Dicen que soy un niño
muy bueno (yo no me lo acabo de creer) y en Sant Jordi pasado me regalaron Endymion. Dan Simmons me lo hizo pasar
teta con Ílion y alguien pensó que su siguiente saga me haría ilusión (y va a
ser que sí). Ya sé que es una descortesía esperar casi un año para leérmelo,
pero es el problema de que las lecturas se me acumulen de mala manera al estar
leyendo bastante menos que antes. Por lo menos ha caído antes del Sant Jordi
siguiente, ¿no?
Título: Endymion
Autor: Dan Simmons
“Doscientos setenta y cuatro años después de la caída de la RedMundial en La Caída de Hyperion, Raúl Endymion
es enviado a una aventura épica. Rescatar a Aenea de la Esfinge antes de que
las tropas de la Iglesia la atrapen es sólo el principio. Con ayuda de un
androide llamado A. Bettik, Raúl y Aenea viajan a través del río intergaláctico
Tetis, perseguidos por el Padre Capitán Frederico deSoya, un sacerdote guerrero
muy influyente.
Y el Alcaudón. Que los persigue a todos…”
Setecientas páginas por
delante y lo primero que aparece es un aviso para navegantes. Uno ya se puede
hacer a la idea de que no se trata de un libro habitual, y más aún si el propio
aviso contiene unas disculpas, ya que estás leyendo ese libro por un motivo
erróneo, recalcando que no debes dejarte engañar por el contenido del mismo.
Enarcas la ceja, vuelves página, atento y consciente de hallarte ante un libro
con voluntad de ser diferente… Y te dejas engañar como un tonto. Después de
veinte páginas en que se te explica qué NO es el libro antes de empezar la
historia y caes atrapado en una historia vibrante que, sin duda, no transcurre
por sendas que uno pudiera imaginar.
Y es que estamos ante ciencia
ficción de la buena. Situada en el mismo universo que una saga anterior
(Hyperion), es una historia trabajadísima completamente aparte de lo ocurrido
anteriormente pero con referencias suficientes para que el lector veterano relaciones
ambas sagas y comprende lo que ya se ha convertido en mito.
Como suele ser habitual
en los libros de Dan Simmons, nos hayamos en algún momento cerca del año tres
mil, la humanidad ha avanzado tecnológicamente hasta niveles sorprendentes,
pero siempre de una manera “posible” para nuestra ciencia. No se nos cuenta la
historia, pero se nos aportan suficientes claves para saber cómo ha
evolucionado nuestro mundo (la Vieja Tierra) a lo largo de los siglos. Se te
sumerge en un universo sugerente, que pide a gritos novelas y novelas dedicadas
a expandirlo y así saber más de él. Un veterano del autor reconocerá
rápidamente las neuras que le obsesionan: la capacidad para la
resurrección, los viajes interestelares con sus consecuencias temporales, la
frontera que separa las inteligencias artificiales de la vida, la existencia de
redes mentales de saber mundial y las consecuencias que tiene todo ello en la
sociedad. Reflexiones éticas a partir del desarrollo tecnológico, como debe ser la ciencia-ficción.
Endymion está escrita
desde el punto de vista de su protagonista, Raúl,
que cuenta desde la cárcel cómo fue el primer peregrinaje del Mesías
redentor del Universo. Raúl es un hombre sencillo, un cazador de Hyperion que
lo único que quiere es que le dejen tranquilo mientras llena su plato, pero que
no podrá evitar verse inmerso en esta epopeya, ocupando en todo momento el
papel de protector del grupo. Es el hombre de acción y el responsable de que
todo salga bien, y mira que le toca sufrir al pobre…
Es que Aenea le incomoda, y mucho. Es una niña
de apenas doce años que se sabe destinada a la gloria y la fama.
Inteligentísima y asustadiza, es quién decide dónde y cómo se debe ir en un
viaje de aprendizaje que le llevará a todos los rincones del universo. Tiene la
capacidad de ver atisbos del futuro y conoce así muchas cosas que ocurrirán,
aunque a veces se líe en cuando a en qué momento está. Un aire enigmático flota
en ella durante todo el libro, manteniéndote intrigadísimo e incomodando a sus
compañeros de expedición, que no siempre entienden las decisiones que toma.
El tercer miembro de la
expedición es A. Bettik, miembro del
peregrinaje original de Hyperion que
repite. Tiene más de 300 años y aporta siempre el matiz maduro y sensato a
todas las discusiones. No es un humano, por lo que no siente de la misma manera
y no se ve afectado por las emociones, convirtiéndose en un pilar de seguridad
para el resto.
Persiguiéndoles está Frederico DeSoya, un comandante de naves
espaciales muy devoto que debe dedicarse a hacer de agente secreto persiguiendo
a los tres héroes. Sabe que la tarea le viene grande pero su fe y su sentido
del deber le obligan a darlo todo por conseguir sus objetivos. Debería ser el
malo de la historia, pero su entrega y devoción, la de hostias que le caen por
todos lados (y lo que le espera si fracasa) hacen que se le acabe cogiendo
cariño.
Y el Alcaudón que los persigue a todos y
recuerda que el universo está poblado de misterios insondables y fuerzas más
allá de nuestra comprensión. Un aura fascinante (y molona) envuelve a este ser
casi divino. ¿Qué busca? ¿Qué intenciones lo mueven?
Las crónicas del viaje
que nos deja Endymion son sorprendentemente concienzudas. Cada planeta visitado
viene acompañado de una descripción completa de su historia, su clima, su
cultura… Construyendo así un todo coherente, un universo verosímil con
toneladas de datos que aportan trasfondo y profundidad. No es una novela para
todo el mundo, pues la cantidad de disgresiones que toma para describirte cada
planeta, artilugio tecnológico ralla en momentos la obsesión. Toda la
información es muy interesante y hará las delicias de los que gustan de una
imaginería trabajada (como yo). No obstante, el ritmo se resiente y puede
hacerse denso para los ávidos de más acción.
Durante 600 páginas el
libro es absorbente, de los que te sumerges en un mundo aparte y cuesta incluso
desconectar, con un subidón continuo y la promesa de que algo gordo va a
ocurrir en cualquier momento. Los fragmentos enciclopédicos se alternan con
escenas molonas en las que en cualquier momento todo va saltar por los aires. Y
llegas al final de la historia y… bueno, ya te habían avisado de que estabas
leyendo el libro por motivos erróneos, ¿no? El WTF final no te lo evita nadie
(la flipada es de las de bandera, aunque lógica a posteriori).
Me apetecía una buena
dosis de ciencia-ficción y me la han dado con ganas. Tal como ocurrió en Ilium, el autor se saca toneladas de
momentazos molones de la nada y además lo incrusta en un universo trabajado con
ganas. Me lo he pasado en grande con él y me he sumergido en sus páginas como
hacía tiempo que no me pasaba. Eso sí, sin hacerse pesado (¡para nada!) sí que
le hubiera venido bien un poquito de ritmo. Anyway, indispensable a todos los
aficionados a la ciencia ficción que no tengan miedo de recibir toneladas de datos.
Nota: 8
Nota goodreads: 4.11/5