Y por fín -con que ganas se ha leído- he acabado Olympo: la
guerra, la 2º parte (bueno, 2.1) de la saga de Ilión. Si bien la primera parte
era un prodigio de mezcla de géneros, aquí la historia se convierte en dos
tramas épicas llenas de acción con ciertos toques de terror en algunos
momentos.
La historia se sitúa 8 meses después de finalizar el
anterior libro. La guerra griegos-dioses ha llegado a un punto muerto tras las
primeras masacres provocadas por los héroes griegos. Mientras Aquiles piensa
únicamente en matar y aniquilar a los dioses, las mentes pensantes de los dos
ejércitos griegos -Ulises y Héctor- se van dando cuenta de que la guerra contra
los dioses no se va a ganar y empiezan a conspirar uno contra el otro mientras
los dioses intentan meter cizaña entre los dos bandos griegos.
Mientras tanto, en la Tierra, los pocos humanos
supervivientes han empezado a armarse ya que ha empezado una guerra contra los
voynix, sin embargo, su inexperiencia guerrera es un lastre muy pesado.
Por otro lado, unos hechos acaecidos en Crater-Paris llevan a Daeman a
sospechar que algo muy oscuro está libre en la Tierra: Calibán
ha sobrevivido. Tiene sed de venganza, y Daeman es su presa…
Los moravecs, que han asistido de espectadores a la guerra
del Olympo, construyen una nave para viajar a la Tierra y salvar a los
humanos, pidiendo a Hockenberry ayuda para reunir todo lo que necesitan.
Las dos tramas principales del anterior libro (humanos y
griegos) cogen fuerza durante el libro y van realmente a fondo. Es un no parar
de momentos épicos e interés realmente divertidos con pequeños impass por parte de los moravecs, que
ven lo que ocurre y dan su “versión” de las cosas.
Encontramos dos fantásticas tramas de acción con la
aparición maestra de una sub-trama de terror a cargo de Daeman. Simplemente espectaculares.
Es muy curioso de ver como muchos de los personajes
-especialmente los humanos- van evolucionando a lo largo del libro:
Daeman: ya no queda ni rastro del pijo niño guapo de la
historia inicial. El enfrentamiento cara a cara con la muerte le ha curtido y
poco a poco se ha ido convirtiendo en un veterano combatiente, con arrestros
para enfrentarse a lo que le pongan por delante.
Harman: el anterior sabiondo empieza a notar la
responsabilidad de ser el más listo y el líder de los humanos. Con abundantes
dudas sobre la corrección de sus actos y frecuentemente abrumado por los
sucesos, hace lo que puede para conseguir que los humanos sobrevivan.
Hockenberry: a pesar de perder importancia, poco a poco va
dejando de ser el cobardica que era y empieza a hacer más cosas. Siempre es el
que pone un punto de sensatez a los hechos que ocurren en Marte.
Aquiles: Si antes era una picadora de carne, ahora está
sediento de sangre. Más peligroso y desequilibrado que nunca, se ha convertido
en un berserker enloquecido que sólo busca matar a los dioses Olímpicos.
Ulises: Sirve de contrapunto a Aquiles, astuto, rastrero,
arrogante y pragmático, se le odia o se le adora dependiendo del momento en que
estemos. Coge protagonismo y tiene toda la pinta de que va a ser importante en
la historia (¿para qué? No idea).
En los primeros libros se le destacaba una prodigiosa mezcla de
registros y un estilo vibrante y sumamente adictivo. En éste, el nivel se mantiene, pero con unas tramas ya lanzadas entrando a matar. El libro sigue
estando lleno de momentos espectaculares.
En Marte, la guerra contra los dioses tiene una epicidad
intrínseca que la hace impactante, y todas las batallas, luchas y
conspiraciones tienen mucha clase y resultan muy atractivas y carismáticas, ¡que se están
pegando contra dioses!
En la Tierra, la trama está bien hilvanada en un crescendo lleno de epicidad, cuando ves
a todos los humanos intentando mejorar para sobrevivir. Además, el relato de
terror a cargo de Daeman tiene las dosis de intriga y tensión suficiente como
para querer ver que ocurre.
Simmons sigue usando a los moravecs para reflexiones
ético-filosóficas con abundantes referencias literarias que sirven de agradable
descanso entre las animaladas que suceden a su alrededor.
Encima, encontramos buenas dosis de ciencia-ficción cuando
intenta explicar científicamente lo que ocurre, encontrando incluso una explicación
“lógica” al hecho de que las tres tramas están ocurriendo realmente en el mismo
universo y al mismo tiempo. Sin embargo, al abusar de tecnicismos, hay alguna
que otra contradicción//error de traducción que puede hacerlo un pelín difícil
de seguir.
No obstante, son 500 páginas que pasan en un suspiro.
Eso sí, adolece del mismo problema que la primera parte de
Ilión: es un libro cortado por la mitad, las tramas no quedan en suspenso,
simplemente, están cortadas a la espera del desenlace (que se quiere ya!!!).
Lo dicho, a la espera de leer su desenlace, es una saga altamente
recomendable.
Nota: 9
No hay comentarios:
Publicar un comentario