Bienvenidos a la crítica
de pre-estreno de Sin City 2. Aunque no estoy muy seguro de llamarla
“pre-estreno” ya que parece que va a ir directo al DVD sin pasar por los cines
ni por la casilla de salida. A primera vista puede parecer extraño que la
secuela de una película que mola un puñao (y parte del otro) vaya directamente
al mercado doméstico pero después de protagonizar una de las mayores estampadas
del año (y de los últimos tiempos) en EEUU podemos tener una ligera idea de que
la película no ha salido muy bien.
Y es que el bajón es de los gordos. Es imposible no compararla con su predecesora y
ver que sale perdiendo en todos los aspectos. En la
primera no había una historia protagonista, ya que quién estaba al frente de
todos era la propia ciudad, que palpitaba como un ser vivo, escupiendo miseria,
lucha y muerte. Con esto se conseguía que todas las historias tuviesen el mismo
protagonismo y gozasen con sus minutos para contar epopeyas y tragedias, todas
impactantes y con ingeniosos diálogos que dejaban huella. Y ahora… Sí, tenemos tres historias más, pero con un claro
protagonismo de “A dame to kill for” que provoca que las otras pasen a ser secundarias
y poco importantes.
La película no deja de
ser más de lo mismo (lo que no tiene porque tener nada de malo) con el abuso de CGI, la ciudad envuelta en
violencia, corrupción, sexo y las viñetas en movimiento que ya vimos hace nueve
años. Lo que nos ofrece Robert Rodriguez son cuatro nuevas
historias del cómic plasmadas en la pantalla que, sin estar del todo mal dejan
la sensación de que las tres mejores que parió Frank Miller ya se usaron en la
primera parte. Tres episodios que desbordaban pasión, tanto al crearse como al pasarse
a la gran pantalla. Se notaba que había ganas de hacer las cosas bien y se puso
mucho mimo. En esta entrega, en cambio, parece que el director se ha limitado a cumplir cogiendo el comic como story-board y
tirando para adelante sin mirar, sin preocuparse por conseguir un ritmo
narrativo interesante, corregir las incoherencias temporales o molestarse en
disimular que los actores que repiten son ya casi diez años más viejos.
Ver a Marv, ese gladiador desbocado, convertido en una especie de
Supermán borracho y bonachón es incluso decepcionante, de la misma manera que Josh Brolin no hace olvidar al Clive Owen de
“The big fat kill” (siendo el mismo personaje) e incluso Miho (también con
cambio de actriz) pierde grandes dosis de carisma. Es todo un bajón. Por
suerte, los nuevos personajes dan un poco de aire fresco y cumplen mucho mejor.
El tahúr arrogante interpretado por Joseph Gordon-Lewitt goza de tener la historia más
“diferente” del pack y se permite
hacer un papel con empaque. Por su parte, Eva Green es el mayor aporte a la película. Es quizás la única que
le pone ganas de verdad y nos brinda a una femme fatale cruelmente seductora, desbordando
sensualidad por los ojos y pervirtiendo a todo hombre que pasa
cerca. Se entiende por qué su historia es la que ocupa más espacio de metraje y
la más interesante, aunque peque de ser algo previsible.
Pero es que
no hay más. Sin City 2 es
exactamente lo mismo que ya habíamos visto. Una preciosista ambientación
adornada con el exceso de sangre, sexo y decadencia que ya conocemos, historias
de venganza y muerte y… ya. Sin duda es suficiente para satisfacer
a los fans que busquen ver su cómic en movimiento pero ya no aporta nada al
resto de los espectadores. Su guion es mucho más flojo que su predecesora e
incluso los perdedores parecen serlo porque son tontos, perdiendo esa sensación
de trágica inevitabilidad que la caótica ciudad provocaba. Muy bonita de ver, pero poco más.
Nota: 3
Nota filmaffinity: 5.2
“Si, contando con las mimbres que tienes, lo más interesante de la película
acaban siendo las tetas de Eva Green y el culo de Jessica Alba… Algo malo has hecho Robert”
La primera no me gustó nada, así que creo que pasaré de ésta, al menos de momento.
ResponderEliminarSi ni te gustó la primera... Ni se te ocurra entretenerte con ésta. Seguro que encuentras cosas mejores que hacer.
EliminarMt