¡¡TODO ES
FABULOSO!!! La LEGO
película fue una sorpresa para muchos. Fresca, divertida y con canciones
que se te clavaban en el alma, formaba un entretenimiento lleno de buen rollo
que nadie se esperaba. Como tontos no son, ampliaron el universo con la película
de Batman
LEGO y la de NINJAGO. Con los años llegó el turno de recordar que ¡¡TODO ES
FABULOSO!!
Bueno, la verdad es
que no todo es fabuloso. Después de triunfar ante la adversidad, los héroes se
encontraron con la invasión de los DUPLO (LEGOs para los más pequeños de la
casa) provenientes de otro planeta. Los años han pasado y ahora el mundo LEGO
se ha transformado en un erial a lo Mad Max en el que o matas o mueres. Menos
Emmet, que sigue siendo el mismo entusiasta ciudadano de siempre. Cuando un
misterioso personaje proveniente de la “Galaxia Hermana”, llena de purpurina y
cosas pastelosas, secuestre a sus amigos, Emmet emprenderá un viaje improbable
con la ayuda de Rex Dangervest, un misterioso mercenario de dudosas
intenciones. Y luego ya todo se desmadra y cualquier cosa es posible, sólo
limitada por la imaginación.
Lo mejor de toda la película es el exagerado bombardeo de chistes al que se somete al espectador. Los gags afloran por doquier (esto ya es marca de la casa), con muchas ganas de ser iconoclasta y meterse en jardines donde no suele uno introducirse. Especialmente brillante es la cantidad de guiños comiqueros y otros metachistes destinados al público más curtido. No sé si es que están pensando en los padres o es que no acaban de cuadrar el público objetivo ^^. Como siempre Batman es todo un hallazgo y sigue siendo el mejor personaje de toda la película.
La LEGO película 2
no pierde ninguno de los factores que convirtieron a la primera en una
propuesta muy simpática. Todo es muy característico de lo que había: Acción
para todos los públicos, canciones MUY pegadizas y chistes divertidos. Le
falta, principalmente, el factor sorpresa que sí tenía la primera parte, pero
bueno, todavía funciona.
Sin embargo, la
película no acaba de fluir tan naturalmente como antes. Mike Mitchell y Trisha
Gum demuestran estar algo menos inspirados que sus predecesores. El ritmo de la
trama pierde un poco de empaque, con coreografías de acción divertidas pero sin
ese salvajismo inconsciente de antes (o quizás porque ahora son más conscientes
de lo que hacen). Todo el aparataje visual presenta muy buenas ideas que no
acaban de estar del todo desarrolladas en pantalla, dando un resultado menos
impactante (también es verdad que ya hemos visto 4 películas sobre ello,
claro).
Las canciones sí que
es un detalle a felicitar, aquí están mejor que nunca. Desde el inspirado “Todono es fabuloso” hasta la delirante canción de “Soy no-mala”, pasando por la
horriblemente efectiva “canción pegadiza”,
cada una de ellas son perfectos himnos bien introducidos dentro del film, que
se te clavan en el inconsciente y te sorprendes cantando alegremente durante
toda la semana siguiente.
El hallazago del
término “Chalecolega” por parte de traducción es brillantísimo. Un abrazo de mi
parte.
El argumento realiza
una delirante reflexión sobre el sexismo juvenil, convirtiéndolo en un juego
metacinematográfico (nunca mejor dicho) entre realidad y ficción. El nihilismo
de Mad Max tiene su origen en la adolescencia del hermano y la rebelión contra
el mundo típica de la época; los invasores de purpurina vienen de la hermana
pequeña, que vive en la habitación de arriba, mientras que el apocalipsis
predicho viene de la madre de estos, que les obligará a recoger todos los
muñecos si no dejan de pelearse entre ellos. Me encanta como el mundo que crea
la hermana desprende total ingenuidad (ese soy NO-mala o las letales
estrellas-super-cuquis) y el cacao típico de ser la
Reina-SOY-LO-QUE-QUIERA-SER, muy reconocible a partir de los tópicos de los juegos
“para chicas” mezclado con toques feministas (que tiene nueve años, normal
tener un bonito cacao). Al final, unos comprenden que la purpurina no tiene
nada de malo ni de indispensable, mientras que otros se dan cuenta de que
enfadarse contra el mundo no es la solución. Al final, se habla de dejar atrás
tus diferencias con los que te quieren y colaborar con ellos para vivir y jugar
felices. Se trata la dificultad de madurar, la aceptación de dejar de ser un
niño, pero que el amor, el cariño y el poder de la imaginación no deberían
faltar.
El tratamiento del
tema es brillante, a pesar de la cantidad de trampas (pero de verdad) que se
realizan para que todo cuadre. El mensaje del mundo real se despliega con
corrección a costa de la trama LEGO, en la que acaba por dar la impresión de
que todo vale, perdiendo bastante gracia. A fin de cuentas, ¿quién juega con
quién? ¿Acaso lo que vemos reside en la (imperfecta) imaginación de los niños?
¿Lo viven los muñecos de verdad, o a lo Toy Story? Después de todo, se permite
generar paradojas temporales, incoherencias dentro de su universo interno…
Seguro que esto se podría habar cuadrado mejor con un poco más de trabajo.
Por otro lado, con
tanto guiño, chiste y cabriola, es fácil perder el hilo de lo que está
ocurriendo y seguro que un espectador despistado (o un niño flipado) salga de
la película y no vea más que lucecitas y saltitos aquí y allá. Es demasiado
fácil perderse diálogos o acciones importantes.
Pero la LEGO
película 2 sigue proporcionando diversión por los cuatro costados. Lo que
pierde en frescura y trama, lo gana en calidad y cantidad de chistes. Es algo
menos impactante visualmente, con unos errores algo gordotes que conforman un
conjunto irregular, pero eso no impide que me tengan comprado para una (segura)
tercera parte. Emmet es adorable y las risas las he tenido a lo grande.
Nota: 6
Nota filmaffinity: 5.8