Dia torrencial. Domingo por la tarde. Nada
que hacer. Ponen una película española (en castellano!) en el cine. A verla,
casi sin mirar. ¿De la Iglesia? Mejor, supongo.
Dos parados algo desesperados ven en el
atraco a una joyería la oportunidad de arreglar sus vidas. En su desastrosa
huída, acaban en el pueblo de Zugarramurdi, dónde un aire siniestro les avisa:
Hay brujas sueltas…
Decir que la película es un esperpento, es
poco. De la Iglesia ha vuelto a la absurdez y la locura de sus primeras películas,
pero con un presupuesto bastante más abultado. Que el argumento sea un tanto
endeble, a veces es incluso perdonable.
ACTORES: Me encuentro sorprendido viendo a
Mario Casas hacer un buen papel. Vale, hace de cani, por lo que apenas tiene
que actuar, pero le queda bien. A su lado, Hugo Silva hace su trabajo con
corrección y lleva el protagonismo de la película. Protagonismo del que
deberían disfrutar más las siempre geniales Carmen Maura y Terele Pávez.
Carolina Bang, esto… bueno, es la mujer del director y está muy buena, no hay
que añadir mucho más…
DIRECTOR: A los que han visto la ya larga
filmografía de Álex de la iglesia, ya sabrán que es un hombre con una
imaginación especial y desbordante, siempre dado a la exageración. El disparate
que es esta película es una buena muestra de ello. Desde el sorprendente atraco
inicial (de las mejores secuencias que he visto en un director español en unos
cuantos años) hasta el esperpéntico desenlace, las imágenes son pura marca de
la casa.
Sí, el inicio es una pasada, ni el atraco ni
la huida tienen desperdicio. Sin embargo, una vez llegan a Zugarramurdi, la
cosa flojea un poco más. La desbordante imaginería se mezcla con una atmósfera
muy trabajada y una muy buena banda sonora, pero a la historia se le va demasiado
la olla y pierde ritmo y gracia. De la Iglesia parece querer llenar los baches
de ritmo narrativo con un montaje frenético para no dejarte descansar. Las
escenas, aunque bien rodadas, pierden el sentido hasta llegar a un clímax
aquelárrico muy bien rodado (excepto una ridícula pelea) en el que cualquier
cosa es posible.
Es una película con un presupuesto inusual en
este país, y vaya si se nota. Maquillaje, escenarios, efectos especiales…
Exprimidito al máximo para crear un ambiente malsano más que bien conseguido.
El desparrame habitual se junta con un tema muy sugerente para hacer una
película muy diferente a las demás, con un humor muy salvaje bastante divertido
y un inicio arrollador, lástima que el guión no esté a la altura.
GUIÓN: Principalmente éste es el problema de
la película. Una vez planteada la trama, todo se pierde en una sucesión de
escenas con poco sentido, personajes forzados (qué sentido tiene el de Carolina
Bang, por ejemplo) y un final que no hay quién cuadre de ninguna manera. Por momentos
la película es caótica, no sabiendo por dónde quiere ir...comedia, terror,
drama, romance. En cuanto se consigue un momento de tensión y llegas a tomarte
en serio las brujas, sueltan algún gag ridículo digno de la serie Aída y fusilan el momento.
Las películas de De la Iglesia son como las
lentejas, o las tomas o las dejas. Al que le gusta, le encantan, y al que no,
las odia. En este caso tenemos una historia que bien haber podrían haber
firmado Pajares y Esteso envuelta en la siempre sugerente atmósfera y mezcla de
géneros que sabe dar este director. Preciosa y con escenas espectaculares, pero
no deja de ser Binguera…
Nota: 4
Nota filmaffinity: 5.9
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