Hacía demasiado que Pratchett no se pasaba por aquí. Hay que darle, de vez en cuando.
Título: Hombres de armas
Autor: Terry Pratchett
Título original: Men at arms
Traducción: Albert Solé Company
“<<¡Sé un HOMBRE en la Guardia de la Ciudad” ¡La Guardia de la Ciudad necesita HOMBRES!>> Hasta ahora, sin embargo, la Guardia Nocturna solo cuenta con el cabo Zanahoria (técnicamente un enano), el agente Cuddy (realmente un enano), el agente Detritus (un troll), la agente Angua (una mujer… la mayor parte del tiempo) y el cabo Nobbs (descalificado de la carrera evolutiva por hacer trampas).
Y necesitan toda la ayuda que puedan conseguir. Porque hay un asesino suelto en las calles, con un arma nueva y mortífera y, lo más más peligroso, un PLAN para devolver a la ciudad de Ankh-Morpork su grandeza perdida. Además, tienen que desenmascararlo antes del mediodía, cuando el capitán Vimes devuelva su placa y se case con la mujer más rica de la ciudad.
Comparado con lo que se les viene encima, acabar con aquel dragón que atacó la ciudad hace un tiempo resultó fácil, ¡hasta enfrentarse a un ejército de enanos sería más fácil! Y si la tarea es complicada para un cuerpo de vigilancia normal, para la Guardia Nocturna puede convertirse, literalmente, en un auténtico <<rompecocos>>…”
Aunque puede leerse separadamente, Hombres de armas viene después de ¿Guardias? ¡Guardias!, siendo la segunda novela de la Guardia de la Ciudad del Mundodisco, el mítico universo creado por Pratchett.
Hombres de armas es una desternillante comedia repleta de comentarios de ingeniosidad disparada y toneladas de carisma. Además, se las arregla para ser también un thriller de asesinatos que funciona a la perfección sin perder un ápice de gracia. Es tremendamente divertida, de una manera inteligente, didáctica y satírica, con alguna que otra puñalada o flechazo que impacta con más contundencia de la debida, pero lo más importante de todo es que consigue que cada personaje te importe y quieras que se convierta en tu amigo (sí, incluso Nobbs).
La saga de los Guardias es la que Pratchett usó para hablar sobre los problemas de la sociedad, utilizando la fantasía como armazón sobre la que orquestar sus reflexiones. Si en ¿Guardias? ¡Guardias! Hablaba sobre las formas de gobierno y las cualidades de los gobernantes, aquí se enfanga en temas como el racismo, el sexismo, la corrección política, las distinciones de clase y la inhumanidad de los cuerpos militares. Sin embargo, lo hace con estilo, burlándose con ansia de aquello merecedor de burla, defendiendo sus posturas con criterio y arrojando toneladas de gatitos furiosos a todos los excesivamente intolerantes.
Zanahoria se convierte aquí en el personaje capital. Pasa de ser un secundario cómico incapaz de entender las metáforas a un protagonista carismático, interesante y encantador. Joé, es el REY. Domina la ciudad como nadie, robando la atención de cada página en la que aparece y resolviendo cualquier conflicto a base de optimismo y concordia con una naturalidad tan deliciosamente pasmosa que se hace adorar. Especialmente cuando Pratchett se mete en el barro con las cuestiones sociales más espinosas es cuando se las arregla para que Zanahoria siente el precedente perfecto, con una visión moral intachable y la palabra correcta para que nadie pueda rechistarle. Se nota que mi autor favorito no daba puntada sin hilo.
Eso no hace que el Capitán Vimes desaparezca. El abnegado jefe de la guardia medita su retirada, con se enfrenta a graves tribulaciones: debe escoger un sucesor y debe acostumbrarse a la vida de jubilado. Pero a su edad, habiendo sido Guardia toda la vida, pues hay costumbres que cuesta dejar. Sigue con su carácter deliciosamente pesimista y su arsenal de frases lapidarias, tan adorable como siempre. El libro no va de él, pero cada momento en que aparece, aunque sea para desesperarse por la situación, gana enteros sin esfuerzo.
El tercer personaje en importancia es la recluta (luego cabo) Angua. Esta mujer que quiere dejar su vida atrás es decidida, valiente, disciplinada… ¿qué hace en la Guardia? Pues que tiene sus peliagudos secretos que la hacen todavía más especial. Un ejemplo de cómo crear personajes femeninos interesantes hace más de cuarenta años, porque se hace querer la jodía.
Y bueno, no puedo olvidarme de destacar al pobre Gaspode, que aquí hace su primera aparición. Este adorable perrete que ha pasado demasiado tiempo cerca de la Universidad Invisible ha cobrado inteligencia y es capaz de hablar como el mejor de los humanos (otra cosa es que tenga algo que decir, claro). Aunque su subtrama no parezca estar involucrada con la principal, pronto le veremos meter pata y aportar sus saberes cánidos a la investigación. Me encanta la capacidad que tiene para complementarse con Zanahoria y, sobretodo, con Angua. ¿Hay algún libro en que sea el protagonista absoluto?
Lo dicho, la Guardia de la Ciudad es mi conjunto de novelas favoritas del Mundodisco, y Hombres de armas es quizás mi libro favorito dentro de ella. ¿Acaso necesito algo más para adorar a esta preciosidad?
Es que el libro lo tiene todo: una historia de detectives curiosa en interesante, reflexiones muy bien paridas sobre temas que ya eran capitales en los ochenta y ahora los siguen siendo, personajes inolvidables y, luego, su sentido del humor. No puedo sino elogiar el festival de chistes, chascarrillos y dobles sentidos que desbordan cada página sin que por ello el resto de detalles del libro pierdan comba. Un placer para leer con una buena cerveza y unas croquetas.
Nota: 10
Nota goodreads: 4.38/5
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