Y ya puestos que estamos
enfrascados con Indiana Jones… Será cuestión de ver la película más redonda del
pack, ¿no? El Dr. Jones ha vuelto a por El Santo Grial. La reliquia de las
reliquias. El mejor McGuffin del cine de aventuras. El objeto por el que Arturo
tiene epopeyas enteras. El mito que ha despertado la imaginación de
generaciones enteras. Esto va a molar, sin duda.
Vuelve Indy convertido en el
intrépido aventurero que todos conocemos. Después de descubrir cómo Henry Jones
Jr. se convirtió en Indiana, nos enteramos de que Indy deberá viajar a Venecia
para ir tras la búsqueda de su padre, desaparecido cuando parecía tener pistas
sobre el paradero del Santo Grial. A partir de ahí, empezará una espectacular
aventura a través de Europa para conseguir el Grial antes que los nazis.
Indy llega con su aventura más
redonda. La volví a ver junto a alguien que no la había visto nunca (si, aún
hay gente que no la ha visto) y eso me ha permitido re-descubrir porqué la
Última Cruzada es la película que es. He podido ver las reacciones de alguien
que descubría por primera vez los engranajes de una aventura perfectamente
engrasada donde todo fluye a la perfección. Desde la búsqueda de la Cruz de
Coronado hasta el templo de Alexandretta, pasando por la persecución de lanchas
en Venecia, el sidecar de Buchwald, el dirigible de Berlin o el tanque de El
Cairo, la perfecta sucesión de escenas nos brinda dos horas de pura diversión,
golpes de efecto y entretenimiento. Cada gesto de asombro y de diversión (y hay
un MONTÓN) me ha encantado y me ha ayudado a paladear porqué me gusta tanto
esta película.
ACTORES: Al carisma de Harrison
Ford haciendo de Indy se le suma la majestuosidad de Sean Connery, cuyo Henry
Jones Sr. rebosa atractivo y buena química con su “hijo”. La inclusión de su
padre resta protagonismo a la “pareja femenina”, pero el buen humor que
destilan ambos mejora cualquier compañera que le hubieran podido meter. Se
agradece además el retorno de los secundarios que más gancho habían tenido en
las primeras películas, que no hacen más que redondear el conjunto.
DIRECTOR: El equilibro entre
acción, comedia y aventura se maneja de una manera sólo al alcance de unos
pocos directores. Por suerte para todos, Spielberg es de los buenos. La
imaginería ya está creada, ahora sólo es cuestión de usarla a la perfección,
rodearla de una buena historia y buenos actores para mantenerte a la
expectativa y con un continuo asombro durante dos horas. La exótica
ambientación está realizada con el cuidado marca de la casa de Spielberg. La
biblioteca de Venecia, el castillo alemán (y las sillas), Berlín, Jordania… y
un Templo del Grial simplemente alucinante.
Es sorprendente como una simple
escena de acción es capaz de sorprender tanto en su desarrollo. El ritmo es
vivísimo, pura agilidad al servicio de un guión bien trazado y un humor muy
bien encontrado. Ya sea en un tren, en una moto, en una avioneta o en un
tanque, Spielberg realiza un trabajo soberbio escena a escena. La Banda Sonora
de la película se puede resumir en tres adjetivos: portentonsa, poderosa,
magnífica. John Williams llena la película de bellísimas melodías llenas de
fuerza y pasión, de evocadores temas que trasladan a países exóticos y tiempos
más antiguos. Conjuga estupendamente diversión, romance y acción, sin dejar de
lado la magia y la fantasía. Momentos como la curación del Dr. Henry Jones no
serían lo mismo sin la BSO de Williams.
Pero lo mejor sin duda, donde
Indiana Jones lo da todo, donde Indiana Jones está soberbio, es en el final, en
su camino hacia el Grial a través de tres pruebas antológicas. Lo mejor de toda
la saga. Vibrante, emotivo, místico y, para rematar, donde el personaje del
doctor Jones es, quizá por primera vez, no un super héroe, ni siquiera un héroe,
ni un aventurero: es un hombre que se enfrenta a sí mismo. El desenlace. Épico.
Lo mejor de la saga.
GUIÓN: Para cerrar la trilogía,
Spielberg tomó una historia sólida, con miles de detalles puestos en el lugar
adecuado y unos diálogos tan rápidos como desternillantes, adornados con
quiebros de acción y envites humorísticos equilibrados de manera imposible. Los
puzles que envuelven la película tienen la complejidad exacta para intrigarnos
sin confundirnos. Las situaciones planteadas son de una variedad sorprendente,
todas ellas perfectamente entrelazadas.
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El prólogo de Coronado
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El propio epílogo del prólogo (toma ya)
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La X marca el lugar
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La tumba del Caballero
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Los canales de Venecia
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Los tapices
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El mechero
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El jarrón no era Chino
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El sidecar
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Berlín (toma otra dosis de huevos)
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El dirigible
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La avioneta
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La playa de las gaviotas
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El tanque (acaso se puede hacer mejor?)
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Solo el penitente pasará
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El nombre de Dios
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El (maldito) salto del León
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El Grial
TODO
La
última Cruzada es el paradigma de todo lo que representa esta saga: humor
inteligente y despierto; aventura a raudales pero perfectamente bien combinada;
una historia sólida y atrayente; y la búsqueda desesperada de un objeto
arqueológico que es mucho más que un objeto material. ¿El resultado? Una
película mítica.
Nota: 10
Nota filmaffinity: 7.8
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