Chungking Express es, ante todo, una película diferente a
lo normal. Dirigida por uno de los autores más particulares de Hong Kong, es
una propuesta ciertamente interesante.
La película nos cuenta las historias de dos policias que,
en su descanso para comer, van al “Midnight Express” de Chungking, un
restaurante de comida rápida de un barrio de Hong Kong. A pesar de que por
medio hay una cierta trama criminal, la película no se centra en el thriller.
El foco se posa en el hecho de que los dos policías están intentando empezar
una relación amorosa -no entre ellos-. El policía 223 acaba de ser abandonado
por su pareja y busca alguien para olvidarla, mientras tanto, el policía 633 es
consciente de que su antigua “follamiga” ya no quiere nada con él y va dando
tumbos para buscar un sentido a su vida.
Aunque hay elementos de thriller o de drama en el film, no
tienen importancia para el director. No le interesa. Kar-Wai se centra en otras
cosas: las causas del amor, la lucha contra la soledad y la búsqueda de la
felicidad; todo ello en medio de una sociedad dónde la gente vive con espacios
vitales muy reducidos, pero muy alejados unos de otros. La trama es una mera
excusa para mostrarnos las dos relaciones, cada una con sus peculiaridades, muy
cercanas a las historias de cada día y, al mismo tiempo, muy alejadas de
nuestra realidad.
ACTORES: Correctos. No se puede decir otra cosa. Cumplen
con suficiencia con lo que se les pide sin tampoco hacer grandes actuaciones.
DIRECTOR: Wong Kar-Wai es famoso en Occidente por ser uno
de los directores de referencia de Tarantino. No es por tener gusto por la
sangre y el esperpento violento, sino porque ambos tienen una manera de narrar
las historias muy particular. Cinematográficamente podrán contar cosas
diferentes, pero hablan el mismo idioma. Toda la primera parte está contada
usando los elementos que veríamos en un thriller, pero con la salvedad de que
se nos cuenta lo que es (o pudiera haber sido) una relación amorosa. La segunda
parte entraría dentro de la comedia romántica clásica, pero con unos elementos
fantásticos simplemente sorprendentes. Lo que se cuenta queda en segundo plano
frente a cómo se cuenta. Kar-Wai nos plantea una película simple, repleta de un
lirismo intrascendente. Puro esteticismo -tanto visual como en sus diálogos-
que no tiene más ambición que mostrarse bella y vacía de grandes discursos. No
se rinde cuenta a la narración, tan sólo al ritmo y a la belleza plástica de
las imágenes.
GUIÓN: Wong Kar-Wai, experto en presentar una historia
rompiendo el hilo espacio-temporal, plantea en esta película dos historias
independientes contadas sin saltos. La primera abusa de las elipsis y las suposiciones
y nos hace añorar a la enigmatica femme fatale de gafas de sol y eterna
gabardina y al policía obsesionado con las fechas de caducidad. Luego vemos la hermosa
historia de una excéntrica camarera (que es un claro precendente de Amèlie) y el segundo policía de la
película. Es una película en la que las cosas que pasan son mucho menos
importantes de cómo pasan, donde abundan las imágenes y metáforas sobre el amor
que el autor te va dejando. Ya sea por su simpleza, su alegría o por lo casi
improvisado de su filmado, la película destila frescura y un ambiente diferente
para explicarnos dos historias del día a día.
Personajes comunes y corrientes que viven con total
intensidad las trivialidades de la vida; como si esa preocupación
insignificante fuera lo único relevante, como si ese amor o desamor fuera lo
más importante, como si las cosas de la vida cotidiana fueran lo más primordial
(situación que uno vive a diario pero que raras veces se representa en el
cine). Es poesía y filosofía cinematográfica, tanto en torno al tiempo como al
amor o la soledad. Las escenas donde el fondo o el primer plano van a diferentes
velocidades que los actores logran mostrar esa plasticidad del tiempo de fluir
según el momento.
Aviso para navegantes: no veáis esta película con motivos
de entretenimiento. Si intentas seguir el argumento o esperas simple diversión,
probablemente acabes frustrado. Si eres capaz -o te gusta- apreciar el estilo
al narrar, si te quieres entretener en reflexionar qué está haciendo Kar-Wai en
cada momento, Chungking Express funciona.
Es una película de un autor minoritario destinada a un público minoritario. Si
estás acostumbrado a los blockbusters hamburguesiles, probablemente te
desconcertará. La película es una experiencia cerebral que se disfruta más según
lo que tú sabes de cine antes de lo que explica el film de la vida.
Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.6
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