Título: El ángel más tonto del mundo
Autor:
Christopher Moore
Título
original: The dumbest angel
“Falta una semana para
Navidad, pero no todo el mundo es feliz en el pueblecito de Pine Cove
(California). El pequeño Joshua Baker necesita con urgencia un milagro
navideño. Y no es que esté moribundo, ni que su perro se haya escapado de casa:
es que Josh ha visto cómo a Santa Claus le abrían la cabeza con una pala. Ahora
solo anhela una cosa: que el viejo barbudo regrese de los muertos. Lo que no
puede imaginar es que alguien esté escuchando sus plegarias… Aunque no destaque
por ser, precisamente, el más listo de los ángeles.”
Christopher Moore ha surgido de entre los autores noveles
yanquis como el mejor seguidor del absurdo estilo Pratchettiano. Sus libros están
ambientados en los EEUU actuales, pero tanto sus tramas como el carácter de sus
personajes es descacharrantemente excéntrico -aunque lógico, a su modo-. En sus
novelas, Ankh-Morpork se sustituye por el californiano pueblecito de Pine Cove,
dónde todos sus habitantes tienen sus "pequeñas" manías y -casi- cualquier cosa es
posible. En ningún momento tienen la genialidad de Pratchett, pero están muy
pasadas de vueltas y son ideales para pasar unos buenos ratos divertidos -es
difícil contenerse en el metro, a veces-.
Para esta novela decide juntar a unos cuantos personajes
de otros libros, que quieren celebrar la Navidad conjuntamente en Pine Cove. No
es necesario haberse leido los otros libros para disfrutar de éste, indudablemente,
con un sheriff porrero, una ex-actriz de cine de serie Z que no distingue muy
bien entre realidad y ficción, un biólogo que cura su soledad aplicándose
electrodos en los testículos, un piloto de helicópteros que vive con un murciélago
que lleva Rayban y tiene acento
hispano… Hay material para pasarlo bien.
La historia es bastante coral y predecible. No hay
personajes principales, ya que es más bien un pupurrí de personajes celebrando
-a su modo- la Navidad. Para añadir un poco de picante a la cosa, tenemos al
ángel más torpe del mundo, que ha sido expulsado del cielo por su
incompetencia. Decidido a recuperar sus alas a base de milagros, ayuda a
Joshua, que ha visto como un Santa Claus ha sido salvajemente asesinado y que
quiere que vuelva a la vida y así tener regalos. A nuestro entrañablemente
metepatas ángel no se le ocurre otra cosa mejor que resucitarlo como zombie y,
bueno, a partir de allí la fiesta de Navidad se complica “un poquito”, sin
perder en ningún momento gracia y dicharachería.
La trama es casi mínima, pero el libro se lee con una
sonrisa en la boca, disfrutando de la química que hay entre sus extravagantes
personajes; especialmente entre Theo, el sheriff de pupilas dilatadas y Molly,
la Nena Guerrera de Allende la Frontera, que comparten bastantes momentos
ciertamente graciosos. No obstante, los gags más lúcidos y descacharrantes se producen una
vez los muertos se levantan de sus tumbas. Después de todo, todos sabemos que
“lo que mas le gusta a los muertos después de comerse los sesos de los vivos es
el mobiliario sueco prefabricado asequible”.
El libro es una chorrada enorme como un piano, ideal para
leer en Navidades -y yo lo leo en Julio. Ante todo, con un par-. Ideal para
pasar unas risas muy sanas, que goza de capítulos con títulos tan profundos
como “Las armas de tu insignificante dios gusano son inútiles contra mi
superior kung-fu navideño” -¡y encima semejante frase tiene lógica en la
historia!- Por si se estuviera quedando corto, el autor se permite un
interludio a mitad de la historia para repasar postales navideñas y, para
rematar, el apoteósico capítulo 16:
Título: Y así fue…
Capítulo: … que se
jodió la cosa. (Fin del capítulo).
Es un libro que hay que leer con la simple idea de pasar un
buen rato y echarte unas risas. Sirve bien para ello y se devora en nada. Si encima tuviera una
buena historia sería muy bueno, pero igualmente funciona como pasatiempo
navideño divertido.
Nota: 6
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