El universo de Charlie Brown salió a la luz en los periódicos
estadounidenses el 2 de octubre de 1950, bajo la autoría de Charles M. Schulz.
Concebidos inicialmente bajo la forma de un cómic corto de cuatro viñetas,
Snoopy y su fiel compañero fueron publicados ininterrumpidamente hasta la
muerte del autor en el año 2000. Durante este período, Peanuts (el nombre original de la serie) ha sido
adaptado en varias ocasiones a la gran y pequeña pantalla. Sin embargo, hacía
ya 35 años que no veíamos una excursión en los cines, coincidiendo con su 65
aniversario.
La compañía
encargada de la adaptación es Blue Sky Studios, conocidísima por la inacabable
saga de “La edad de hielo”, taquillazo tras taquillazo; amén de otros éxitos de
público como Rio y Epic. El estudio nunca se ha
caracterizado por la calidad de sus producciones (tampoco la han buscado
nunca), sino por las toneladas de entretenimiento que proporcionan. Así pues,
podemos esperar pasar una buena tarde para todos los públicos.
En esta nueva aventura, Charlie Brown se enamora de una nueva alumna de su
colegio, « la niña pelirroja ». Envidiosa, la pérfida Lucy hará lo
imposible para desanimar y ridiculizar a Charlie. Snoopy, por su parte,
convertido en espectador impotente de sus humillaciones, anima a su maestro
inventándose una historia de amor con una caniche aviadora idealizada,
secuestrada por el malvado Baron Rojo…
El film se dirige hacia el público infantil (9-13 años) sin atisbo de duda,
multiplicando las buenas palabras y los gags de un humor blanco y ligero. Los
paisajes y los personajes son objeto de mimo y cariño por los animadores,
trasladando las viñetas a la pantalla con ingenio. El cómic de Peanuts ve su imagen actualizada con un
diseño colorista lleno de optimismo, sin perder ninguno de los rasgos que han
convertido a Charlie Brown en un mito de nuestra cultura.
No falta ningún detalle: el fatalismo de Charlie Brown, el puesto de
psicología regentado por la orgullosa Lucy, las obsesiones musicales de
Schroeder, la puñetería de Snoopy, el pragmatismo de Sally… Es imposible que un
fan del cómic no quede prendado del mimo y del detalle con que se ha animado a
la pandilla de amigos por excelencia.
No tiene –ni busca- ninguna trascendencia, simplemente divertir y recordar
lo que Peanuts significó para tantos
y tantos niños. Su magia sigue intacta: sus absurdeces y excentricidades se anclan
con acierto en situaciones y miedos reales, que todos reconocemos fácilmente.
Alerta con gracia sobre las consecuencias de las inseguridades, que fácilmente
pueden llevarte a pensar que no sirves para nada a la que te rodea un ambiente
hostil.
Con esta
película me he sentido como Anton Ego probando la Rataouille. Me he sentido
trasladado a mi infancia con todo mi corazón. No era tal como la viví, pero
reconocí tantos pasajes que creía olvidados… Entrañable hasta decir basta con
una facilidad insultante. Lo que da de sí el poder de la nostalgia y un poco de
mimo.
¡Ay de
aquellos que crecieron sin Charlie Brown y Snoopy! ¡Lo que se han perdido!
Nota: 6
Nota
filmaffinity: 6.3
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