miércoles, 21 de abril de 2021

El maestro de esgrima (Arturo Pérez-Reverte)

Otro libro que cae como parte de la Cesta’13, en este caso, el número 45 de la misma. Siempre es un placer leer a Pérez-Reverte, aunque no siempre me interese lo que me cuenta.

Título: El maestro de esgrima

Autor: Arturo Pérez-Reverte

“El maestro de esgrime Jaime Astarloa sobrevive como puede en el caótico y convulsionado Madrid de 1868. Ajeno a la corruptela de la clase política y a la decadencia de la alta burguesía, imparte sus clases entre los ricos y privilegiados cachorros de la alta sociedad. Para Astarloa, las luchas intestinas entre monárquicos y republicanos pertenecen a una realidad aparte y sus viejas añoranzas de tiempos más nobles le mantienen marginado de la agitada vida política de su tiempo. Pero, arrastrado por las circunstancias, el viejo maestro deberá nuevamente tomar partido y dejarse arrastrar por los espinosos designios de la aventura.”

 Y como suele ocurrir, otra vez un libro que no es lo que parece que va a ser. El maestro de esgrima pasa por ser una obra que caería en el saco de la novela noir, con la salvedad que está situado en la corrupta España de mediados del Siglo XIX. Coge los tropos más manidos del género y los adapta a su manera para dar lugar a este curioso libro. Utiliza la anacrónica figura de un maestro de esgrima (duelista) en una época que ya se ha convertido en un deporte para crear al antihéroe que tiene que hacer lo correcto muy a su pesar. Luego aparece una femme fatale (una esgrimista secreta de ojos violeta, toma ya) y la cosa se lía y así tenemos muertes, abusos de los poderosos y venganzas más allá de la tumba.


Sin embargo, se trata de una propuesta inesperadamente simple, especialmente cuando hablamos de Pérez-Reverte. En El maestro de esgrima no encontramos ese poso de trasfondo y profundidad que suele haber en sus novelas. Que sí, que de fondo tenemos el revuelto Madrid de la época, que tiene mucho de interesante, pero en ningún momento se convierte en un personaje más de la novela, ni realmente palpamos el ambiente ni hay un desfile de personalidades que sí realiza en obras de similar longitud, como las Aventuras del Capitán Alatriste. Lo más destacable se halla en la descripción de las técnicas de esgrima, con hincapié en la Verdadera Destreza y su mística, pero es casi lo único realmente reseñable de la novela.

Esta diferencia de calidad respecto a lo que hemos llegado a ver de este autor se halla en el hecho de tratarse de un libro de 1985, escrito por Reverte con apenas 35 años, con lo que es posible que no tenga un estilo tan pulido.

Los personajes también aparecen desdibujados, con secundarios apenas inexistentes y unos protagonistas algo más arquetípicos.



La novela viene protagonizada por Jaime Astarloa, un amargado profesor de esgrima que ha quedado desubicado por los nuevos tiempos, que se conforma con vivir sus últimos días con callada desesperación y mucha arrogancia mientras contempla impotente como el modo de vida al que ha dedicado todo su ser se desvanece en la oscuridad sin que nadie lo eche de menos. Se mantiene orgulloso en unas tradiciones arcaicas por pura testarudez, contento de ser el último vestigio de un tiempo que ya se fue.

Este tropo de personaje parece ser un lugar común dentro de la literatura de Pérez-Reverte, del que conocemos varios ejemplos mejor construidos, con mucho más carisma. Pero bueno, aquí todavía tenemos a un “jovenzuelo”.

Con un personaje así, es obvio pensar que necesitamos a una Dama en Apuros que lo saque de su ensimismamiento. Ahí aparece Adela de Otero, preparada para aportar todo lo que le falta. Se trata de la Femme Fatale de turno, que tiene carácter de Femme Fatale hace cosas de Femme Fatale sin salirse ni una coma del sitio. Bella, misteriosa, experta esgrimista… Y con los ojos violetas, que no falte (lo dice CADA VEZ que aparece).


Al final lo que nos queda es una mezcla extraña entre novela negra, andares quijotescos e influencias de Dumas que no acaba de estar bien cuajada. Es apreciable el savoir faire del autor en todas las descripciones y, sobretodo, en las peleas de esgrima. Sin embargo, peca de tener una historia completamente predecible en la que se puede ver punto por punto qué es lo que va a ocurrir en las siguientes diez páginas sin salirse una coma del guión. Empieza con mucha calma mientras te describe un malestar político que se supone tremebundo pero que al final no tiene ninguna importancia, luego acelera haciendo que pasen mil cositas sin especiales sorpresas y llega a un final que quizás es interesante, pero no lo suficiente para contrarrestar el puñado de páginas anodinas que hemos pasado.

Me fastidia especialmente lo poco que se aprovechan las reuniones de Astarloa con sus amigos en el bar. Los diálogos están pidiendo a gritos el desarrollo de tramas secundarias que luego no se utilizan para nada, quedando como extraños interludios que no hacen más que ocupar páginas sin aportar nada a la historia.

El maestro de esgrima compone un conjunto muy irregular y bastante flojo en su totalidad. Probablemente el peor de los libros de Pérez-Reverte que he leído.  A pesar de su característico estilo y el amor que profesa por los personajes honorablemente anacrónicos, lo único que encontramos con una mínima capacidad de fascinar está en las zambullidas dentro de los esgrimistas, las estocadas y las guardas. Detalles que no logran salvar a unos personajes con poca chicha y un argumento que no da la talla.

 

Nota: 2

Nota goodeads: 3.77/5 

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