Un clásico moderno, una
reinvención del cine de aventuras, un héroe (granuja) icónico e inolvidable.
Había ganas de darse un banquetazo de buen cine y palomitas.
El hombre del látigo recibe un
encargo inesperado: se han encontrado pistas sobre el paradero del Arca de la
Alianza. Los nazis también andan tras ellas, por lo que su búsqueda se
convertirá en una carrera repleta de acrobacias, disparos, latigazos, ligues,
duelos de chupitos, peleas desiguales, carcajadas, chulería y, sobretodo, diversión.
El comienzo es simplemente
espectacular, constituyendo un tercer acto de una aventura que no vemos: Indy
calibrando el peso del saco de tierra con el del ídolo, la roca gigante
persiguiéndolo, paredes que se cierran, persecuciones indígenas, hasta llegar
al momento en que provisto de una liana se lanza hacia el mar para nadar hasta
el avión, momento en que la mítica banda sonora hace acto de presencia, y el
avión se pierde en el horizonte. Es sorprendente como una película con tanto
cartón piedra es capaz de ser tan trepidante y pegarnos a la pantalla con tan
poco esfuerzo.
ACTORES: Harrison Ford ha parido a dos de los
personajes más míticos de la imaginería popular, el contrabandista Han Solo
(que disparó primero) y al inefable y carismático hombre del sombrero, el gran
arqueólogo que no necesita presentación… Dr. Jones, Indy, Junior… ¡Indiana
Jones! Es sorprendente como se pone el sombrero y se enfunda en un personaje
que le va como anillo al dedo, haciéndose inolvidable. El resto de secundarios,
sin realizar tampoco un papel estelar, cumplen sobradamente con lo que se les
pide.
DIRECTOR: Spielberg es uno de los
grandes y se nota. En esta película crea una imaginería inolvidable que mezcla
la mística de la aventura con una historia sólida, un malvado de los que hacen
época, humor socarrón, épica y peripecias por todos lados. En este puzzle
imposible, todo parece cuadrar a la perfección; la actuación del héroe, la
música, la imaginería... que fluyen para darnos dos horas de pura aventura.
El escenario es carton-piedra,
pero Spielberg le imprime la fuerza y el ritmo necesario para que ello no nos
importe. Sin grandes alardes ni efectos especiales despampanantes (a ojos
actuales), nos muestra cómo hacer escenas de acción y cómo hacer puro entretenimiento.
Reinventa el cine de aventuras y cambia lo que vendrá a continuación.
La música, cargo de John
Williams, no necesita presentación. Todos conocemos las notas que introducen a
nuestro Indy. Su sonido nos acompaña a lo largo del metraje, siempre en la
medida exacta para potenciar la emoción en el momento adecuado. Si se ha
convertido en un icono reconocible por todos… será por algo.
GUIÓN: Aparentemente, las
excéntricas aventuras de un saqueador de tumbas no deberían interesar mucho… ¿o
sí? Desde el primer momento se consigue dotar a Indy de un aura de misticismo
que lo hace irresistible. A partir de ahí, ¿qué hay más mítico y simbólico que
recuperar el Arca de la Alianza? El equilibrio entre ritmo, acción y diálogos
que se consigue en la película es sorprendente. Cada palabra y cada gesto, cada
detalle que conocemos de la historia sirve de guía para transportarnos en esta
montaña rusa. Todo tiene su sentido y todo está en el lugar que tiene que
estar. Los personajes, sólidos y coherentes, llenos de carisma. Las
situaciones, más que bien encontradas, y la acción, perfectamente medida y
coreografiada.
Para esta película no pasan los
años. Tiene ese sabor añejo de las cosas bien hechas, junto con carisma a
raudales y miles de momentos míticos e inolvidables. Capaz de resucitar un
género muerto hacía años marcando el camino de todo lo que vendría a
continuación. Emoción, aventura, romance… tiene la medida justa de todo para
convertirse en referente de lo que es el cine de entretenimiento.
Nota: 9
Nota filmaffinity: 7.9
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