Otro libro que cae por formar parte de la Cesta’13 (Nº 47). Al menos tiene una portada bonita.
Título:
El gabinete de curiosidades
Autor:
Marie Rutkoski
Título
original: The cabinet of wonders (de maravillas)
Traducción:
José Pasó Espinosa
“Petra Kronos y Astrophil, su
ilustrada araña mascota, odian la injusticia. Y eso es precisamente lo que ha
cometido el príncipe Rodolfo al arrebatarle los ojos a su amado padre MIkal,
privándolo de seguir creando maravillosos ingenios. Resuelta a recuperarlos,
Petra se infiltra en el Castillo de la Salamandra, un lugar peligroso, habitado
tanto por extraordinarios artistas como por misteriosos magos y eruditos.
¿Podrán Petra y Astrophil sortear los peligros que se esconden en el castillo y
lograr su objetivo?”
Como
suele ocurrir en los libros que no conozco de nada, a veces hay sorpresas
agradables. El gabinete de Curiosidades es
una novela de fantasía ambientada en la Praga del siglo XVII a la que se le ha
añadido la presencia de magia como un elemento más de la sociedad. En cierto
modo, se nota muy deudora del estilo Potteriano, tanto en el tono que utiliza
para la historia como para la cohabitación de la magia dentro del mundo “real”.
Una de las cosas que se consigue con acierto es la suspensión de la
incredulidad necesaria para alejarse de la novela histórica sin que ningún
resorte chirríe por ello.
En este caso, El gabinete de curiosidades se sitúa poco antes de la fundación del Imperio Austro-Húngaro, durante la construcción del Reloj de Praga (un monumento que vale la pena visitar), al que se le otorga la capacidad de controlar el clima. El príncipe local es consciente del poder que implica ese control, intentando con todas sus fuerzas conseguir las piezas finales del constructo que, obviamente, nuestra heroína tiene en su poder.
Así
pues, tenemos un puñado de aventuras mágicas para toda la familia (como
podríamos esperar en las obras del niño mago), a pesar de alguna que otra
escena un tanto escabrosa que no acaba de casar con el tono general de la obra.
Lo más curioso es que al inicio no se te avisa de la presencia de la magia,
presentando un mundo aparentemente normal en el que hay cosas que “no cuadran”.
Es algo más avanzada la lectura cuando se te dice que hay algunos elegidos que
saben hacer magia y, entonces, todo cuadra más. En todo momento se mantiene
cierta cotidianeidad con el tema, no es un secreto, no es algo a celebrar,
simplemente es un elemento más de la sociedad.
No
se abusa, no se llega al steampunk. En este universo la “ciencia” y la “magia”
se han desarrollado en colaboración para acabar llevando a la civilización a un
avance similar al “real”, con lo que no hay nada que choque especialmente por
la presencia de la magia. Asimismo, no se trabajan especialmente unas reglas o
unos límites, hay quién tiene sus extras y ya, pero tampoco se ven poderes
desmesurados, con lo que se mantiene todo bajo control.
Se nota, después de todo este rato, que lo que más me ha gustado del libro es la construcción del mundo en que se desarrolla: coge un momento histórico concreto, recrea lo que le interesa y luego cambia lo que le da la gana. Sin embargo, lo hace con acierto, transportando a nuestro mundo lo que podría estar ambientado en un mundo de fantasía cualquiera. Se siente como posible y verosímil, algo bastante raro en este tipo de libros.
Con
tanto mimo en la presentación del mundo, los personajes son algo más
arquetípicos, pero por lo menos bien diferenciables, con caracteres definidos. Petra Kronos
es la protagonista absoluta de la novela, siguiendo punto por punto el manual
de cómo debe ser una heroína de aventuras juveniles: chulita, determinada y
testaruda, pero muy entrañable, mostrando cierta ingenuidad sobre cómo funciona
el mundo, con lo que se le coge cariño rápido.
A su lado está su fiel Astrophil, una arañita mecánica que la acompaña siempre. Muy simpática y presta siempre a ayudar a su amiga, funciona a modo de Pepito Grillo, de conciencia a conveniencia del guión, para que Petra haga lo correcto y no la líe más de lo que necesita la historia.
Es ayudada en su Aventura, por Neel, un gitano de su edad que se las sabe todas, un granujilla de buen corazón que, como buen Han Solo, empieza siendo egoísta y pronto comprende la necesidad de ayudar al héroe por el bien de la humanidad (o algo así). Por una vez (quizás en consonancia con el buen trabajo de construcción del mundo), los gitanos son retatados como seres humanos, con sus costumbres y sus particularidades, pero sin parecer hadas místicas ni alegres juglares. Se agradece por fin una presentación sin la caricaturización tan típica de la fantasía.
La
trama es quizás lo de menos, aventuritas facilitas para refrescar y dar a un
lector primerizo un buen entretenimiento con el que coger impulso para lanzarse
a cosas más sesudas. Ahí está uno de sus triunfos, el libro se lee
agradablemente, con una acción que guarda algún que otro momento inspirado y te
permite pasar páginas sin especial esfuerzo. Su reducida longitud (inusual para
este género), los pocos devaneos filosóficos inútiles y la acertada
construcción del mundo son indispensables para dejar un buen recuerdo. El libro
va directo al grano con acierto y avanza a buen ritmo sin complicarse la vida
en absoluto.
Aunque sea a modo de apunte, me hace gracia que se insinúe cierto toque romántico entre los protagonistas que, al tener apenas doce años, no llega a culminar (ni se busca). Supongo que en libros posteriores, una vez crezcan más… En fin.
¿Echas
de menos a Harry Potter? ¿Tienes ansia de la clase que desprende la Misteriosa
Sociedad Benedict? ¿Buscas al siguiente Ladrón del Rayo que te lleve de
aventuras fantásticas? El gabinete de Curiosidades está por debajo de este
nivel, pero se basta para paliar el mono, por ahora.
Aventuras para toda la familiar ciertamente entretenidas que disfrutar sin exigencias. Surgido a raíz de los tótems de su género, bebe de sus fuentes y cumple como sustituto sin ofrecer nada especialmente novedoso. Una lectura agradable dentro del ejército de los clones Potterianos de los que hemos leído cientos de propuestas similares.
Nota:
5
Nota
goodreads: 3.95/5
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