Pasamos a una de las películas de ciencia-ficción más distintas que se han hecho en los últimos tiempos. Después del sugerente debut que supuso Distrito 9, había ganas de ver la segunda película de este realizador, aunque por diversas causas no pudiera ir a disfrutarla al cine.
En algún momento de un futuro cercano, la
sociedad se ha dividido en dos grandes grupos. Los privilegiados “ciudadanos”
que viven en Elysium una ciudad orbital con acceso a todos los avances
científicos imaginables, y el resto de personas “no válidas” que malviven en la
Tierra, manteniendo los sistemas que hacen funcionar Elysium. Max es un antiguo
ladrón de coches que vive a regañadientes dentro de una sociedad que sabe
corrupta. Un accidente provocará una reacción en su cuerpo que lo matará en una
semana. Ese es el tiempo que tiene para colarse en Elysium y encontrar la cura
para su mal.
El inicio de la película es ciertamente prometedor,
de la misma manera que nos sorprendió con Distrito
9 criticando lo que fue el apartheid (y sus consecuencias) aquí nos
plantea, otra vez en clave de ciencia-ficción, la situación de los inmigrantes
ilegales en EEUU. El planteamiento es magnífico, las ideas son buenas y la
reconstrucción del mundo (que bien le salen estas cosas) está llena de
imaginación y calidad. Pero pasados estos primeros treinta minutos, la película
va perdiendo interés por momentos.
ACTORES: A priori, dos actores como Matt
Damon y Jodie Foster deberían ser capaces de generar buenas actuaciones, pero
sus planos personajes no les permiten otra cosa que comportarse de manera
granítica, lo que no ayuda a sostener la película.
DIRECTOR: Siendo su segunda película, podemos
encontrar una serie de trazos comunes en Blomkamp. Usa y abusa de la cámara en
mano, aunque casi siempre con criterio. Esto no le impide resultar un director
ciertamente sugerente, especialmente en la plasmación de mundos y el buen uso
de los efectos especiales al servicio de la historia y la imaginería.
En este caso, este sucio mundo moderno
ilustra perfectamente lo que puede ser el progreso en las zonas más
desfavorecidas del planeta. Tanto los robots como la tecnología creada están
más que bien hechos, sin ser pretenciosos ni aparatosos, lo que hace que sean
mucho más creíbles y “reales”, el dinamismo y movimiento de los mismos es
sorprendente. De la misma manera, las naves y otros cacharros son muy adecuados
y funcionales.
Sí, mantiene todas sus buenas cosas, pero
también mantiene todos sus defectos. Aunque el planteamiento es bueno, la
historia se le va de las manos a mitad de película y el final es un auténtico
despropósito (otra vez). Le cuesta mantener el ritmo y parece tener problemas
para exprimir la calidad de sus actores.
Elysium tiene los
mismos aciertos y errores que Distrito 9,
pero desde un punto de partida inferior, lo que provoca que la película sea más
imperfecta.
GUIÓN: La historia parte de una premisa muy
lograda y se ayuda (y muy bien) de una estética acertadamente sucia y
trabajada. No obstante, el desarrollo es bastante deficiente.. Ambos
protagonistas, destinados a soportar en sus hombros la película, son
decepcionantemente sencillos y planos. Matt es un boy-scout y Jodie es mala,
mala, mala. Y ahí está todo, la trama pide reflexión y personajes complejos,
pero no están allí.
Se agradece ver una película de
ciencia-ficción reflexionando sobre temas sociales y políticos (así deberían
ser todas), pero la nula gracia de la trama y la absurdez de su desenlace hace
que pierda todo tipo de enjundia y trascendencia. El trazo de brocha gorda con
que se dibujan los personajes tampoco ayuda, claro.
Tiene una historia con buenas ideas, un
planteamiento certero y una estética muy particular y trabajada que se pierde
en un caos confuso y cansino debido a un guion lleno de agujeros.
Nota:
5
Nota filmaffinity: 5.7
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