Ahora viene Dead
Heads, la segunda película vista en el maratón de Zombies de Sitges.
Mike es un inseguro y atolondrado joven (que me recuerda
mucho a Leonard Hoftstafer) que se despierta tras un accidente de tráfico con
un gran dolor de cabeza. Aunque no lo sabe, se ha convertido en un zombie, un
zombie algo diferente de lo habitual, pues es capaz de razonar y no tiene (mucha) hambre de cerebros. Poco después,
se encuentra con Brent, otro zombie como él, que le enseña todo lo que puede hacer
ahora que está muerto y le explica las ventajas de la no-vida, especialmente
siendo los únicos zombies pensantes del mundo. El hallazgo de un anillo de
compromiso recordará a Mike que iba a pedirle a su novia en matrimonio, cosa
que piensa hacer a pesar de que la muerte los separe. A causa de ello,
emprenden un alocado viaje a través de Estados Unidos mientras son perseguidos
un grupo de cazadores de zombies sin mucho seso.
Esta delirante y divertida comedia parodia con bastante
gracia todos los tópicos del cine de zombies, combinándolos con un esquema de
road-movie romántica. Unos personajes muy simpáticos nos guían por una
agradable comedia hecha con dos duros, mucha imaginación y muchas ganas de
pasarlo bien. Recuerda en mucho a la magnífica “Zombies party” aunque sin
llegar a ese demente punto paródico de ésta última.
ACTORES: Son todos actores bastante desconocidos y su
trabajo es bastante cuestionable. Sin embargo, en una película tan simpática e
ida de olla como ésta, cumplen con lo que se les pide, abusando de histrionismo
en algunos momentos, rayando la demencia en otros. Saben ser simpáticos y
divertidos, que en esta película es realmente lo que importa.
DIRECTOR: Los debutantes hermanos Pierce realizan una
película divertida y bien pensada. Con un espíritu bastante gamberro, nos
cuentan una historia muy absurda y simple pero que seguro nos arranca unas
cuantas sonrisas. No se complican la vida para enlazar un gag tras otro
mediante una historia que aporta un mínimo de sentido a lo que va ocurriendo.
GUIÓN: El guión es sumamente absurdo y delirante, esta road
movie está pensada para divertir y, a pesar de tener bastante poco sentido, el
ritmo no decae ni se hace aburrido. A pesar del tema, apenas hay
chistes escabrosos y el único gag sexual está bien introducido y no canta de
ninguna manera (lo cual es de agradecer). El desarrollo de la trama, aunque
mínimo, es correcto y sirve de sostén para un montón de tonterías de humor
descacharrante y divertido.
Presencia de buenos chistes y abuso de tópicos para firmar
una película simpática a medio camino entre la serie Z y una road-movie
romántica “seria”. Su falta de pretensiones la hace más agradable y divertida.
Nota: 5
Nota filmaffinity: 5.3
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