Dentro
del estudio Pixar, la saga de Cars se ha considerado (con razón) como la más
floja de todos, pero uno siempre ha sido un poco vicioso de los coches, por lo
que veía las películas con mucho más cariño que el común de los mortales (no sé
si quiero revisar la 2 y ver qué me encuentro…). Cuando salió el tráiler de Cars3, me
tuve que recoger la mandíbula del suelo, pues daba pie a un cambio total en el
tono de la obra, casi parecía una obra crepuscular (echadle un ojo, el tráiler
es una pasada). Luego ya se supo que la película no iba de eso y me dio un poco
la bajona. Esto se unió a una época en que estuve muy ocupado y acabé por no ir
al cine (la de veces que pasa).
El
tráiler prometía una historia seria de decadencia y retiro, pero, por fortuna
para los más pequeños, la película tenía un tono mucho más ligero. Tenemos a un
Rayo McQueen que es toda una leyenda de las carreras, pero ya se va haciendo
mayor. Colecciona triunfos pero los años pasan y los fallos mecánicos, fugas de
aceite y otros problemas de la edad empiezan afectarle. Además, las nuevas
generaciones, más jóvenes y fuertes, pisan fuerte y McQueen empieza a no llegar
al nivel. Al intentar forzar más de lo debido, sobreviene un accidente que le
obliga a alejarse de las pistas, empezando un intenso entrenamiento con la idea
de poner un último broche de oro a su carrera.
En
sí, constituye una variación a la temática clásica de “esfuérzate mucho que lo
conseguirás”, recordándote que las cosas no siempre salen como quieres. Me hace
gracia como se ignora COMPLETAMENTE la existencia de Cars 2 para dar pie a una
película sobre el paso del tiempo y la necesidad de saber cuándo es necesario
adaptarse a los nuevos tiempos y no estrellarse continuamente contra un muro. Pixar
demuestra tener una idea tan absolutamente clara de lo que quiere contar en
"Cars 3", que incluso propone un inicio realmente extraño, ya que se
mete de lleno en esta historia, sin prólogos ni otros subterfugios, y durante
el resto de la hora y media hasta el final, se limitará prácticamente a hablar
sólo de eso.
Sigue
siendo para niños, pero es, con diferencia, la película de Cars menos Disney y
más Pixar de todas, y por tanto, la más redonda y equilibrada. Se sostiene
argumentalmente, Mate no aparece demasiado y se da una vuelta curiosa al género
de las películas deportivas mientras sigue siendo especialmente divertida.
Su
punto a favor más inesperado es la profunda evolución del personaje más
monolítico de Pixar: Rayo McQueen. La “vejez” quita de un plumazo toda la
chulería que ha venido arrastrando todos estos años y se ve obligado a reconstruirse
y crecer como no ha hecho en dos películas (en todos estos años). Encuentro
curiosa la desaparición de Sally de su vida (creía que eran pareja, pero parece
que no), pero no me importa tras la aparición del personajazo que es Cruz Ramírez.
Ésta es una coche de carreras con problemas de autoestima que ha derivado en
entrenador de la nueva generación al no poder soportar la presión de competir
en primera línea. En ella se mezcla la adoración que profesa a McQueen con la
decepción de conocer a la “persona” que hay detrás del mito, especialmente
cuando aplique sus métodos de entrenamiento, tan diferentes de los que vivió
McQueen con Doc Hudson (precioso el homenaje a Paul Newman, por cierto). La
interacción entre ambos fluye estupendamente, especialmente si nos acordamos de
la cargante grúa que McQueen tenía a su alrededor habitualmente. Me agrada
también reconocer a Jackson Storm como un antagonista no malvado. Simplemente
es el mejor de los jóvenes y no le tiene una especial inquina a McQueen (al que
admira, a su manera) ni se hace insoportable como el Chick Higgs de la primera
parte.
Asimismo,
el ritmo que sigue la película es vivísimo, manteniéndote entretenido con
facilidad con el montón de cosas que van pasando. A destacar también la
magnífica animación y el cuidado diseño de imaginería que mantiene toda la
película (marca de la casa), metiendo en danza coches ultradeportivos nunca
aparecidos dentro de la franquicia (Cruz es un TVR Cerbera, Jackson es un Storm
12… ¡Ay esos recuerdos del Gran Turismo!).
No
deja de ser una película para niños, sin ese mensaje para adultos que tienden a
acompañar las películas Pixar, pero es una BUENA película para niños.
Entretiene y funciona como un tiro, sin rastro de las excentricidades de la
segunda parte, constituyendo una película por sí misma y no como el (divertido)
compendio de gags que era la primera. No deja de ser menor dentro de Pixar,
pero igualmente es superior al 90% de las películas de animación de la
competencia (ejem.. GRU3 ejem…)
Nota:
6
Nota
filmaffinity: 6.0
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