Apenas unos años después de que Raimi acabara su trilogía, Sony decide abusar un poco de la gallina de los huevos de
oro y empezar de nuevo la historia de su personaje fetiche. Para ello, en vez
de basarse en el cómic clásico, utiliza como punto de partida El asombroso Spiderman, una de las muchass sagas que se han hecho del hombre araña.
En esta ocasión, Peter Parker es uno de los empollones del
instituto y un apasionado de la fotografía. No es alguien dado a hacer amigos,
ya que vive traumatizado por la desaparición de sus padres. Un descuido de su tío
permite que se entere de que sus padres eran grandes científicos. Entonces, Peter acude a
ver al Dr. Connors, antiguo colega de su padre, al que ayudará en sus
investigaciones, pero no podrá evitar ser picado por una araña radioactiva,
obteniendo así sus poderes. La aparición de un lagarto gigante sembrará de
terror la ciudad y Spiderman deberá encargarse de él.
Teniendo la anterior trilogía tan reciente, es inevitable
caer en una serie de comparaciones para ver cuál es mejor o peor. Por otro
lado, al estar basadas en sagas diferentes del cómic, no podemos hablar de un
remake al uso, si no de versiones muy distintas de la misma historia, con un
tratamiento de la acción, de los personajes y de la imaginería similar, pero definitivamente
desigual. De la misma manera que con las Batman
de Burton y Nolan, las dos Spiderman son dos películas de una calidad
similar, inconfundiblemente diferentes y que buscan lo mismo: ser un
entretenimiento veraniego ligero.
ACTORES: Andrew Garfield es mucho mejor actor de lo que será
Tobey McGuire y su personaje está mucho mejor trabajado. Su Spiderman es mucho
más creíble y resulta mucho menos estúpido que el de Raimi. Emma Stone (Stacy) es
algo más sosilla, pero hay que destacar que el resto de secundarios se esfuerzan
en hacer unos papeles dignos. La química entre la pareja protagonista es prácticamente
inexistente, pero tampoco molesta especialmente. Eso sí, es mayor que la de
McGuire-Dunst.
DIRECTOR: Para dirigir esta nueva versión de Spiderman se
ha elegido y contratado a un director con talento y un cierto toque personal
que se nota en la película. Sabe ser muy diferente a lo anterior y propone una
creación del superhéroe mucho más detallista y emocional de lo que habíamos
visto hasta ahora. Sin embargo, esto no impide que el inicio de la película se
parezca más de lo debido a la Raimi. Después de todo, deben contar lo mismo.
Por otro lado, se ha borrado del film todo rastro del humor
autoparódico que encontrabamos en la película de Raimi. No hay chistes facilotes
ni estupideces y Parker es un personaje mucho más creíble. La película se basa
menos en los efectos especiales y la acción y más en las motivaciones de los
personajes. El tratamiento que se da a las imágenes también se aleja de la estética
cómic e intenta ser más sombría y realista -no comparemos con El caballero oscuro, tampoco es que
intente parecerse-. El malo de la historia no es para tirar cohetes, después de
todo, Lizard nunca ha sido uno de los pesos pesados en la historia de
Spiderman, y las escenas de acción que protagoniza no son nada del otro mundo,
aunque cumplen con la función de entretener. Los efectos especiales son muy buenos, como se esperaría de su abultado presupuesto, y están muy bien introducidos en la película, lo que siempre se convierte en un espectáculo disfrutable.
GUIÓN: Como ya se ha comentado anteriormente, el inicio es
casi una fotocopia del visto anteriormente (la picada, la muerte de Ben…). Se nota
un esfuerzo por dar una versión diferente, mucho más elaborada, aunque no se
puede evitar la sensación de dejá vu. Posteriormente,
se desencadena la acción y aparece el súpermalvado de turno. Se puede intenta hacer de Lizard un malo con carisma -aunque no
tenga apenas- y se le da una historia con cierta consistencia para desarrollar
las escenas de acción -inesperadamente pocas-. A pesar de un par de giros de
guión extraños -la escena de las grúas es un poco…-, la historia transcurre aceptablemente
sobre unos raíles ya conocidos, es ligera y entretenida, y desemboca en un climax correcto. Los diálogos no son tan ridículos como en las películas
de Raimi y se mantiene un cierto tono de seriedad inesperada.
La refundación de la franquicia es totalmente innecesaria y
tiene un objetivo puramente taquillero, pero ello no nos impide disfrutar de
una película fresca y entretenida. El resultado es un blockbuster veraniego eficaz y olvidable para pasar un par de horas
entretenido. Efectos especiales, un poquito de acción y amor, héroe carismático, pocas ganas de complicarse la vida y una historia simple y divertida. Se junta todo, se mete en una coctelera y ¡ale-hop! se obtiene esta película.
Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.4
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