ACTORES: Eastwood nos presenta el retrato de un inadaptado,
de un hombre torturado que lo ha dado todo por EEUU, pero que se ha quedado
anclado en un pasado que no va a volver jamás. Walt es un hombre lleno de odio
hacia lo que no comprende, ya que ha hecho desaparecer todas las cosas que
conocía y provoca que no le guste el mundo que contempla. Este maleducado y
malhumorado Eastwood nos recuerda mucho al eterno personaje de Harry el Sucio
entrado en años, cruel y violento, pero con un código de honor férreo e
inquebrantable, por el que daría la vida mientras hace lo que considera que es
correcto. Su actuación es magnífica. Probablemente no hay nadie mejor para ese
papel que él mismo. Lamentablemente, el resto de actores no están precisamente
a la altura. No es que lo hagan mal, pero claro, a su lado, su papel queda
bastante deslucido.
DIRECTOR: Nuestro adorado Clint no necesita pirotecnia, no
necesita explosiones ni historias épicas. Viejo y achacoso y con una historia
muy íntima y personal es suficiente para mostrar su talento. En esta película
consigue una mezcla imposible, hay momentos de comedia de corte racial simplemente
magníficos unidos a un dramón sobre el sueño americano que te deja con mal
cuerpo. ¿Es fácil conseguir esa mezcla? Para nada. ¿Consigue un buen resultado?
Magnífico. Especialmente en su parte inicial, que es toda una muestra magistral
de cómo construir escenas. Realmente, este hombre sabe como construir escenas
con una fuerza y una contundencia enormes con una simpleza y una maestría
abrumadoras.
Es difícil retratar tan bien lo que es el paso del tiempo,
el poco respeto a las tradiciones y la falta de comunicación intrafamiliar como
sucede en la escena del entierro. Este inicio de la película es espectacular,
cada mirada, cada silencio y cada palabra es perfecto. Los primeros cuarenta minutos son ciertamente
poderosos, un planteamiento espectacular, creando a un personaje fantástico,
esas sacadas de pistola, esas miradas que fulminan, esos silencios que imponen… Desde un punto de vista visual, mantiene el aspecto sobrio típico de Eastwood, sin errores ni fisuras. Sin embargo, se
echa en falta que haya alguien que pueda darle réplica, no hay ningún otro
personaje que haga un papel digno en la misma, lo que le resta cierta fuerza. Lo
cual, unido a la topicidad de la historia y la poca fuerza de su parte central,
la convierte en une película menor de este fabuloso director. Eso sí, ya querrían
muchos tener “obras menores” como ésta.
GUIÓN: La película es un perfecto reflejo de las
inquietudes de Eastwood sobre los temas que últimamente le interesan: la
familia, el paso del tiempo, los puentes entre culturas, el respeto a las
tradiciones y el sentido de lo correcto. Sin embargo, la historia es muy simple
y manida, es un simple hombre mayor
conoce a adolescente inseguro y le hace de guía. Cosa bastante vista y
repetida, pero oye, qué bien contada. Las escenas iniciales son una magnífica
tarjeta de presentación que contiene unos diálogos contundentes e impagables. Una
vez transcurrido el planteamiento, el desarrollo transcurre por terrenos
conocidos, sin ningún asomo de fuerza, que desembocan en un final apoteósico. A
pesar de sus grandes diálogos, su invitación a la reflexión y su gran desenlace,
esos baches en su parte central desluce lo que podría haber sido un resultado
maestro, quedándo sólo en “muy muy bueno”. Una historia amarga, sin nada
extraordinario, pero con un tratamiento conmovedor.
El papel de Eastwood, de los de entrecejo fruncido y ojos
como ranuras, es columna central de la película. Parece el típico fascista
xenófobo con arsenal casero, partidario de un gobierno de hierro y capaz, en
una ventolera, de perpetrar una matanza desde una azotea.
Los diálogos son muy parcos, como si el guionista tuviese
que pagar él un tanto por palabra. Pero en los silencios y sobreentendidos
aparece de cuando en cuando un gesto mínimo, contradictorio con la imagen del
personaje. La intriga creada en el espectador, acerca de la verdadera
naturaleza y evolución del personaje tras la máscara, tira con fuerza del
desarrollo.
Es película sobria, concisa, sin el empaste melodramático y
por momentos efectista de otras cintas recientes del director
Nota: 8
Nota filmaffinity: 8.2
Muchas voces se quejan de que ni la actuación ni la dirección de la película llamaran la atención de la Academia en los Oscars. El mayor motivo es que se
estrenó justo después del momento de las nominaciones y claro, al año
siguiente, cuando le habría tocado su turno, nadie se acordaba de ella. Una
nominación a actor no hubiera quedado mal, pero las fechas fallaron.
Debo reconocer que estos personajes constantemente
cabreados, racistas, patriotas, malhablados, desagradables, pero férreos,
incorruptibles, honorables y extrañamente entrañables me resultan muy
atractivos. Ya sea Walt Kowalski, Ibram Gaunt, Harry Callahan… Me
encantan. Quizás sea
porqué me recuerdan mucho a mi difunto abuelo, duro, huraño y adorable al mismo
tiempo. Se te tiene cariño.
SPOILER: Kowalski
sabe por sus toses sanguinolentas que está listo. Concibe una autoinmolación
que servirá para que caiga la justicia sobre los pandilleros, y sea lavada con
cárcel la afrenta sufrida por su joven amiga. Al caer de espaldas, acribillado, queda con los brazos en cruz. La figura es
mostrada en plano cenital.
Memorable
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