Pues hoy nos ponemos con la reseña de la película que culmina la trilogía de Tom Holland como Spiderman, en uno de los melocotonazos que la “decadente” Marvel es capaz de hacer, pasando de los chorrocientos millones en taquilla sin despeinarse.
¿Dónde habíamos dejado a nuestro trepamuros favorito? La escena post-créditos de la anterior entrega nos mostraba a J. J. Jameson (a sus pies) desenmascaraba a Peter Parker. Así, ahora todos saben quién es Spiderman, lo que ha convertido la vida de los Parker y la de MJ en un infierno. En un momento de desesperación, Spiderman decide recurrir al Dr. Extraño para que haga un encantamiento en que la gente olvide su identidad secreta. La cosa sale mal y ahora lo que tenemos es una cochinadita multiversal que hay que arreglar, para jolgorio del fan y el nostálgico de realidades pasadas.
Sin camino a casa es la película que empezó el festival de propuestas
multiversales que no han dejado de salir en los últimos dos años. Quizás ahora
ya estemos un poco hasta las narices, pero en aquel momento, se trataba de una
propuesta fresca, inusual y – por qué no decirlo – interesante para explorar.
Después, vinieron un buen puñado de propuestas casi clónicas sobre el tema,
pero si nos paramos a ver las fechas de producción, la mayoría de estos
mejunjes de universos comparten tiempos y fechas. Es decir, no son
inspiraciones a raíz del exitazo de ésta, sino que, como suele ocurrir en los
grandes estudios, parecen ponerse de acuerdo para tratar un tema durante un año
concreto en que nos bombardean con propuestas similares (no dudo que comparten
compañía para los estudios de mercado). Por poner un ejemplo, The Flash, que ha sido la última en llegar, fue la
primera en empezar a rodarse, aunque luego pasó DC.
En
medio de toda la expectación generada, la película fue un éxito morrocotudo que
se arrojaba con todas las ganas por un festival de fan-service y nostalgia bien
entendida. De la misma manera que ya se había hecho con Miles y compañía, Watts
se pega el gustazo de recuperar a los anteriores Spideys y juntarlos para un
torrente de momentazos. La química entre McGuire, Garfield
y Holland
es estupenda, provocando subidones continuos cada vez que alguno la lía. ¡Si
hasta en la película se dejan huecos para aplaudir en su presentación en
pantalla! (Y sí, en mi cine se aplaudió con ansia).
El
argumento en sí es una tontada, una mera excusa para juntar las tres sagas como
hemos visto hacer una y otra vez en los cómics. Pero bueno, funciona y
entretiente, que es lo que cuenta. Además, se permite retomar a los Spideys
antiguos “un poco de tiempo después” de sus últimas entregas, con lo que han
tenido tiempo de evolucionar, haciendo patente la redención (¡ay, esa Gwen!) de
todos los temas que quedaron inconclusos en las anteriores sagas, siempre
cerradas a destiempo. Creo tener todas ellas reseñadas (y ya son un puñado de
películas), por lo que ya podéis imaginar el cariño que le tengo al personaje.
Quizás
porque saben que se hayan ante una oportunidad bastante inusual (hay un Universo
Spiderman Sony por ahí…), sorprende la motivación con que todo el elenco se
toma la película. No me refiero a gente que con el automático puesto destacan
sobre casi cualquiera (Cumberbatch, Bacon, Tomey…) sino a actores como Tobey
McGuire y Andrew Garfield, por los cuales parecía que se les había pasado el
arroz y se lo toman muy en serio. Al final parece que todo quedó en nada, pero
bueno, por lo menos nos permitió disfrutar de la estupenda química que hubo
entre todo el elenco.
Además, después de un par de entregas algo flojillas en efectos especiales, volvemos a tener una propuesta que se ha retrasado “un poco” para permitir al CGI hacer su trabajo sin que cante por soleares. Tenemos acción, coreografías vistosas, fuegos artificiales y tres Spideys atizando (que siempre es un gustazo). Cero quejas por aquí.
Dentro del estado general del MCU, esta entrega sirve para dar una pequeña patada a la Línea Sagrada Temporal (sic), cuyos problemas se iniciaron en Loki, continuaron en la película del Dr. Extraño y, se supone, desembocarán en la saga de Kang el Conquistador con unas Guerras Secretas que significarán el reinicio del Universo (o no), y que algún día sacarán (o no). Aquí todavía estábamos imberbes en cuando a cochinaditas multiversales y con que nos dieran nostalgia bien entendida y fanservice ordenadito, todos estuvimos contentos (no hay más que ver los datos de taquilla…).
Y bueno, el desenlace SPOILERS. A ver qué hacen con Holland y el futuro del personaje. En principio, hay firmada para una película más y yo esperaba que Spiderman fuera a ser la base para hacer unos Nuevos Vengadores, pero cada vez más parece que los intereses del MCU no van por estos pastos, especialmente con el guirigay de derechos tan bonito que tienen con Sony. Quizás ese es el motivo por el que prefieren no darle protagonismo (por ahora) y simplemente, dejan las puertas abiertas a cualquier cosa que pudiera pasar en el futuro. Por lo menos, nos permiten hacer una despedida de MJ de lo más bonito (cómo se nota que ella tiene más talento, jué), la escena del cementerio que me toca la patata cosa fina y un reinicio del personaje como un adulto anónimo alejado del glamour de Tony Stark. FIN DEL SPOILER
Sin camino a casa es
un gozo para el fan y para el que ha crecido con todas las películas que se
homenajean. Aventuras y acción bien conjuntadas que, quizás, adolece que puede
saber a poco al profano, que se perderá el chillón de referencias que contiene.
Si esto es la decadencia de Marvel, a muchos les vendría muy bien este nivel de
“decadencia”.
Nota:
7
Nota
filmaffinity: 7.0
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