Después de nosecuanto tiempo, acaba por fin la saga del
Inquisidor Ravenor, mira que hay cosas que se me alargan siglos…
Título: Ravenor fugitivo
Autor: Dan Abnett
Tïtulo original: Ravenor Rogue (rebelde)
Traducción: Juan Pascual Martínez
“El
inquisidor Ravenor continúa la caza del archihereje Zygmunt Moloctch, una
persecución que ha acabado convirtiéndose en una obsesión personal.
Desobedeciendo órdenes directas de la Inquisición, Ravenor y su equipo se
rebelean y van detrás de su presa de forma implacable. A través del tiempo y el
espacio, se enfrentan a enemigos de poder y astucia ilimitados. ¿Cuánto tendrán
que sacrificar Ravenor y los suyos para salir vencedores?”
Como las otras dos partes de esta trilogía ya se han
pasado por aquí, no voy a dar muchos detalles de lo que ocurre en los libros
anteriores. Simplemente, las circunstancias han forzado que el otrora noble e
intachable Inquisidor Ravenor, defensor de la fe en el Dios-Emperador del
cuadragésimo primer milenio, se ha visto obligado a convertirse en un radical,
traspasando muchas barreras que había jurado respetar, condenando así su alma y
la de sus seguidores, con el objetivo de atrapar al enemigo que ha estado
persiguiendo durante casi toda su vida. Todos los inquisidores parecen tener un
mismo final, aunque en este caso sea de un modo diferente al de su maestro
Eisenhorn.
Lo que más reina leyendo el libro es la confusión. Sus
personajes se hayan en territorio desconocido, tanto física como
psicológicamente, lo que el autor intenta reflejar jugando a escamotearte las
referencias temporales y las localizaciones. Este juego te obliga a estar a
tope para rellenar los huecos, consiguiendo algunos golpes de efecto
magníficos, aunque no funcione del todo bien a lo largo del libro.
Además, se cambia el tipo de narrador, volviendo a una
tercera persona más convencional. En su momento me había quejado de la extraña
decisión de Abnett de que fuera el propio Ravenor quién nos contara su
historia, pero aquí he echado en falta este curioso punto de vista, como que
verlo otra vez de fuera tiene algo menos de gracia.
Jugando con la inestabilidad en que se mueven todos los
personajes, estos quedan algo desdibujados. Son bien reconocibles y siguien
cumpliendo sus roles (Nayl para la
fuerza bruta, May para la
tecnología, Swole para las
infiltraciones, Plyton para investigar…) Como es una tercera parte, Abnett dedica cero segundos a
presentarlos, por lo que más vale que los tengas frescos (algo normal, por otra
parte).
Curiosamente, los que tienen más mimo y desarrollo son
los antagonistas de la historia, que en este caso pasan de ser susurros
escondidos a pie de página a convertirse en personajes de pleno derecho, con
una caracterización bien conseguida.
El que había sido el archienemigo Zygmunt
Molotch se nos presenta así como un
claro reverso oscuro de Ravenor. Tan genial como el inquisidor y con un séquito
de indudable talento, simplemente se mueve por intereses egoístas en vez de
seguir las doctrinas de la fe. Indudablemente, su total falta de escrúpulos y
el escaso amor que profesa a la vida humana ajena hacen más fácil el que se
haya convertido en un asesino de sistemas planetarios. Abnett deja patente con
habilidad que ambos podrían haber acabado en la posición del otro si,
simplemente, las cosas hubieran sido diferentes.
Por su parte, el traficante de drogas Orfeo
Culzean despliega las toneladas de
cinismo del que le habíamos visto hacer gala para ayudar, a su manera, al bando
de los buenos, pues si no hay nadie que consuma sus productos, se queda
entonces sin negocio. Es un pirata mezquino y desagradable, sin ningún amor por
la ley o el respeto, pero no tiene ningún interés en acabar con la humanidad.
Como dice él, un honrado saqueador con “pecadillos menores” al lado de otros
personajes mucho más inmundos. No tiene nada de buena persona, pero se hace
querer, el jodío.
Pese a que el ambiente es algo extraño, sí que tenemos
todo el ritmo y toda la acción peliculera marca de la casa de Abnett. La trama
es absorbente, de las que hacen pasar páginas como nada, con un continuo de
escenas molonas a más no poder con las toñas más pasadas de página de toda la saga.
La fumada que se produce cuando se empiezan a mezclar las dimensiones físicas,
psíquicas y disformes es apoteósica. Realmente, es un libro divertidísimo a la
que lo leas del tirón, 400 páginas que se ventilan en un suspiro. Imagino que
flojeará (bastante) más a la que vayas con calma e intentes digerirlo, pero
bueno.
Y bueno, se hace obligado hablar del desenlace. SPOILER ¿Más de
mil páginas para un final tan anticlimático? No negaré que me sentí un poco
chof, pues esperaba algo más salvaje y no que todo se desinflara como un simple
soufflé. Por otro lado, es un efecto buscado por el propio Abnett, pues el
propio Molotch lo comenta: “Se le da demasiada importancia al apoteosis final
cuando no es más que una conclusión.”
Otra cosa, todo el lío que se habían tenido en el segundo
libro con Zael… ¿sirve para algo?
FIN DEL SPOILER
FIN DEL SPOILER
Puede que éste sea el libro más flojo de los tres, pero
realmente no quería que este libro se acabara. Me da un poco de cosita
despedirme de Ravenor y su séquito.
Si os gusta la acción y el estilo del cuadragésimo primer
milenio y habéis acabado los dos anteriores, deberíais leer este libro. Ya
sabes qué encontrarás y de ello hay mucho y bueno. Si todavía no has leído esta
trilogía y te va la acción trasnochada, pasarás un buen rato con ella.
Sutilezas las justas, tampoco lo vamos a negar. Es una hamburguesa, pero una
buena hamburguesa.
Nota: 7
Nota goodreads: 4.26/5
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