lunes, 30 de marzo de 2020

La LEGO película 2


¡¡TODO ES FABULOSO!!! La LEGO película fue una sorpresa para muchos. Fresca, divertida y con canciones que se te clavaban en el alma, formaba un entretenimiento lleno de buen rollo que nadie se esperaba. Como tontos no son, ampliaron el universo con la película de Batman LEGO y la de NINJAGO. Con los años llegó el turno de recordar que ¡¡TODO ES FABULOSO!!


Bueno, la verdad es que no todo es fabuloso. Después de triunfar ante la adversidad, los héroes se encontraron con la invasión de los DUPLO (LEGOs para los más pequeños de la casa) provenientes de otro planeta. Los años han pasado y ahora el mundo LEGO se ha transformado en un erial a lo Mad Max en el que o matas o mueres. Menos Emmet, que sigue siendo el mismo entusiasta ciudadano de siempre. Cuando un misterioso personaje proveniente de la “Galaxia Hermana”, llena de purpurina y cosas pastelosas, secuestre a sus amigos, Emmet emprenderá un viaje improbable con la ayuda de Rex Dangervest, un misterioso mercenario de dudosas intenciones. Y luego ya todo se desmadra y cualquier cosa es posible, sólo limitada por la imaginación.

Lo mejor de toda la película es el exagerado bombardeo de chistes al que se somete al espectador. Los gags afloran por doquier (esto ya es marca de la casa), con muchas ganas de ser iconoclasta y meterse en jardines donde no suele uno introducirse. Especialmente brillante es la cantidad de guiños comiqueros y otros metachistes destinados al público más curtido. No sé si es que están pensando en los padres o es que no acaban de cuadrar el público objetivo ^^. Como siempre Batman es todo un hallazgo y sigue siendo el mejor personaje de toda la película.

La LEGO película 2 no pierde ninguno de los factores que convirtieron a la primera en una propuesta muy simpática. Todo es muy característico de lo que había: Acción para todos los públicos, canciones MUY pegadizas y chistes divertidos. Le falta, principalmente, el factor sorpresa que sí tenía la primera parte, pero bueno, todavía funciona.



Sin embargo, la película no acaba de fluir tan naturalmente como antes. Mike Mitchell y Trisha Gum demuestran estar algo menos inspirados que sus predecesores. El ritmo de la trama pierde un poco de empaque, con coreografías de acción divertidas pero sin ese salvajismo inconsciente de antes (o quizás porque ahora son más conscientes de lo que hacen). Todo el aparataje visual presenta muy buenas ideas que no acaban de estar del todo desarrolladas en pantalla, dando un resultado menos impactante (también es verdad que ya hemos visto 4 películas sobre ello, claro).

Las canciones sí que es un detalle a felicitar, aquí están mejor que nunca. Desde el inspirado “Todono es fabuloso” hasta la delirante canción de “Soy no-mala”, pasando por la horriblemente  efectiva “canción pegadiza”, cada una de ellas son perfectos himnos bien introducidos dentro del film, que se te clavan en el inconsciente y te sorprendes cantando alegremente durante toda la semana siguiente.

El hallazago del término “Chalecolega” por parte de traducción es brillantísimo. Un abrazo de mi parte.



El argumento realiza una delirante reflexión sobre el sexismo juvenil, convirtiéndolo en un juego metacinematográfico (nunca mejor dicho) entre realidad y ficción. El nihilismo de Mad Max tiene su origen en la adolescencia del hermano y la rebelión contra el mundo típica de la época; los invasores de purpurina vienen de la hermana pequeña, que vive en la habitación de arriba, mientras que el apocalipsis predicho viene de la madre de estos, que les obligará a recoger todos los muñecos si no dejan de pelearse entre ellos. Me encanta como el mundo que crea la hermana desprende total ingenuidad (ese soy NO-mala o las letales estrellas-super-cuquis) y el cacao típico de ser la Reina-SOY-LO-QUE-QUIERA-SER, muy reconocible a partir de los tópicos de los juegos “para chicas” mezclado con toques feministas (que tiene nueve años, normal tener un bonito cacao). Al final, unos comprenden que la purpurina no tiene nada de malo ni de indispensable, mientras que otros se dan cuenta de que enfadarse contra el mundo no es la solución. Al final, se habla de dejar atrás tus diferencias con los que te quieren y colaborar con ellos para vivir y jugar felices. Se trata la dificultad de madurar, la aceptación de dejar de ser un niño, pero que el amor, el cariño y el poder de la imaginación no deberían faltar. 


El tratamiento del tema es brillante, a pesar de la cantidad de trampas (pero de verdad) que se realizan para que todo cuadre. El mensaje del mundo real se despliega con corrección a costa de la trama LEGO, en la que acaba por dar la impresión de que todo vale, perdiendo bastante gracia. A fin de cuentas, ¿quién juega con quién? ¿Acaso lo que vemos reside en la (imperfecta) imaginación de los niños? ¿Lo viven los muñecos de verdad, o a lo Toy Story? Después de todo, se permite generar paradojas temporales, incoherencias dentro de su universo interno… Seguro que esto se podría habar cuadrado mejor con un poco más de trabajo.



Por otro lado, con tanto guiño, chiste y cabriola, es fácil perder el hilo de lo que está ocurriendo y seguro que un espectador despistado (o un niño flipado) salga de la película y no vea más que lucecitas y saltitos aquí y allá. Es demasiado fácil perderse diálogos o acciones importantes.

Pero la LEGO película 2 sigue proporcionando diversión por los cuatro costados. Lo que pierde en frescura y trama, lo gana en calidad y cantidad de chistes. Es algo menos impactante visualmente, con unos errores algo gordotes que conforman un conjunto irregular, pero eso no impide que me tengan comprado para una (segura) tercera parte. Emmet es adorable y las risas las he tenido a lo grande.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 5.8

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