Título: Un asunto pendiente
Autor: John Katzenbach
Título original: Day of Reckoning (el día de ajustar
cuentas)
“Megan y Duncan
Richards son gente normal. Él es banquero; ella, agente inmobiliaria. Tienen
dos hijas adolescentes y un hijo. Todo indica que sus días de activistas
políticos, allá por 1968, han quedado muy atrás. Pero Megan y Duncan son
distintos. Ellos fueron un poco más lejos. Empujados por una hermosa mujer que
se hacía llamar Tania y que dirigía un grupo radical llamado Brigada del Fénix,
tomaron parte en un robo que sería sencillo y sin derramamiento de sangre, pero
no fue así. Han pasado dieciocho años. Y ahora Tania está a punto de salir de
la cárcel, deseando vengarse de las dos personas a las que culpa de lo que
ocurrió aquel día. Empezará por su hijo…”
Para empezar, el resumen está un poco “muy mal” hecho, ya
que la historia empieza cuando Tania ya ha salido de la cárcel y lo primero que
hace es secuestrar al hijo de los protagonistas. Tania era una revolucionaria convencida que no ha cambiado ni un
ápice en los veinte años que ha pasado entre rejas, sigue rigiendose por los
mismos ideales violentos en los que creía y, sobretodo, no olvida que
Megan y Duncan la traicionaron y la abandonaron en la cárcel. Lo único que la
ha mantenido viva es el ansia de venganza, sabe que le deben estos veinte años
de libertad en que han renunciado a aquello en lo que creían y piensa
cobrárselos, uno a uno.
La historia del libro es mucho menos elaborada que otros
libros de Katzenbach. Además, no es una novela negra, ya que la investigación es
inexistente y prima mucho más la descripción de la tensión y la desesperación
en la relación entre secuestrado y secuestrador. Esta simplicidad se explica
porque éste es uno de los primeros libros de Katzenbach. En él ya se notan las
que serán sus principales neuras de escritor: la culpa y los remordimientos, cómo
los errores del pasado vuelven para atormentarte, su extraño gusto por mostrar
lo frágil que es la aparente seguridad en que vivimos y las anormales
reacciones de la gente “normal” al ser trasladadas a situaciones límite. Se
puede reconocer en el libro que algunas de estas ideas no están del todo
maduras y se nota que la trama no está tan bien trenzada ni tan bien rematada
como en otros libros escritos posteriormente -la experiencia es un grado-. No
obstante, a estas alturas ya sabía escribir buenos thrillers excitantes, que te
obligan a seguir leyendo unas páginas más, sin darte descanso, ni respiro
alguno.
Como siempre, Katzenbach se mete muy bien en la mente del
criminal, describiendo con mucho acierto su carácter y enriqueciendo una
historia que se desenvuelve a un ritmo frenético.
Tania: como “mala” y maestra de ceremonias, es la
protagonista indiscutible de la historia. Astuta y maligna, ha planeado
cuidadosamente su venganza durante años y años y sabe cuál es la mejor manera
de atormentar a nuestra feliz pareja para hacerles pagar todas las deudas que
considera que existen -insiste mucho en ello-. Se comporta con una seguridad en
si misma insensatamente elevada, lo que le acaba costando más de un disgusto,
ya que a veces se sobrepasa al intentar prever las reacciones de los demás. No
obstante, es un personaje cuya maldad y creencias están muy bien reflejadas al
que se dota de unas buenas dosis de carisma sobre las que articular la
historia.
Duncan y Megan: antaño jóvenes ingenuos que creían que
atracando un banco podrían cambiar el mundo. Cuando escaparon indemnes
rehicieron su vida y se han convertido en aquello en lo que odiaban -unos
burgueses que cierran los ojos a las injusticias del mundo-, intentando ser
buenas personas que pasan desapercibidas. Sin embargo, siguen teniendo claro
que harían lo que fuera necesario por la seguridad de sus hijos -lo cual no siempre
puede ser lo esperado-. Durante gran parte del libro, se entretienen en
discutir éticamente sobre las medidas que están tomando y sobre el precio a
pagar para proteger lo que quieren realmente. A pesar de que la situación
planteada es ciertamente un despropósito, estos dos personajes y sus reacciones
son perfectamente creíbles y lógicos. Lástima que en las últimas cincuenta
páginas, Katzenbach decida mandar la lógica a tomar viento y claro, los
personajes se resienten de ello.
A pesar de ser más una historia de acción que un thriller, el
planteamiento sigue el mismo patrón que usará posteriormente en muchas de sus
novelas. Una vida aparentemente tranquila y feliz ve truncada su bucólica
existencia debido a la aparición de un ser extraño, proveniente de una vida
anterior, que se creía haber dejado atrás. Una vez rota la armonía, llegan el
crujir de dientes y los lamentos para los protagonistas. Pero ya no hay vuelta
atrás y durante sus 400 páginas no puedes parar de leer. Hay que reconocer que
se echan de menos las atmósferas insanas que Katzenbach sabe crear ya que, aunque
encontramos muchos momentos de tensión impactantes, no llegan a la malignidad
enfermiza a la que el autor nos tiene acostumbrados. El mayor defecto del libro es que Katzenbach
no acierta a rematarlo, dándole un final muy flojo (aún le quedaba por
aprender a terminar bien los libros, parece).
El libro engancha cosa mala, funciona estupendamente y te
atrapa durante todas y cada una de sus páginas. Es verdad que es una obra mucho
más simple que las grandes novelas de Katzenbach -El Psicoanalista o La
historia del loco-, pero sigue siendo entretenido-. Lástima que el final no
acabe de estar a la altura.
Nota: 6
SPOILER: ¿una familia feliz en modo Rambo,
llamando a las ambulancias después de haberse cepillado a nosecuantos malos?
Creía que se había quedado en dejar a la Policía al margen… No, no, el final no
acaba de tener su lógica. Mas bien ninguna.
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