Y he aquí un libro que se ha hecho MUCHO más corto de lo
que uno esperaría de sus 1200 páginas. Es la segunda parte de las Crónicas del
asesino de reyes, que muchos esperaban con ansia.
Título: El temor de un hombre sabio
Autor:
Patrick Rothfuss
Título original:
The wiseman fear.
“El hombre había
desaparecido. El mito no. Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago,
trotamundos, héroe y asesino. Kvothe había borrado su rastro. Y ni siquiera
ahora que le han encontrado, ni siquiera ahora que las tinieblas invaden los
rincones del mundo, está dispuesto a regresar. Pero su historia prosigue, la
aventura continúa, y Kvothe seguirá contándola para contar la verdad tras la
leyenda.”
En su primera novela El
nombre del viento Patrick Rothfuss nos ofrecía una de las operas primas de más calidad de los
últimos años. La historia estaba ambientada en un mundo de fantasía muy
verosímil y muy alejado de la imaginería clásica de la fantasía épica, mucho
más cercano a un steam-punk victoriano que a la Dragonlance. Su estilo denotaba un gran gusto por los detalles y
mucho mimo en la creación de un universo muy “realista” con una gran influencia
Tolkeniana en la descripción del mismo.
La historia continúa justo dónde se había dejado. Kvothe el
“multitarea” había regresado a la Universidad para terminar su primer año. A
partir de allí, vemos como sigue aprendiendo cosas y forjando esa identidad que
le hará famoso en un futuro. Sin embargo, la Universidad se le queda pronto
pequeña a nuestro héroe y se marcha a buscar nuevas aventuras.
En sí, este ejemplo de “lectura ligera” está dividido en 4
historias de unas trescientas páginas cada una. Se agradece que el autor haya
conseguido editarla en un solo ejemplar, en vez de permitir que la editorial
nos torture con tomos de más.
La primera parte va a renglón seguido de la historia
anterior, como si fuera parte del libro anterior pero que, por alguna razón, ha
pasado al segundo tomo. Básicamente, Kvothe sigue molestando a todo el mundo
mientras persigue a su Denna y evita que le expulsen de la Universidad.
En cambio, la segunda parte -la historia del noble- es
totalmente diferente, encontrando muchos elementos de intrigas cortesanas y
juegos de política relativamente entretenidos. Esta parte me agrada mucho
porque parece totalmente una novela de Martin, pero narrada con el estilo de
Tolkien. No es que pasen muchas cosas, pero sigue gustándome el estilo tan
profuso en detalles que utiliza Rothfuss para describir el mundo que rodea al
protagonista.
Luego Rothfuss decide cambiar de ambiente y se va hacia una
fantasía más clásica. Esto destaca mucho de todo lo anterior, ya que, de golpe,
nos vemos transportados hacia la fantasía épica de toda la vida. ¿Está peor
esta parte? No. Sólo es muy diferente. Eso sí, la aparición de las hadas es
toda una sobrada del autor, que quería darse un gustazo con cincuenta páginas
de sexo a “su manera”. Es un poco un pegote, pero sigue siendo divertido.
Finalmente, Kvothe se va a un “país oriental” (ese Assassin’s Creed…) y se pone a aprender
artes marciales como un Karate Kid de
tres al cuarto. Si Rothfuss se había pegado un gustazo para meter la parte
anterior, se pega otro aún mayor para explicarnos cómo Kvothe demuestra que no
sólo tiene cerebro y se pone a aprender Ketan (vamos, kung fu o una flipada
marcial del estilo). Rothfuss le da un cambio de aires radical al ambiente de
la historia y nos manda a un mundo parecido al de Kung Fu Panda y, encima, le queda bien (para mi gusto, lo mejor de
toda la saga, por ahora).
Durante todo el libro, el protagonista único de la historia
es Kvothe, al que vemos cometer las mismas tonterías derivadas de su inmenso
ego y de su gran talento para meterse en líos. Además, el protagonista empieza
a hacerse adulto y añade el sexo a las meteduras de pata -lo que le tiene su gracia, o no-. Si en la entrega anterior te cargaba lo “sobrado” que va Kvothe,
aquí cargará más, ya que el autor le da aún más bola y exagera más su capacidad
de aprendizaje.
Esta segunda parte tiene el mismo problema que el primer
libro, la historia como tal es nimia y poco interesante, pero la manera que
tiene Rothfuss de contarnos todo como una sucesión de mini-anécdotas con un
aire costumbrista en medio de un mundo de fantasía sigue funcionando para que
las páginas pasen como nada. No obstante, sí es verdad que hay más historia que
antes y, como empezamos a ver al Kvothe héroe, la
cosa tiene más gracia que antes.
Al leer una segunda parte, uno siempre teme que el autor no
haya estado a la altura de las expectativas creadas y que el resultado sea muy
inferior a la primera entrega, mientras suspira con que simplemente se mantenga
el nivel. En este caso Rothfuss ha hecho un gran trabajo y El temor de un hombre sabio es mucho mejor que El nombre del viento. Si la primera parte te gustó, ésta segunda
parte te encantará.
Nota: 8
No hay comentarios:
Publicar un comentario