Mi
relación con Los Juegos del Hambre siempre fue curiosa: Los libros me
encantaron, pero nunca me sentí atraído por las películas. Ya desde las
primeras imágenes lo sentí como algo muy alejado de mis intereses y no me
preocupé por ellas. Acabé yendo a la segunda película de rebote, saliendo algo
más contento de lo esperado. Sin embargo, esto no me animó a seguir con el
resto, teniendo entonces la primera a mi alcance. Tiempo después salieron las
dos terceras y la pereza pudo conmigo.
Fue tres años más tarde que vi “los Juegos del Hambre” y finalmente
tarde otros dos años en ver el desenlace. Podéis imaginar el interés que le he
mostrado a esta saga…
Pongamonos
en situación, imagino que a estas alturas no hará falta explicar mucho sobre la
historia, ¿no? Básicamente, el país en que sucede la acción está dominado por
un elitista Capitolio que explota los recursos de Doce Distritos que viven
aplastados bajo su bota. Entre los muchos abusos está la obligación de que dos
de sus adolescentes tienen que participar en un letal concurso llamado “Los
Juegos del Hambre”. Katnis Everdeen es una joven rebelde que ha sido escogida
para participar este año. Como es nuestra heroína, su actuación servirá para
romper el statu quo en que vive la sociedad. Obviamente, contaré los detalles
de la historia que me convengan, por lo que si os molestan los spoilers,
continuad a vuestro riesgo :p
El
proyecto toma origen en la conocida saga de libros que (casi) inventa el género
del Young-Adult (y su ejército de los clones) que lo petó bien a lo grande,
vendiendo chorronadas de millones de ejemplares. Si a alguien le interesa, ya
la reseñé AQUÍ,
así que no me extenderé mucho.
Viendo
el éxito descomunal de los libros, Hollywood compró rápidamente los derechos,
por lo que las películas no se iban a hacer esperar. Sin embargo, estábamos en
plena fiebre de las adaptaciones de best-sellers adolescentes, por lo que
muchas veces se empaquetaba un film cuestionable, con suficientes cosas
reconocibles para poner el nombre famoso en portada sin pasar mucha vergüenza y
así triunfar en taquilla. No se necesitaba más en aquel momento, lo que se notaba,
obviamente, en el resultado final.
En
la
primera parte, tenemos la participación de Katniss
en los Juegos del Hambre. Sin embargo, el rodaje se vio lastrado por una
significativa rebaja del presupuesto una vez se había empezado a filmar. ¿En
que se tradujo esto? Escenas que deberían ser deslumbrantes, como el desfile en
el Capitolio o las propias instalaciones de los Juegos, son muy, muy cutrillas.
Los grandilocuentes Juegos del Hambre se convirtieron en una fiesta de
costillada (o similar), en la que se toman extrañas decisiones de cámara para
disimular la falta de escenarios, además de unos efectos especiales algo
cuestionables. Imagino que el elenco actoral, bien consciente de lo ocurrido,
pasara a actuar con poco interés por la película, excepto Jennifer Lawrence,
que en aquel momento se estaba jugando sus primeros taquillazos. El guión no
corre mejor suerte, pues parece adaptar páginas al azar del libro, olvidándose
de mil explicaciones y provocando un buen puñado de incongruencias, que
transcurren a un ritmo cansino que obliga a mirar demasiadas veces el reloj
durante sus dilatadas tres horas. Esta habría sido la típica película de
cuestionable calidad que concluía con una saga antes de ésta empezara, pero
reventó todas las taquillas a lo bestia, por lo que se dio luz verde a la
segunda parte a pesar de su cuestionable calidad.
Un
año después (no hay que dejar enfriar esto), llegó En Llamas.
La
película es casi una fotocopia de la anterior: Katniss ha ganado los Juegos del
Hambre sólo para volver a la Arena en un más difícil todavía. Tenemos pues una
repetición que busca hacer valer el dicho de Mas grande, más largo y sin cortes. A raíz del taquillazo anterior,
la productora cree más en su producto, por lo que le da un presupuesto más
abultado. Esto se nota en toda la puesta en escena, mucho más conseguida, con
unos efectos especiales resultones y una imaginería que expande lo visto con
cuidado y acierto. El guión peca de tener sus extraños cambios de ritmo, pero
consigue dar algo de profundidad al trasfondo ético del libro, cosa que se
había obviado en la anterior entrega. Los actores tienen algo con lo que
trabajar y se lo toman un poco más en serio. Por ello, la película llega a ser
un espectáculo disfrutable, entretenida por sí misma pese a su exagerada
duración. A pesar de que el boom literario estaba pasando, consiguió hacer unas
taquillas destacables, por lo que la conclusión estaba garantizada.
Pero
estamos en 2014 y aquí a las productoras
les daba por partir las películas en dos para así hacer doble taquilla (Las reliquias
de la muerte,
Amanecer…). Como
buen taquillazo esperado, a Sinsajo le
ocurrió lo mismo, teniendo una Parte 1
y una Parte 2.
Aquí sabiendo que se tiene toda la pasta que necesitan y cinco horas bien
buenas de tiempo, el director se lo toma con calma y explica prácticamente todo
lo que ocurre en el libro, con un puñado de diálogos calcados, y sin dejarse a
un solo personaje (aunque salgan sólo para decir su frase). Además, como ahora
hay dinero para efectos especiales, las escenas de acción se pueden recrear en
el músculo financiero del que se dispone ahora, con ostentación aparatosos
efectos especiales cada vez que se puede. Sin embargo, el cambio argumental de
la trama no está bien conseguido (nos movemos al género bélico después de dos películas
de aventuras), fracasando también en mantener un mínimo de ritmo que consiga
mantener el interés por los personajes. Después de todo, la película transita
por los carrilles más convencionales a través de unos personajes encarnados por
un elenco que ha puesto el automático, sabiendo que la chequera espera, sin
ningún interés por que el conjunto quede bien. La imaginería, que se veía
modesta pero cumplía con lo que se le pedía (más o menos), se ve sustituida
aquí por una anodina fotografía de videojuego genérico totalmente
intercambiable por cualquier ciudad en ruinas que nos podamos imaginar. El
aburrimiento acecha a la vuelta de la esquina y acabar con este mostrenco de
cerca de seis horas se torna una tarea pesada, realizada casi con la única
motivación de poder decir que te has acabado todas las películas.
Así
que ya acabo con los Juegos del Hambre. Estas cuatro películas conforman un
conjunto irregular, claramente creado por motivos digestivos, pero consiguiendo
reventar taquillas a lo ancho y largo del mundo a causa de los fans de la
viciante saga literaria. A ratos pesada, a ratos entretenida, algo
desconcertante, es una saga que cuesta de ver, presenta un buen puñado de
errores y pide un buen cañón de garbanzos para ser más consistente en todas sus
facetas. Incluso si disfrutasteis de los libros, seguro que podéis encontrar
algo más provechoso que gastar casi 12h en ver estas películas.
Tal
como ocurrió con los libros, el éxito de la saga cinematográfica trajo consigo un
puñado de sucedáneos de éxito relativo y calidad todavía más cuestionable (Divergente, El corredor del laberinto…).
Efectos que ocurren a raíz de la llegada a mansalva de los dólares,
lamentablemente. En ese sentido,
prefiero la sinceridad procedimental de los vampiros con brillantina que esta
sucesión de clones sin alma ni ganas que algún día traeré (o no) a este blog.
Notas:
3, 6, 3, 3
Global:
4
Notas
filmaffinity: 6.2,
6.5, 5.6, 5.6
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