Definitivamente, este hombre sólo sabe hacer cuentos para niños, pero vaya
cuentos más bonitos. Si El libro de Kells
ya era una preciosidad, La Canción
del Mar (2º nominación al Oscar) no se queda precisamente atrás.
La canción del Mar es un pequeño cuento popular del folklore irlandés en el
que se cuentan las aventuras del último niño foca. En él, Ben es un niño que ha
crecido maravillado por las leyendas que le contaba su madre, la cual muere al
dar a luz a su hermana pequeña. Cuando la vida de ella corra peligro por el
asalto de fuerzas mágicas siniestras, Ben comprenderá que su hermana es un ser
especial al que proteger, pues hay que cuidar lo bello que tenemos en el mundo.
El alucinante estilo artesanal de Moore es un contrapunto brutal al
dominante CGi que impera en Estados Unidos. Tal como hizo en Kells, evoca aquellos libros para niños
repletos de ilustraciones que leíamos antes de irnos a dormir. Cada plano nos
recuerda que no se necesitan mil cosas en pantalla y un despliegue
computerizado de primer nivel para componer tallas delicadas y maravillarnos
con una estética acuarelada bellísima. Tiene un toque añejo, que nos recuerda
cómo se hacían las cosas antaño, con mucho mimo y mucho talento en el trazo, la
textura y el color. Cada escena es una obra de arte en sí misma, perfectamente
válida para colgar en el salón de tu casa. La exquisitez con que sea capta la
esencia de la mitología celta es fabulosa, dando vida a la magia, las piedras y
los bosques.
Rebuscando otra vez en la bellísima tradición celta se compone una historia
para los más pequeños, con un desarrollo muy fácil y claro, unos personajes muy
entrañables y una invitación a dejarse llevar por la magia y la fantasía. Aunque
no destaca por la profundidad de sus personajes, estos se hallan adecuadamente
caracterizados, especialmente la frágil y encantadora niña protagonista que es
capaz de robarnos el corazón desde el primer fotograma. Siendo como es una
película para los más pequeños, sorprende por su capacidad para fascinar ante
la belleza de su composición. Sólo por ello ya merece un visionado.
La música, llena de una clara influencia irlandesa folk, le sienta como
anillo al dedo a la trama y se basta ella sola para mostrarse poética,
enfatizando la emoción correspondiente en cada momento.
No es más que un cuento para niños. Pero es el cuento para niños más bonito
que vas a ver este año. Ideal para fascinar a los más pequeños y evocar la
imaginación de aquellos con capacidad de soñar y sentir empatía por aquellos
que nos rodean. Un trabajo de artesanía
de los que ya apenas se ven. Muy, muy hermoso. De los que antes destinarías a
un museo que a una sala de cine.
Nota: 7
Nota filmaffinity: 7.7
Hubiera estado encantado de que esta película se llevara el Oscar de
animación. Es Un interesantísimo y
brillante ejercicio de estilo que luce bien, muy bien y bonito, pero al que le
falta algo de alma para llegar algo más lejos que a los ojos o los oídos. Y eso con Big Hero 6 por medio, no da para competir.
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