En Cinéfagos nos propusimos a hacer un especial de todas las películas de Rodrigo Cortés (que podéis escuchar AQUÍ), lo que provocó el tener que repasar toda su filmografía, que no tenía especialmente fresca. Ésta la llegué a ver (seguro que fui de los pocos) en los cines. Como había pasado un buen puñado de años, no la tenía especialmente fresca, más allá de que me había gustado, así que tenía ciertas ganas de revisitarla.
Concursante nos muestra a un profesor de economía con ínfulas de grandeza que recibe el mayor premio de la historia de la televisión. Como es el puto amo, decide empezar a vivir a lo grande, pero las cosas no son tan fáciles para los nuevos ricos, pues a la que fallas una decisión, los buitres están preparados para acabar contigo.
La
película sabe muy bien qué quiere hacer: MOLAR. Y eso es lo que hace,
básicamente. Desde un primer momento te lleva
a toda leche por un torrente de encuadres molones, una puesta en escena
bastante onanista y un continuo de homenajes a los directores que le gustan a
Rodrigo Cortés. Se puede percibir al director novel que tiene ganas de meter
todo lo que le gusta en su primera película, alardeando de lo bueno que es en
cada segundo de metraje. Estos envites suelen ser engendros presuntuosos, pero
no negaremos que le ha quedado bastante bien. El experimento visual puede
cansar, pero no falta tensión, algo de indignación y la típica capacidad de
reconocernos en los pringaos que se piensan que lo saben todo (como nos suele
ocurrir).
La carga salvaje (y un poquito torticera) contra los bancos te hace salir del cine bastante indignado. Vale, viva el mal y viva el capital, pero a la que sabes un poco del tema, podrás apreciar que se pasa un poco de frenada y resulta maniquea en exceso. Eso no quita que busca lo que consigue: encabronar. Eso sí, más allá de algunos detalles propios de la falta de experiencia, poco hay que criticar al director. La película va a toda leche (quizás demasiado) hacia un final que se cuenta en el primer minuto, en el que sólo has de ser testigo de la cuesta abajo y sin frenos por la que se está arrojando el protagonista. A pesar de su exceso de visceralidad, posee aciertos visuales por todos lados, mientras se mantiene con acierto en la fina línea entre el thriller y la comedia negrísima.
Parte de su éxito se debe al sorprendente buen hacer de Sbaraglia como protagonista. Clava el personaje de tío sobrado y hostiable que se ve superado por las circunstancias. Siempre se agradece comprobar como un actor consagrado confía y cree en un proyecto de un director novel y levanta la película (y una carrera) como nadie a lo grande. Mención aparte tengo que hacer para Miryam Gallego, pues recuerdo lo muy enamorao que estaba de ella cuando vi la película hará hace más de quince años. El verla de Femme fatale en aquella época me dejó tó loco. Ahora, ya más curtido, no puedo sino apreciar su papel de “he pegado el pelotazo y ahora voy a vivir como Dios”, que encarna con suficiencia.
Oir
esto me produjo escalofríos como pocas películas de terror me han causado:
"Lo común: tipo fijo. Un
plazo de amortización de 36 meses con un TAE operativo del 6,7%, sistema
francés, cuota constante de pago.
Poco más de tres millones...al mes"
Es
una primera película que casi cualquier director gustaría de tener. A pesar de
ser el debut de Rodrigo Cortés, éste tiene muy claro qué quiere contar y cómo
quiera hacerlo. Concursante es un thriller que se pasa algo de
pretencioso y quiere molar quizás más de lo que se puede permitir. También te
pega al asiento, va a toda leche y sabe no dejar indiferente a nadie. No es
poca cosa.
Nota:
7
Nota filmaffinity: 6.5
Yo fui otro de los que la vi en cine. No recordaba que el protagonista fuera profesor de economía. La cosa es que si alguien con ese (supuesto) conocimiento la lía tan parda, qué esperar de cualquier otro. Es cierto que no se trata de la historia de la lotería (empiezo repartiendo y *luego* me quedo sin nada), sino que ya de entrada empieza debiendo. Pero aun así…
ResponderEliminarRecuerdo que me gustó, y que para alguien que no esté al tanto de esas cosas (impuestos, …) puede resultar iluminadora.
En teoría, si se hubiera dedicado a vender todo y convertirlo en líquido, habría salido ganando mucho menos, pero sin tanto problema. Pero claro, entonces no teníamos película.
EliminarCortés quiere que el espectador se enfade, y lo consigue :)
Mt