Si eres alérgico al
estilo de Sergio leone, a sus particulares puestas en escena (planos enormes y
extraños, exageración de la épica, dilatación del tiempo y el espacio,
explosiones de violencia exacerbada…), si piensas que el spaghetti mató al
verdadero western, al único, al inimitable, al del Oeste Americano, la visión
de El Bueno, el Feo y el Malo no te hará cambiar de opinión.
La trama se explica
en pocas palabras: El rubio (Eastwood, el bueno) y Tuco (Wallach, el feo) ha
pergueñado un truco para hacerse de oro. El primero entrega al segundo, buscado
en todos los estados, a un Sheriff local. Cobra la prima y entonces, en el
momento del inevitable ajusticiamiento por la horca, corta la cuerda de un
certero disparo de fusil. La sorpresa y la confusión se desatan, y los dos
canallas se escapan juntos para volver a liarla en otro pueblo. Esta asociación
se rompe cuando se enteran de la existencia de un botín de 200.000 dólares en
oro robados al ejército sudista y enterrados en uno de los numerosos
cementerios que jalonan los caminos después de la Guerra de Secesión. A partir
de ese momento, cada uno lucha por ser el primero en encontrar el tesoro, pero
otro personaje se entromete en el asunto, el temible Sentencia (Lee Van Cleef,
el malo).
Pero bueno, ahora en
serio. Vaya pasote de película. Mediante un desarrollo episódico que se divide
en mini-tramas de 30-40 minutos, seguimos las aventuras de los tres personajes,
a los que llegamos a conocer en profundidad (perfectamente visionable a base de
capítulos). El carisma que desprenden estos tres mastodontes es descomunal,
reforzado por una inolvidable banda sonora, un guión construido a base de
frases lapidarias y los extraños juegos de miradas tan propios de Leone.
Elementos que se bastan para ponerte a tope y pegarte al sillón con ganas.
Y qué final,
señores, qué final. Sólo hay que ver la de veces que se ha imitado el duelo a
tres bandas de Sad Hill para ser consciente de su influencia. Tanta tensión
llega incluso a incomodar.
Poco más voy a
añadir. Muchos otros lo han explicado mejor. Sólo que tenéis que verla y ya.
Y recordad: Hay dos
tipos de personas, los que tienen pistola y los que cavan. Y tú cavas.
Nota: 10
Nota filmaffinity: 8.2
PS: Una cosa que
siempre me escama es porqué Eastwood es “El bueno”, si a lo largo de la
película se ve que es tan (o más) traidor y cabrón que el resto. Vale que es
más guapo que los demás, pero…
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