por ahí otros ejemplos de gente que hace estas cosas mucho mejor que tu, como en JotDown, o en nuestros mismos Cinéfagos, pero uno va a intentarlo, que en estas cosas, a cansino me ganan pocos.
Hace ya unos años,
acabada los Soprano y con su “sucesora” los Tudor dando los últimos coletazos,
todo seriéfilo empezó a salivar cuando el mismo Scorsese firmaba el piloto de
una serie que planeaba devolver todo el glamour de la mafia en la pequeña
pantalla. Si la HBO ya es famosa por sus desmesurados presupuestos, en BE la
cifra se hacía escandalosa. Concebida desde un inicio para dar un señor
puñetazo encima de la mesa y dejar claro que la HBO es la mejor haciendo series
del panorama actual.
Y vaya si se queda a
gusto. El imperio del paseo marítimo que “Nucky” Thompson ha montado durante la
ley seca es tan grandilocuente como ambicioso. Atlantic City florece bajo su
manto, al servir de puerta de entrada a cualquier licor que pueda interesar a
todos los bares clandestinos de medio Estados Unidos. Desde un conjunto de
locales en un puerto marítimo menor hasta influir con senadores, gobernadores
e incuso presidentes. Nucky es un tiburón en un mar peligroso donde deberá
colaborar y enfrentarse con las grandes familias del crimen organizado. Capone
en Chicago, Luciano en Nueva York… Uno de los inesperados logros de Boardwalk Empire, sin embargo, lo
encontramos en la manera en que el show revela las incoherencias de su tiempo,
eliminando capa a capa la pulcritud de la sociedad para mostrar un oscuro mundo
de criminales y políticos colaborando para que el licor siga fluyendo.
No sólo la elección de
Steve Buscemi (por fin protagonista absoluto de un show de esta magnitud) es
perfecta para el carácter buscado para su personaje (contrapunto claro al
excesivo Tony Soprano), sino que el resto del elenco (Kelly MacDonald, Shea
Whigham, Michael Shannon, Stephen Graham, Michael Pitt, y un carro enorme de
nombres) realiza un trabajo impecable para dar vida a unos personajes
impecablemente trazados y fantásticamente aprovechados, esculpidos en una época
más brutal y primaria de la que no parecen haber salido. Eli Thompson, Van
Halden, Chalky White, Mickey Doyle… Los aceptas con sus bajezas y sus errores,
plenamente humanos, capaces de los peores errores y las redenciones más
implacables. A su alrededor, los grandes nombres de la época: Al Capone, Lucky
Luciano, Arnold Rothstein… leyendas que contribuyeron a forjar un país
Cada escena en BE es una
obra de arte. Cada una de ellas está concebida buscando la grandilocuencia, con
intención de dejar patente que no hay otra serie como ésta. Decorados,
escenografía, ambientación, vestuarios, banda sonora (con lo mejor de lo mejor
de los años veinte), aderezado con un guión como se ven pocos. En vez de seguir
el esquema normal de una serie por capítulos, cada temporada está concebida
como un único largo de ocho horas. Un
ritmo lento, delos que dejan poso, que preparan con mimo y dedicación cada giro
y cada escena, con unos diálogos que perfilan con dedicación el carácter de
unos personajes que parecen vivos, con los que sufres y disfrutas, a los que
puedes detestar y adorar en un mismo capítulo.
Y cada momento de la
trama es cine del mejor en estado puro. Ya sean los problemas con Darmody o
todas las historias que no se cuentan, la brutalidad de la irrupción de
Rossetti, los problemas con los “tiznados”, la aparición de las primeras “Famiglias”
italianas. Los nombres vienen y van, pero Nucky es Malta, un último bastión
irlandés en medio de un mar italiano. Siempre ávido de poder, de supervivencia
y de encontrar un sentido a su vida, arrepentido por algo, resentido por otras
historias…Amén de todas las subtramas que hay: El hermano, el tuerto, Van
halden, Capone… Un entramado de la mejor calidad.
BE lo tenía todo para
ser la mejor de su momento. Clase, poder, trama, actores, medios… pero su
problema se llamó Breaking Bad, que le robó todo el protagonismo. BE es una
serie que pide atención, dedicación y ganas de saborearrla, mientras que BB simplemente
te devoraba. En cualquier otro momento, BE habría estado en el Olimpo, pero se
vio obligada a palidecer ante la anterior.
Quizás por esta falta de
éxito HBO cortó una temporada y fue directo a una conclusión que no encierra
ningún giro fantasmal final sino que se convierte en una emotiva y sentida
despedida de un puñado de personajes que, a estas alturas, ya se te han marcado
en el alma.
2010-2014. 5 temporadas.
5 películas de 8 horas dispuestas a ser degustadas con calma. Saboreando con
el mejor de los gourmets cada matiz de este vino que la HBOnos ha ofrecido en
los últimos años. Siempre digo que de las 4 series que se deben tener activas
en todo momento, al menos dos tienen que estar dentro de “lo mejor de su
momento”. BE quizás no entró en el Olimpo de las series míticas, pero jugó en
la Champions League de las series con todo el merecimiento.
Nota: 10, 9, 6, 9 y 9
Nota fillmaffinity: 8.0
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