domingo, 2 de noviembre de 2014

Un juego de inteligencia

Dentro del DPM de este mes nos vamos  a Alemania. De Weingartner sólo conocía la sugerente Los EduKadore. Así que a botepronto, nos vamos a divertir con cañonazos nada sutiles sobre los defectos de la sociedad occidental. Esta vez la película se centra en uno de los medios de ocio más habituales de la sociedad occidental: la telebasura y la lucha por las audiencias.


Weingartner sabe que lo mejor es empezar con fuerza y exagera de la manera más bruta e innecesaria presentándonos la vida del rey de la telebasura. Reiner es el mejor creador de realities del país, que triunfa creando programas a cada cual más zafio y vomitivo. Su vida es un compendio de excesos y vicios que se ve truncado al ser atropellado por la víctima de uno de sus programas que quería desquitarse.  Reiner se lo toma como una oportunidad de encauzar el resto de sus días y decide embarcarse en una odisea para desenmascarar a las televisiones y demostrar como trucan las audiencias para que triunfe la telebasura.

Y mientras que Los Edukadores me gustó, ésta es de los engendros peor rodados que he visto en un buen trecho. Entiendo que es necesario demostrar la vileza de la telebasura, pero la demonización gratuita y grosera que se realiza es de traca. La presentación de personajes es digna de las peores películas de serie C mientras que el trabajo actoral se asemeja a la capacidad interpretativa de los actores del cine porno. Una vez ha pasado la primera ronda de pedradas el autor se centra en lo que debería ser la historia, pero lo hace mediante personajes incoherentes, sinsentidos repartidos por ahí, frases pretendidamente profundas sin fundamento y absurdeces continuas. Tal cantidad de despropósitos choca con el tono documental con el que se presenta la historia haciendo difícil que nos podamos tomar en serio la cinta (no me voy a entretener a enumerar las muchas incoherencias y errores de continuidad que hay, son demasiados).

Y ahora que ya hemos puesto las cualidades cinematográficas de la película a la altura del betún, hay que reconocerle que la crítica que realiza sobre la telebasura está muy bien tirada. Hay dos cuestiones causa/efecto que plantea:

-     A la gente le gusta la telebasura => sube la audiencia => Las TVs programan más telebasura => Desaparecen los programas no basuriles (la gente tendría la culpa de que haya telebasura)

-          Las TVs solo ponen telebasura => No hay opción de ver otro tipo de programas => La audiencia de la telebasura  sube => Aún hay más programas de este tipo (Si se le diera la opción de ver programas de calidad, la gente los vería).

El debate está torpemente planteado en la película pero da mucho juego y permite discutir sobre muchos aspectos de nuestra sociedad que seguro no hubiéramos cuestionado. Un pequeño punto a favor que hemos de concederle. En casa, después de despotricar por sus muchos errores, tuvimos una larga y curiosa discusión sobre el tema, llegando más o menos a la conclusión de que El público habitual no ve la televisión para culturizarse o satisfacer sus inquietudes intelectuales. Ve la televisión para entretenerse y/o olvidar sus problemas durante un par de horas. De ahí a que cualquier chorrada que le permita aparcar el cerebro funcione bien, especialmente si tiene un componente morboso que siempre pone mucho.

Además, la película ha quedado bastante desactualizada con la aparición de Internet y la televisión a la carta. Aquel espectador que mira la televisión con cierto espíritu crítico sobre qué ver simplemente ha dejado de seguirla. Se ha cansado de contemplar pasivamente lo que se le ofrece en parrilla y se molesta a buscar las series/programas/documentales/películas que desea ver directamente. Ya sea en los servidores que tienen los canales, las productoras, videoclubs, DVDs comprados y otros medios encuentra algo de su gusto para utilizar la pantalla que hay en la "sala de estar" (el auge de las series es un efecto claro de esto).

La idea planteada es muy buena, pero está muy mal trasladada a la pantalla (pero mucho mucho). Hay que reconocerle que provoca y da pie a reflexiones interesantes pero luego falla en todo: lagunas en el guión, personajes incoherentes, malas actuaciones, escenas mal hechas…

Nota: 2
Nota filmaffinity: 6.0

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