Seguimos
con otro libro de la Cesta 2013, el Nº31, una propuesta muy diferente, sin nada
que ver con la seca ciencia-ficción que acabamos de pasar.
Título:
Del amor y otros demonios
Autor:
Gabriel García Márquez
“En 1949 el reportero Gabriel
García Márquez cubrió el derribo del antiguo convento de Santa Clara. Durante
el vaciado de las criptas funerarias, la sorpresa saltó al destapar la tercera
hornacina del altar mayor: se desparramó una cabellera de color cobre, de
veintidós metros y once centímetros de largo, perteneciente a una niña.
<<Mi abuela me contaba de niño la leyenda de una marquesita de doce años
cuya cabellera le arrastraba como una cola de novia, que había muerto del mal
de rabia por el mordisco de un perro, y era venerada en los pueblos del Caribe
por sus muchos milagros. La idea de que esa tumba pudiera ser la suya fue mi
noticia de aquel día y el origen de este libro.>>”
La historia gira alrededor de
Sierva María quien luego de ser mordida por un perro es sospechada de haber
contraído la rabia y de ahí, luego de las peores sospechas de creerse que está
poseída por demonios. A partir de allí y de la reclusión en el convento por
imposición de su padre el marqués se desarrollará la trama del libro hasta el
final.
Después
de leer este dulcecito, pues, qué bueno es este hombre escribiendo, qué
descripciones y qué personajes. Más allá
de la propia trama, parece que puedas llegar a sentir el aroma abotargado del
trópico, como se pega la ropa a la piel sudorosa y cómo todo se descompone
afectado por la podredumbre ambiental. García-Márquez me transporta a un puerto
tropical, a la inmisericorde jungla, o a los claustrofóbicos muros de un
convento del siglo XVIII. La escritura está llena de lirismo narrando sin prisa
alguna unos hechos que seguro no nos dejarán indiferentes. Este autor
colombiano es uno de esos escritores bendecidos por el arte de narrar historias
como los dioses.
La
obvia tragedia que sobrevuela cada página tiene como base el amor prohibido,
que se torna rápidamente destructivo. La novedad que lo hace todavía más
interesante es el tratamiento del mismo como si fuera originado por una
posesión demoníaca. García Márquez critica así a la ceguera religiosa, a los
prejuicios sin sentido que ven en la posesión (algo en lo que los religiosos
del libro creen con fervor) como una explicación plausible y rápida para los
hechos que están ocurriendo. Su erróneo diagnóstico provocará que los prelados
tomen las decisiones equivocadas, desencadenando una serie de catastróficas consecuencias
que podrían haberse evitado reflexionando con menos devoción desnortada.
La
protagonista sobre la que gira el libro, el objetivo del amor desbocado, es Sierva María.
Se trata de una pequeña de unos 10-11 años, hija del marqués que hace las veces
de cacique del lugar. Criada con todos los lujos imaginables, consentida hasta
límites insospechados, ha crecido haciendo lo que le daba la gana. Esta
libertad ha mezclado el catolicismo con el que le ha criado su familia con las
creencias religiosas de los esclavos negros con los que ha convivido toda su
vida. La ignorancia de los religiosos blancos a sus particularidades es el
punto de partida a toda la cadena de equívocos que trastocará su vida y la de
todos a su alrededor. A fin de cuentas, ella no tiene interés en amar o ser
amada, ni tiene delirios de grandeza. Se trata de una simple niña que desea que
la dejen en paz para poder divertirse con tranquilidad.
El
torturado enamorado es el bibliotecario Cayetano
Delarúa. Al principio se nos presenta como un hombre
docto, obcecado por sus estudios, que ha sido destinado muy a su pesar a
tierras caribeñas. Al principio sólo quiere estudiar para poder ganar una plaza
que le permita volver a la Santa Sede. Se sorprende aterrado cuando no puede
evitar sentirse atraído por la pequeña Sierva María. Incapaz de aceptar que la
niña le pone más caliente que el palo de un churrero, acaba llegando a la
(obvia) conclusión de que el demonio debe estar implicado, pues él es un hombre
(casi) santo, por encima de estas pasiones mundanas (jé).
El
tercer personaje en importancia es el Marqués de Casalduero, Ygnacio Alfaro y Dueñas,
a la sazón padre de Sierva María. Noble venido a menos, ha aceptado la
gobernación de la ciudad como una oportunidad para relajarse y disfrutar de la
vida. Se considera un gran hombre por el respetuoso trato que da a sus esclavos
negros (tampoco nos pasemos) y el amor que profesa a su hija, casi la única
razón que tiene para vivir. Asiste consternado a los cambios que se producen
ante la intervención de la Iglesia y la posible posesión de Sierva María. Como
alguien de mundo, no le cuadra la explicación que ofrecen los sacerdotes, pero
al mismo tiempo, su deber católico le compele a obedecer y aceptar, sumiéndole
en un mar de dudas.
Con
estos personajes, García-Márquez nos lanza a un mundo en el que los estándares,
la moralidad y la interpretación de lo correcto no tienen tanta importancia. En
ese sentido, es encantador. Se trata de un realismo mágico realizado con
brillantez. Es como un efímero tapiz de belleza sobrecogedora, mecido de
colores ruidosos. A medida que avanzas por las páginas de esta pequeña gema, te
adentras más y más a través de un plano de realidad alternativo en el que
algunas cosas absurdas tienen un sentido empedrable y los asuntos cotidianos
del día a día parecen perder cualquier sentido.
Más
un relato largo que una novela corta, se trata de un libro que sabe emocionar,
con un desarrollo lleno de sorpresas que se hace difícil de predecir. Aunque se
ventila en un par de tardes, cada segundo está poblado de una prosa prolija, de
extrema belleza, en la que los hechos descritos se clavan bien en el corazón,
llevando al lector a través de senderos escabrosos sin asomo de piedad para su
alma. Deja un profundo sentimiento de desesperanza, con la comprensión de que
el final es el que debe ser, sin rastro de paños calientes, obligándote casi a
buscar un abrazo de alguien cercano o de ponerse a llorar a moco tendido. Una
joyita que pasa mucho más desapercibida de lo que debiera.
Nota:
9
Nota
goodreads: 3.98/5
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