No siempre se acierta con las películas a ver, éste es uno
de estos casos.
La película nos cuenta tres historias entrelazadas que
tienen el juego (como vicio) en común. Una reputada novelista es ludópata, con las consecuencias que esto tiene para su trabajo y su vida. El
hermano de una estrella del basket universitario debe demasiado dinero por
culpa de las apuestas y intenta obligar a su hermano a amañar partidos,
poniendo en peligro su carrera. Finalmente, los dueños de una casa de apuestas
debaten sobre la ambición y el dinero que van a ganar timando a los pobres
apostadores.
El inicio es prometedor, una acertada primera escena nos
pone en situación para lo que parece un thriller en torno al juego. Sin
embargo, el desarrollo es puramente de telefilm, ocupado en mostrarnos vidas
rotas en torno al juego sin control. Las tres tramas apenas logran entrelazarse
más que por un punto tangencial -pasan en el mismo sitio-, funcionando como historias independientes que
se van intercambiando en pantalla. En ningún momento se logra empatizar con
los personajes, la trama es muy plana y estúpida y no ayuda a captar la atención. Además, la
moralina que desprende durante todo el rato “el juego es malo, nunca apuestes,
a menos que hagas trampa” no es de lo más inspirado que uno se pueda encontrar.
ACTORES: A pesar de contar con un buen elenco de actores y
mostrarse como una película coral, la película desaprovecha el talento que
tiene entre manos. Grammer, Whitaker y deVito están muy descolocados, sin
saber muy bien que hacer. Sólo Basinger tiene la suerte de gozar con algo
parecido a un personaje coherente.
DIRECTOR: Mark Rydell es todo un veterano director de
telefilms baratos al que, de vez en cuando, se le da la oportunidad de dirigir
películas de más calibre. No obstante, la película naufraga en todos los
aspectos y no consigue tener un mínimo de coherencia para mantener el sentido.
A pesar de que había mimbres para hacer una película decente (un thriller de
oficio, que dirían), no se aprovecha de ninguna manera. No hay ninguna escena
aprovechable -aparte de la inicial- ni ningún sentido del ritmo, sorprende además una estética tan “cutre”
en una película que se vende como “la película de apuestas definitiva”. Se
supone que, viendo a los actores, dinero hay. ¿Cómo te lo gastas tan mal y
haces escenas tan cutres todo rato? Las peleas, los partidos, el desenlace…
GUIÓN: A ver que tenemos… Personajes apenas perfilados,
tres historias muy vistas y superficiales que no llegan ni a drama ni a
thriller en las que esperamos ese giro argumental que no llega o no sabe llegar.
El ritmo brilla por su ausencia y las incoherencias y los giros “molones” sin
sentido abundan lo largo del metraje. No es que haya mucho hilo que cortar.
En resumen, a pesar de tener todas las mimbres necesarias
para realizar una película decente, han hecho una película (para el cine) de
las que cualquier persona con un mínimo sentido del gusto escapa al ver en la
tele.
Nota: 2
Nota filmaffinity: 5.1
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