Después
de un nuevo visionado de esta película, no sabéis cuál ha sido mi sorpresa
cuando me he dado cuenta de que no la tenía reseñada. Convencido de que sí
había hecho una, pero bueno o me desaparecen entradas o no lo hice, mira tú por
dónde.
Esta
película es parte de un extraño proyecto de Clint Eastwood que se centraba en
una cruenta batalla en el frente del Pacífico en la IIGM, que en la que el
ejército estadounidense derrotó en Iwo Jima a los japoneses tras sufrir una
grandísima cantidad de bajas. La idea era mostrar la batalla desde ambos
frentes en una mastodóntica película de casi tres horas. Sin embargo, a medida
que desarrollaba el guión en pre-producción, la historia fue creciendo y pronto
se hizo notar que lo más conveniente sería partir la película en dos films, uno
centrado en cada bando. Así pues, se gestaron Cartas desde
Iwo Jima y Banderas de nuestros padres, un curioso caso de películas hermanas
rodadas simultáneamente.
La que nos ocupa hoy, Banderas de nuestros padres, se centra en los hechos posteriores a la foto de la victoria en el bando estadounidense. Esta foto, una de las más famosas de la historia, fue vital en el mantenimiento de la moral en la sociedad yanqui, que empezaba a sufrir los estragos de una guerra que creían ya acabada (el frente europeo casi está finalizado a estas alturas del partido) pero que debe sufrir todavía muchas bajas si quiere cimentar su posición en el frente del Pacífico. Los azares del destino convierten esa foto en un símbolo, transmutando en héroes a los infelices soldados que toman parte de ella. Éste es el punto de partida de Eastwood, que ¿denuncia? ¿muestra? la hipocresía del circo propagandístico que se forma alrededor de la imagen, centrándose en las desventuras del grupo de soldados que, del frente de Iwo Jima, se ven arrojados a sus quince minutos de gloria que la vida nos regala a casi todos.
El
foco del film se halla en el retrato emocional de los soldados que forman parte
de la foto de marras. Aunque camaradas de armas, tienen sus divergencias
sociales, agravadas por los traumas causados en la guerra, fuera de lugar entre
los lujos a miles de kilómetros del frente, sufriendo en su incapacidad para
reincorporarse a la sociedad. Gente de a pie, sencilla, que bastante tienen con
no acabar muertos cada mañana y que a duras penas pueden vivir el día a día con
su conciencia y sus fantasmas. El lanzamiento al efímero estrellato militar, al
que han accedido por mera casualidad, no les pone las cosas más fáciles,
especialmente cuando el boom publicitario se apaga y las “mascotas” ya no son necesarias.
¿Y qué hacemos con el perro cuando sobra, oiga? Pues eso.
El
planteamiento es ciertamente magnífico y los medios para llevarlo a cabo no se
quedan atrás. Sin embargo, la película se hace bastante pesada, principalmente
por su ausencia de ritmo, con multitud de redundancias que provocan que el
desarrollo se arrastre antes que avanzar. La falta de carisma de sus actores no
ayuda a que nos importe un poco qué les ocurre a estos soldados que van de aquí
para allá sufriendo o muriendo según toca. Da la sensación que los saltos
temporales con los que se explica el pasado de los personajes se sucede con más
aleatoriedad que sentido, con lo que la ensalada de batallas y desfiles
publicitarios acaba confundiendo y volviéndose indigesta. Pocas veces encuentro que recortar 15-20
minutos de duración le hubieran sentado tan bien a una película. Quizás no
hubiera ganado sentido, pero sí mucha fluidez.
Por
otro lado, se nota que Eastwood sabe rodar escenas con gusto clásico. Desde los
barcos de la armada hasta las ruedas de prensa bajo la estatua de la Libertad,
la puesta en escena es impecable, con una consistencia (incluso cuando hay
tiros y explosiones por todos lados) que ya quisieran muchos. Se nota que hay
dinero y se gasta con cabeza.
Sin
ser en modo alguno una película mala, se hace pesada en su visionado, pesimista
pero no triste, quedando relegado como el patito feo del díptico, pues su partenaire japonesa (de la que algún día
haré reseña) le barre en todos los sentidos. En gran parte sólo recomendaría su
visionado si se quiere ver el conjunto y así conocer a fondo todo lo que
envolvió la batalla de Iwo Jima.
Nota:
5
Nota
filmaffinity: 6.5
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