sábado, 18 de agosto de 2018

Carrie


Últimamente me he dado cuenta de que hay productos generados por S. King que todos deberíamos experimentar un par de veces en nuestra vida: visitar el hotel Overlook, salir de fiesta con Pennywise y pasar un ratito con Carrie.

Y es que todos conocemos (más o menos) una Carrie. En el colegio siempre había un alma cándida y sin maldad, una persona solitaria, tímida, que no quiere otra cosa que poder ir al colegio y ser uno más. No diremos ya ser popular, sino simplemente pasar desapercibido sin recibir las burlas de los compañeros. De esto Carrie sabe mucho. Si a esto le añadimos a la fanática religiosa que tiene como madre, que la mantiene ignorante ante la realidad del día a día, normal que Carrie quiera morirse cuando le llega su primera regla y no sepa reaccionar. Los insultos, humillaciones y desprecios parecen no tener fin, pero en el baile de fin de curso, Carrie dirá que no aguanta una más, dando rienda suelta a toda la rabia que ha acumulado durante años y años… 

En 1976, Brian de Palma era un jovencito cineasta que tenía ganas de tocar las narices, cómo sino se puede entender las toneladas de osadía y mala leche que hay en esta película. Nos obliga a empatizar con una peligrosa asesina, nos riega con torrentes sangrientos como pocas veces se había visto en Hollywood, nos marea con mil extraños enfoques de cámara y nos incomoda al hacernos disfrutar de una carnicería de tiernos estudiantes adolescentes. Encima, tiene las narices de plantarnos una escena post-créditos en una época en que la gente no sabía ni que eso podía existir.

Carrie es, en ambas versiones, una de las primeras historias que se centra en el maltrato escolar como problemática: la estigmatización de la persona sufridora, la indiferencia de todos aquellos no-implicados (que tampoco hacen nada por evitarlo) y las ganas de ver el mundo arder. Aquí hemos visto sufrir a Carrie durante sesenta minutos, seguro que nos podemos sentir identificados por ella, por todas aquellas veces que hemos acabado en el lado equivocado de unas burlas que no deberían existir, deseando poder desatar nuestra ira con todos aquellos que nos rodean. Y es que, como nosotros, Carrie es una buena persona, que lo único quiere es vivir (que la dejen vivir) feliz, pero como es diferente, es insultada, golpeada y humillada. La diferencia es que Carrie es telépata y eso facilita las cosas a la hora de vengarse. Ahí está la gracia. Somos testigos de una matanza Y LA ESTAMOS DISFRUTANDO. Aunque siempre se nos dice que la violencia no es el camino, tenemos clarísimo que John Travolta y su gente SE MERECEN TODO LO MALO QUE LES PASE.

Incluso ahora es una línea de pensamientos que nos incomoda, no vamos a hablar de lo que este esguince mental suponía para la bienpensante sociedad estadounidense de los setenta. Tanto al leer el libro (estupendo, no lo dejéis pasar) como al ver la película, la gente acaba escandalizada, con todos sus estándares puestos en entredicho, incapaces de concebir la idea de que la inocente y angelical Carrie sea capaz de dar lugar a tanta destrucción. Ahí es donde incide Carrie, no es una película de sustos ni que te vaya a dejar sin dormir, sino que te enfrenta a tus demonios internos y te obliga a preguntar quién vive ahí dentro (algo que hace correr sudores fríos a demasiados).

Por otro lado, para el espectador actual, es una película que puede pecar de lenta. Tal como ocurría con Halloween, la fiesta tarda en empezar, pues se dedican una buena cantidad de minutos en preparar el terreno, en vez de ofrecer carnaza desde bien prontito. También la estética, muy de la época, puede echar para atrás a más de uno (¡ay, aquellos incapaces de adaptar su mente a la época!). Asimismo, estamos muy habituados a las carnicerías gratuitas y la abundante sangre y muerte del film no es tan impactante para el espectador actual.  Por poner un ejemplo, el Kingsman que reseñé el otro día tiene escenas mucho más bestias y no deja de ser una comedia con la que reírse. La impresión que provoca ahora no es tan rotunda como hace cuarenta años y seguro que muchos no harán sino reírse, sin comprender porqué está incluida dentro del género del terror.


Pero si la película funciona es por el estupendísimo trabajo de sus dos actrices principales. Sissy Spacek fascina con su Carrie White, tan capaz de hacernos sentir infinita pena como impresionante terror. Como nota curiosa, estuvo a punto de interpretar a la Princesa Leia en La Guerra de las Galaxias, pues en aquella época de Palma y Lucas eran amiguetes y decidieron intercambiar a las actrices en el último momento. ¡Lo que habrían cambiado ambas películas con las actrices al revés! También es imposible no fijarse en la dramatización de Piper Laurie como la fanática religiosa madre de Carrie, cien por cien creíble y espeluznante. También es de destacar la presencia de un jovencísimo John Travolta en un papel de lo más ostiable (eso no lo ha cambiado casi nunca ^^).

A mí, es una película que despierta en mí todo tipo de sentimientos: ternura, emoción y dolor; rabia, odio y venganza; aprensión, desasosiego y rechazo. Todo en uno y en apenas 90 minutos.

Nota: 7
Nota filmaffinity: 7.0

Siempre alucino como incluso en los pueblos más recónditos, los bailes de instituto son fiestas de tanto caché, si los comparo con los que se hacían en el mío…
La impresionante actuación de ambas actrices (Sissy Spacek y Piper Laurie) fue reconocida con sendas nominaciones a mejor actriz (y actriz secundaria) en los Oscars, todo un logro tratándose de una película de terror, género menor entre los menores.

7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Carrie es una de mis asignaturas pendientes, tanto el libro, como la película. Es extraño porque en mi tierna juventud leí casi todo de Stephen King y no sé porqué, esta se me pasó. Ahora creo que fue una bendición no haberla leído porque igual me hubiera presentado en mi cole con un bidón de agua con colorante rojo y hubiera dejado a más de una bien colorada.

    Otra que me apunto!

    Besos!

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    1. Échale un ojo a cualquiera de las dos versiones. Creo que te gustarán.

      Mt

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  3. La vi el otro día... espeluznanteeeee!!!

    Flipé mucho con los desnudos al principio; no sabía que en esa época eran bastante más liberales que ahora.

    También alunciné reconociendo a algunos actores que luego han aparecido en otras películas... la mala más mala es la compañera de Robo Cop y la de gafas no la ubico, pero sé que la he visto en alguna serie posteriormente en plan madre de familia.

    Días después dieron la versión de 2013 y me pareció horrible. Las mismas escenas, los mismos diálogos, pero con muchísima menos gracia. Eso sí, Julianne Moore está tan guapa siempre que solo por eso ya valía la pena verla.

    Besos!!!

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    1. El remake es justito (siendo amables).

      Respecto a los desnudos, incide mucho las ganas de DePalma de provocar al respetable, además de que es una época en que se empieza a ver que un poco de teta gratuita va bien para atraer al adolescente sobrehormonado a las salas sin que te fueran a montar "mucho" pollo por ello (y si se montaba, mejor, que el morbo es rentable).

      Me alegro que la hayas disfrutado (ejem ejem).

      Mt

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  4. Aaaahhh!!! y el galán de turno era El Gran héroe americano!!! aún me estoy riendo!!! jajajajaja

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