En esta visita (muy agradable) a Sitges en pleno festival
aproveché para asistir a la Maratón de cine de Zombies que hubo el viernes
noche, entre unos cuantos cortos y una serie, se proyectaron tres películas. He
aquí la primera de ellas: Exit Humanity.
La historia nos sitúa en el viejo oeste, apenas acabada la
guerra de secesión. Cuando el veterano de guerra Edward Young regresa a su
hogar, lo encuentra devastado. ¿Qué ha ocurrido? Una epidemia zombie se ha
desatado y amenaza con asolar Estados Unidos. Tras la muerte de su hijo, decide
emprender un viaje hacia el lugar favorito de su hijo, donde enterrará sus
cenizas. Durante la expedición, se encontrará con gran cantidad de zombies y
otros supervivientes aún humanos que, llevados al límite por la situación tan
extrema en que se encuentran, han perdido todo asomo de civilización,
diferenciándose bien poco de los zombies sin cerebro que hay por los campos.
Hay que reconocer que la propuesta es original, pues no me
suena haber visto muchas películas de zombies ambientadas en el Oeste, y menos aún películas relativamente reflexivas, con poca acción, que hacen un gran hincapié
en la pérdida de humanidad de aquellos que sobreviven y se ven obligados a
matar zombie tras zombie en un frenesí de destrucción.
ACTORES: Dee Wallace es el protagonista absoluto de la
acción, con el resto de secundarios reducidos a meros títeres que apenas
sueltan un par de frases. Poco a poco vamos contemplando la devastación
interior que sufre el protagonista, unido al dolor provocado por la pérdida de
sus seres queridos. Es de reconocer que el actor consigue construir a un
personaje creíble que viaja destruyendo zombies en busca de redención. Para mi
gusto, una agradable sorpresa.
DIRECTOR: Geddes afronta su segunda película de terror buscando
un tono más reflexivo y pausado, centrándose mucho más en la destrucción
interior del personaje principal que en la acción mata zombies. El trabajo
técnico es inesperadamente bueno y conseguido en una película de estas
características. Tanto la fotografía como el vestuario están muy bien
realizados y contribuyen mucho a dar fuerza a un prometedor y sugerente inicio,
dando un plus de calidad a la película. Además, Geddes es suficientemente
inteligente como para evitar las escenas complicadas y, en los pocos momentos
en los que pasan muchas cosas delante de la cámara, toma prestados algunos
trucos para salir del paso con un mínimo de decencia.
No obstante, la estructura narrativa -Geddes también hace
el guión- está organizada en forma de capítulos -con su entrada y todo-. La
elección es desafortunada pues éstos son demasiado inconexos entre sí y la
introducción de los mismos es más bien torpe, obligando a realizar un esfuerzo
-cosa difícil a las dos de la mañana- para intuir que puede haber ocurrido durante las elipsis, con altas
posibilidades de perder el hilo en el proceso. A pesar de que el inicio tiene
fuerza y resulta ligeramente estimulante, hacia mitad de metraje, la película
va perdiendo fuerza y acaba en un final bastante absurdo e insulso al que el
director no es capaz de insulfar apenas consistencia.
GUIÓN: La película se halla dividida en capítulos, como si
de un libro se tratara. Empezando con un prólogo totalmente desligado e
inconexo con la película -un pegote-, lo que es una propuesta interesante y
bien pensada en su metraje inicial se ve lastrada por un desarrollo muy
irregular. La abundancia de incoherencias y sucesos extraños a partir del
capítulo V destroza lo que podría haber sido una buena película, pues desde el
momento que intenta dar una explicación lógica a la aparición de los zombies,
la película pierde el rumbo y va dando bandazos sin mucho sentido hasta su
desenlace. Momentos bien conseguidos -la muerte del hijo del protagonista-
contrastan con otros ciertamente grotescos -el reclutamiento del ejército
zombie- que le quitan toda la gracia a la película.
Durante sus cuarenta minutos iniciales -a pesar de su
división en capítulos y su prólogo- la película es original, fresca y
atractiva, incluso para no aficionados al género. Pero a mitad de película el
autor pierde la idea de lo que quiere contar y empieza a apelotonar situaciones
más bien incoherentes, llegando a un final muy flojo que deja con mal sabor de
boca.
Se agradece encontrar una propuesta tan diferente -y más en
un casi debutante-, sin embargo, el director peca de falta de calidad a la hora
de rematar lo que es un buen y prometedor inicio, cosa que desluce mucho el
resultado.
Nota: 3
Nota filmaffinity: 4.7
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