jueves, 28 de septiembre de 2023

El último boy scout

Un día de estos tontos y se me pone a tiro una de mis películas favoritas de cuando era un zagal, que hacía más de veinte años que no veía. Mis recuerdos eran los de ver un sucedáneo de la Jungla de Cristal todavía más ido de olla, con un Bruce Willis que no podía ser más chulo.

Ya no estamos en los 80, es 1991, pero eso no impide que tengamos una película de acción tal como se hacían "antes". Aqui, un grupo de mafiosos ha creado un plan maestro para legalizar el juego en el Estado de California, garantizando que todas las casas de apuestas serán de su propiedad. Pero, ¡ay!, han tocado las narices al detective equivocado, y si encima secuestras a su hija, peor me lo pone usted.

Este es el punto de partida de una película que tiene como protagonista a Bruce Willis, dirigida por Tony Scott, con un guión de Shane Black. Encima tiene a Damon Wayans como el secundario cómico de rigor. En principio, no puede estar mal la cosa, ¿no? Por si fuera poco, la película apuesta por ser un clon de combate de La Jungla de Cristal, por lo que a la mínima que el conjunto esté ensamblado, por lo menos será entretenida. Pues bueno, qué mal sienta la nostalgia a veces. A medida que pasaban los minutos me preguntaba si estaba viendo una parodia cómica, un borrador de Superdetective en Hollywood 3 o un quiero y no puedo de manual de las películas de John McTiernan.

Una de las principales razones de que la película no funcione es el flojo desempeño de la mayoría de su elenco actoral. Puedo entender que Bruce Willis venga ya pasado de vueltas con John McClane y tenga el automático puesto, buscando frase lapidaria tras frase lapidaria, aunque su "esfuerzo" le acerque más a Axel Foley que a Dutch (oju). Sin embargo, Wayans y Berry (y la mayoría de secundarios) parecen estar en otra película y no contribuyen a que el esperpéntico guión tenga la más mínima entereza. La única persona que parece tener interés en que la película funcione es la jovencísima Danielle Harris, cuyo personaje tiene más vida que el resto del elenco junto.

Lo que podría haber sido un estupendo trabajo de oficio (hay mimbres para ello), se transforma, quizás por influencia de Scott, en una propuesta digestiva en la que nadie pone un gran interés. Sí, las escenas de acción son individualmente sólidas, pero no hay nada que las una que tenga algo de interés. Ni se busca verosimilitud ni se acerca a la autoparodia. Por no tener, no tiene ni escenas de humor involuntario que funcionen. En su esfuerzo por soltar chascarrillo tras chascarrillo, consigue que algunos hagan diana, qué menos. Además, el desarrollo es extraño, mezclando una puesta en escena ochentera con un tratamiento más propio de los noventa, generando un conjunto irregular. Pareciera como si el guionista quisiera molar por su lado, mientras que el director quisiese hacer una de buddy-movie a la antigua usanza. Todo ello, con el pasotismo de los actores, claro. Por lo menos avanza a buen ritmo, con lo que no es aburrida, a pesar de sus fallos.

Como nota curiosa, durante un tiempo, se trató del guión con más insultos por minuto de la industria Holywoodiense.

A veces uno debe conformarse con sus recuerdos y no intentar volver a las películas que le hicieron gracia de chaval. No llega a niveles bochornosos de otras propuestas recordadas, pero sí que se me ha caído en gran parte. Más allá de sus momentos bocachancla, no era tan buena como recordaba ni yo soy el mismo imberbe impresionable de otra época (ahora ya tengo muchos kilómetros recorridos en propuestas similares mejor rematadas). No sé cuál será la siguiente vez que intente acercarme a mis películas de otra época, pero he salido escaldado ya demasiadas veces.

El último boy scout es un clon de combate de Jungla de Cristal que apuesta por ser más gamberra y más chula que un ocho. Su espíritu trasgresor ha quedado muy superado, por lo que se queda en una pseudocomedieta de acción en la que casi nadie parece estar haciendo su trabajo, cuyo director ha filmado algo que tiene poco que ver con lo que buscaba el guionista. Por lo menos la acción funciona y el ritmo es vivo, por lo que la película pasa rápido sin hacerse (muy) pesada.

 

Nota: 3

Nota filmaffinity: 6.2 

No hay comentarios:

Publicar un comentario