Diría que ésta es la película que más veces he visto empezar en relación a las veces que la he acabado. Aparte de por sus tres horitas bien buenas, es porque en mi colegio era de las pocas que teníamos en inglés. Casi cada año caía el inicio, por lo que me harté de ver la primera hora sin que luego diera tiempo para más. Cuando por fin (en casa) pude acabarla, vaya si me había perdido cosas.
Amadeus nos narra la vida del compositor Wolfgang Amadeus Mozart desde el punto de vista del que fue uno de sus mayores rivales en vida, Antonio Salieri. Este último es un veterano y afamado compositor de la corte que ve, con una mezcla de asombro, envidia y adoración, la fulgurante aparición de su joven rival, cuyas celestiales composiciones musicales nunca podrá igualar.
Y
si veníamos de una película apabullante en su puesta en escena, aquí tenemos
algo todavía más bestia. Amadeus se
ha rodado con todo el fasto de la corte de la época (tremebunda y
fantasbulosa), con un esfuerzo descomunal por recrear la barroca corte del
Emperador José II, con escenarios en muchos casos reales (principalmente,
rodado en los palacios de Praga), y si no, recreados con mimo. La energía que
se ha puesto para deslumbrar y dejar boquiabierto al espectador merece todas
las felicitaciones posibles, especialmente por el éxito con que se consigue.
Si
contamos la vida de uno de los músicos más importantes de la historia, las
música de la película debe ser primordial. Éste es el caso, con orquestas
dispuestas en pantalla para recrear las mejores composiciones de Mozart y
Salieri, en muchos casos con sus óperas correspondientes o en los escenarios
para los que fueron concebidas. Cualquiera que pueda disfrutar de una buena
melodía puede, simplemente, dejarse llevar y gozar de las delicias que depara
Amadeus. En muchos casos, pura maravilla.
El
guión no se queda atrás al presentarnos un detallista retrato psicológico de la
locura. Jugando en torno al hecho de porqué unos nacen con tanto talento y
otros con tan poco, conoceremos la mezcla de envidia y admiración que Salieri
profesa por Mozart. Lo odia por quitarle el puesto en la corte, porque nunca
llegará a componer obras tan extraordinarias, y, al mismo tiempo, no puede sino
maravillarse extasiado ante la grandiosidad que tiene ante sus ojos; siendo él
además, uno de los pocos con los conocimientos necesarios para apreciar
realmente la perfección técnica con que se crea cada obra. Pero no sólo tenemos
el retrato de Salieri, también se nos muestra con profusión la personalidad de
Mozart, tan talentoso como imbécil, de Constance, esposa de Mozart, que soporta
todas las excentricidades habidas y por haber, manteniendo al compositor en
condiciones de seguir trabajando (o con vida), o del propio emperador, un niño
grande caprichoso que goza ante su nuevo juguete.
Todo esto no se sostendría sino es por el espléndido trabajo de todo el elenco actoral. F. Murray Abraham se hartó de cosechar premios con su trastornado, envidioso y extasiado Antonio Salieri, Tom Hulce se luce en un dificilísimo trabajo con el excéntrico y atormentado Mozart, sin que por ello Elizabeth Berridge o Jeffrey Jones se queden muy atrás. Lo dicho, magníficos todos.
Y
es que en esta película todo está bien. Pantagruélica en su ejecución,
grandilocuente hasta decir basta, pero con un continuo de escenas deslumbrantes
que sólo se pueden gozar y gozar. Milos Forman es un director que disfruta
llevando estos proyectos transatlánticos, que sabe sacar lo mejor de sus
actores y, además, hila historias como pocos. Quizás el mayor pero que se le
puede hacer al film es que sus tres horas pueden acabar cansando, pero joé, es
una pasada. También puede pasar que Mozart te la traiga al pairo, pero entonces
no sé qué haces con tu vida (jé).
Otro pero que se le suele poner, ahora que me acuerdo, es que la película no es realmente biográfica. Exagera una rivalidad que no fue tan visceral, cambia canciones de sitio y lleva a un desenlace algo diferente del real, pero con este resultado, ¿qué más da?
En
conclusión, todo es fabuloso en esta ficticia historia de tremenda verosimilitud
histórica. Sus escenarios, las actuaciones y su dirección son tan divinos como
su música. Puro placer.
Nota:
9
Nota
filmaffinity: 7.7
MEDIOCRES
DEL MUNDO, YO OS ABSUELVO
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