Últimamente me he dado cuenta de que hay productos
generados por S. King que todos deberíamos experimentar un par de veces en
nuestra vida: visitar el hotel Overlook, salir de fiesta con Pennywise y pasar
un ratito con Carrie.
Y es que todos conocemos (más o menos) una Carrie. En el
colegio siempre había un alma cándida y sin maldad, una persona solitaria,
tímida, que no quiere otra cosa que poder ir al colegio y ser uno más. No
diremos ya ser popular, sino simplemente pasar desapercibido sin recibir las
burlas de los compañeros. De esto Carrie sabe mucho. Si a esto le añadimos a la
fanática religiosa que tiene como madre, que la mantiene ignorante ante la
realidad del día a día, normal que Carrie quiera morirse cuando le llega su
primera regla y no sepa reaccionar. Los insultos, humillaciones y desprecios
parecen no tener fin, pero en el baile de fin de curso, Carrie dirá que no
aguanta una más, dando rienda suelta a toda la rabia que ha acumulado durante
años y años…
En 1976, Brian de Palma era un jovencito cineasta que
tenía ganas de tocar las narices, cómo sino se puede entender las toneladas de
osadía y mala leche que hay en esta película. Nos obliga a empatizar con una
peligrosa asesina, nos riega con torrentes sangrientos como pocas veces se
había visto en Hollywood, nos marea con mil extraños enfoques de cámara y nos
incomoda al hacernos disfrutar de una carnicería de tiernos estudiantes
adolescentes. Encima, tiene las narices de plantarnos una escena post-créditos
en una época en que la gente no sabía ni que eso podía existir.
Carrie es, en ambas versiones, una de las primeras historias que
se centra en el maltrato escolar como problemática: la estigmatización de la
persona sufridora, la indiferencia de todos aquellos no-implicados (que tampoco
hacen nada por evitarlo) y las ganas de ver el mundo arder. Aquí hemos visto
sufrir a Carrie durante sesenta minutos, seguro que nos podemos sentir
identificados por ella, por todas aquellas veces que hemos acabado en el lado
equivocado de unas burlas que no deberían existir, deseando poder desatar
nuestra ira con todos aquellos que nos rodean. Y es que, como nosotros, Carrie
es una buena persona, que lo único quiere es vivir (que la dejen vivir) feliz,
pero como es diferente, es insultada, golpeada y humillada. La diferencia es
que Carrie es telépata y eso facilita las cosas a la hora de vengarse. Ahí está
la gracia. Somos testigos de una matanza Y LA ESTAMOS DISFRUTANDO. Aunque
siempre se nos dice que la violencia no es el camino, tenemos clarísimo que
John Travolta y su gente SE MERECEN TODO LO MALO QUE LES PASE.
Incluso ahora es una línea de pensamientos que nos
incomoda, no vamos a hablar de lo que este esguince mental suponía para la
bienpensante sociedad estadounidense de los setenta. Tanto al leer el libro
(estupendo, no lo dejéis pasar) como al ver la película, la gente acaba
escandalizada, con todos sus estándares puestos en entredicho, incapaces de
concebir la idea de que la inocente y angelical Carrie sea capaz de dar lugar a
tanta destrucción. Ahí es donde incide Carrie,
no es una película de sustos ni que te vaya a dejar sin dormir, sino que te
enfrenta a tus demonios internos y te obliga a preguntar quién vive ahí dentro
(algo que hace correr sudores fríos a demasiados).
Por otro lado, para el espectador actual, es una película
que puede pecar de lenta. Tal como ocurría con Halloween, la fiesta tarda en
empezar, pues se dedican una buena cantidad de minutos en preparar el terreno,
en vez de ofrecer carnaza desde bien prontito. También la estética, muy de la
época, puede echar para atrás a más de uno (¡ay, aquellos incapaces de adaptar
su mente a la época!). Asimismo, estamos muy habituados a las carnicerías
gratuitas y la abundante sangre y muerte del film no es tan impactante para el
espectador actual. Por poner un ejemplo, el Kingsman que reseñé el otro día tiene
escenas mucho más bestias y no deja de ser una comedia con la que reírse. La
impresión que provoca ahora no es tan rotunda como hace cuarenta años y seguro
que muchos no harán sino reírse, sin comprender porqué está incluida dentro del
género del terror.
Pero si la película funciona es por el estupendísimo
trabajo de sus dos actrices principales. Sissy Spacek fascina con su Carrie
White, tan capaz de hacernos sentir infinita pena como impresionante terror.
Como nota curiosa, estuvo a punto de interpretar a la Princesa Leia en La Guerra de las Galaxias, pues en
aquella época de Palma y Lucas eran amiguetes y decidieron intercambiar a las
actrices en el último momento. ¡Lo que habrían cambiado ambas películas con las
actrices al revés! También es imposible no fijarse en la dramatización de Piper
Laurie como la fanática religiosa madre de Carrie, cien por cien creíble y
espeluznante. También es de destacar la presencia de un jovencísimo John
Travolta en un papel de lo más ostiable (eso no lo ha cambiado casi nunca ^^).
A mí, es una película que despierta en mí todo tipo de
sentimientos: ternura, emoción y dolor; rabia, odio y venganza; aprensión,
desasosiego y rechazo. Todo en uno y en apenas 90 minutos.
Nota: 7
Nota filmaffinity: 7.0
Siempre alucino como incluso en los pueblos más
recónditos, los bailes de instituto son fiestas de tanto caché, si los comparo
con los que se hacían en el mío…
La impresionante actuación de ambas actrices (Sissy
Spacek y Piper Laurie) fue reconocida con sendas nominaciones a mejor actriz (y
actriz secundaria) en los Oscars, todo un logro tratándose de una película de
terror, género menor entre los menores.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCarrie es una de mis asignaturas pendientes, tanto el libro, como la película. Es extraño porque en mi tierna juventud leí casi todo de Stephen King y no sé porqué, esta se me pasó. Ahora creo que fue una bendición no haberla leído porque igual me hubiera presentado en mi cole con un bidón de agua con colorante rojo y hubiera dejado a más de una bien colorada.
ResponderEliminarOtra que me apunto!
Besos!
Échale un ojo a cualquiera de las dos versiones. Creo que te gustarán.
EliminarMt
La vi el otro día... espeluznanteeeee!!!
ResponderEliminarFlipé mucho con los desnudos al principio; no sabía que en esa época eran bastante más liberales que ahora.
También alunciné reconociendo a algunos actores que luego han aparecido en otras películas... la mala más mala es la compañera de Robo Cop y la de gafas no la ubico, pero sé que la he visto en alguna serie posteriormente en plan madre de familia.
Días después dieron la versión de 2013 y me pareció horrible. Las mismas escenas, los mismos diálogos, pero con muchísima menos gracia. Eso sí, Julianne Moore está tan guapa siempre que solo por eso ya valía la pena verla.
Besos!!!
El remake es justito (siendo amables).
EliminarRespecto a los desnudos, incide mucho las ganas de DePalma de provocar al respetable, además de que es una época en que se empieza a ver que un poco de teta gratuita va bien para atraer al adolescente sobrehormonado a las salas sin que te fueran a montar "mucho" pollo por ello (y si se montaba, mejor, que el morbo es rentable).
Me alegro que la hayas disfrutado (ejem ejem).
Mt
Aaaahhh!!! y el galán de turno era El Gran héroe americano!!! aún me estoy riendo!!! jajajajaja
ResponderEliminarO.o Este no lo tenía localizado. Jus jus.
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