A estas alturas no
vamos a sorprendernos de la fama que tienen las películas de Antena3 de domingo
tarde. Su calidad es bien conocida, con cierto regodeo
por parte de la cadena a la hora de buscarlas y programarlas. En el fondo,
tienen su público y es justo lo que demanda. Es lo que se va a ver cuándo se va
a casa de los suegros y adivinad quién es una fan de este género,
considerándolo ideal para echarse una siesta relajada.
En este caso,
tenemos a un par de adolescentes (10-12 años) cuya madre es asesinada
brutalmente. Una de ellas queda traumatizada mientras que la otra apenas se
inmuta por la tragedia. Años después, una accede a hacer de vientre de alquiler
para la otra, pero a medida que avanza el embarazo, aparecen fantasmas del pasado
y las cosas se empiezan a complicar…
Secretos
de familia no lleva a engaños. Desde un primer momento no
hay por dónde coger la película. La fama y la reputación de las películas de
Antena3 está bien justificada.
La lógica salta por
la ventana nada más empezar la película, dando lugar a una trama escabrosa en
la que nada guarda mucho sentido. Sus unidimensionales personajes acumulan
incoherencias y reacciones que no vienen a cuento que tampoco es que hagan
grandes favores al guión. Hay un malo maloso (que tampoco nos enteramos muy
bien de por qué lo es) que quiere hacer la vida imposible a la protagonista y
luego la pantalla se llena de burricidades y otras estupideces de lo más
tremebundo un poco porque patata.
El elenco actoral
bastante hace con salir dignamente de un guión horrendo. Un trabajo hecho con
profesionalidad, sin dejar de tener en cuenta el tipo de proyecto que tienen
entre manos. En ese sentido, quizás se trata del mejor aspecto de la película.
No es algo a
felicitar en exceso, pues el resto de aspectos se acercan peligrosamente a la
vergüenza ajena. La puesta en escena es modesta incluso para los cánones de los
telefilms, rodada en su totalidad en escenarios de IKEA de usar y tirar, con
una fotografía (en HD) desconcertantemente iluminada. A la que investigamos un
poco, comprobaremos que se trata de un telefilm canadiense de una cadena
secundaria, por lo que el presupuesto será probablemente ridículo.
De la misma manera,
la música es completamente funcional, siguiendo todos los tópicos para
acompañar lo que ocurre y remarcar machaconamente todos los CHAN CHAN
rompedores de cada giro de guión incongruente. La cadena tampoco se ha dejado
mucho dinero al contratar actores de doblaje, con entonaciones raras y
sincronizaciones no del todo bien puestas (Apuesto que se ha hecho sin acceso a
las imágenes y sin repasar mucho, casi del tirón).
No es la primera
película de este tipo que reseño. De hecho, estas propuestas suelen ser
proyectos modestos (siendo amables) que mantienen cierta dignidad. Se saben
modestas y de relleno y no intentan ir más allá. Secretos de familia destaca para mal incluso dentro de este género.
No hay apenas aspectos salvables, quedándose en un culebrón insulso que juega a
ser tremebundo sin conseguirlo.
Nota: 1
Nota filmaffinity: 3.4
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