¡Hola a todos! Tal como hice el año pasado, me arrogo
también el deber de otorgar también las Recomendaciones (de Mt) del año a las
series. Y no es que haya visto pocos capítulos, ¡ni mucho menos! Cuando empecé
el repaso, creía que iba a tener un buen montón de ellas entre las que escoger,
pues a lo largo del año he visto capítulos de 21 series diferentes, pero luego
acabar… ¡he acabado poquitas! Y de acuerdo con mis reglas que me autoimpuse…sólo
hablaré de aquellas que he acabado este año, es decir, de
aquellas que he visto el último capítulo de la misma (y ya no habrá más) a lo
largo de estos últimos 365 días, que doy por finiquitada, vuelva o no por sus
capítulos en un futuro próximo o lejano.
Las tres series (completamente terminadas) que he decidido
destacar este año son bien diferentes. Tanto que no comparten ni género, ni
temática ni país. Quizás son algo irregulares en su conjunto, pero sus momentos
de inspiración son más que suficientes para hacerse merecedoras de aparecer por
aquí.
La primera de ellas proviene de un país del que nunca
hubiera esperado premiar una serie. La
Zona es una serie patria. Movistar se suma al carro de la producción propia
en su canal de series con un mastodonte que busca emular las más prestigiosas
producciones provenientes del otro lado del charco. Con un estilo
clarísimamente deudor de la HBO, La zona es
una serie de 8 capítulos de 1h que nos sitúa en un futuro cercano, en el que
una serie de atroces crímenes se suceden en el área de descontaminación de una
central nuclear asturiana, destruida pocos años antes. Cuando el inspector a
cargo -un estupendo Eduard Fernández- hunda un poco el hocico en la
investigación, se encontrará con un lodazal de turbios secretos en torno a la
“accidental” explosión de la central, tocando las narices a aquellos que no desean
ser molestados. Se notan los abundantes medios con que está realizado este
notabilísimo thriller: una fotografía espectacular que acentúa una atmósfera
sombría muy lograda, grandes escenarios naturales, una buena plétora de
actores… Lo dicho, si no fuera porque es muy nuestra, podría colar como una
producción de la HBO. Un ritmo un pelín más vivo en su media parte le hubiera
sentado bien, pero está tan por encima de la producción nacional habitual que
no puedo sino destacarla.
En la Tierra de Aang, las cuatro naciones (asociadas a
los diferentes elementos) vivían en armonía, pero todo eso cambió con el ataque
de la nación del Fuego. Después de cien años de guerra, la aparición de un niño
que puede dominar los cuatro elementos puede salvar al mundo –o acabar con él-,
pero este niño todavía tiene mucho que aprender…
Avatar: la leyenda de Aang es una producción del canal
estadounidense Nickelodeon de lo más curiosa, pues sigue punto por punto todas
las reglas del shonen japonés más clásico. La construcción de los personajes,
el estilo de los combates, la trama en torno a un improbable elegido y sus
continuos power-up… todo. Sin
embargo, la animación y el diseño de la imaginería sigue unos cánones perfectamente occidentales. Una mezcla de lo
más curiosa.
Compuesta de tres temporadas de 20 capítulos cada una,
tiene el problema de ser claramente infantil en sus inicios, con capítulos que
se pueden hacer bastante durillos para el espectador más curtido. Por suerte
para todos, la serie va cogiendo un tono más juvenil y trascendente,
especialmente a partir de la segunda temporada, con la aparición de los mejores
personajes de todo el conjunto. Al final, te queda una serie que goza de una
trama bien llevada, introduciendo dilemas éticos muy curiosos (sin dejar de ser
juvenil), acción bien molona, personajes carismáticos y un final de bandera
(cuando parece que la van a cagar con todo el equipo xD).
Como ya pasó con los libros, la última de las
Recomendaciones (de Mt) de este año es también una propuesta con los pies MUY
en la Tierra. Desde Dinamarca nos llega una serie que considero obligatoria (al
menos en su primera temporada) para toda persona que quiera atreverse a hablar
de política. Borgen nos cuenta la
historia de Byrgit Nielsen y su partido político que, debido a una inusual
serie de acontecimientos, acaba al mando del Parlamento danés (el Borgen),
dirigiendo el país. Este grupo que venía concienciado para hacer de ruidosa y
minoritaria oposición se ve obligado a comandar el futuro de su nación,
aprendiendo sobre la marcha todos los resquicios y las intrigas del poder. Con
un guión afilado como el Sorkin más inspirado vamos viendo como el idealismo
choca contra la vida real y las concesiones van apareciendo aquí y alla: menos
tiempo con la familia, es necesario pactar y ceder en algunos temas para ganar
en otros… Sorprende y deleita por el realismo de sus primeras 2 temporadas,
memorables por la calidad de sus diálogos, el carisma de sus protagonistas y la
profundidad de sus tramas. Lamentablemente, un cambio de guionistas convierte
la tercera (y última) temporada en más que prescindible. Igualmente, una serie
que no podéis dejar pasar de ninguna manera, al menos los primeros 10 capítulos
que son canelita de la buena buena.
Y ¡chim pum!, ésta es la conclusión de mi resumen del año.
Seguro que dentro de esta marabunta de recomendaciones de todo tipo encontrarás
alguna propuesta interesante con la que disfrutar, pasar un buen rato y, quién
sabe si cambiarte la vida.
¡NOS LEEMOS!
No me llaman mucho la atención, pero creo que buscaré La zona y a ver qué tal; tiene buena pinta.
ResponderEliminarLa última que he visto ha sido The fall (La caza) y me ha gustado bastante. Sobretodo el papel de Gillian Anderson que está estupenda. Ah! y está en Netflix!!! ;)
Échale un ojo al inicio de Borgen también, es canelita de la buena.
EliminarRespecto a "La caza", algún día llegará la reseña. :) Gillian Anderson es espectacular. No obstante, la serie se me hacía un pelín (muy) pesada. Me parece que si en vez de capítulos de 60minutos, llegan a ser de 42-45min (al modo clásico yanqui) hubiera sido más ágil y entretenida.
Un saludo
Mt