Viendo que estamos ante una
película de Torrente, uno no espera gran
cosa. No obstante, debo reconocer que no esperaba una cosa tan, pero tan
chusquera.
Torrente ya está llegando a unos
niveles de degeneración insoportables, incluso para él. Apartado de la policía,
expulsado del gremio de detectives, sobrevive haciendo trapicheos entre los que
aún creen en él. Desesperado, acepta el encargo de un asesinato a sueldo, sin
saber que es una encerrona para meterlo en la cárcel el resto de sus días.
Uno está acostumbrado a ver cine
malo, pero la primera media hora de esta “cosa” es de lo peorcito que he visto.
Es un remiendo para tener una excusa y así meter a Torrente en la cárcel
mientras desfilan el mayor número de famosetes por pantalla. Por suerte, una
vez se llega a la prisión y empieza la trama como tal, la película mejora y se
transforma en un Agárralo como puedas
castizo. Todo lo cutre que uno quiera, pero más soportable.
ACTORES: Como siempre, grotescos.
Es una película para hacer el ridículo y en eso se quedan a gusto todos.
Personajes que aparecen porque sí, cientos de coleguitas con una línea de guión
y jugar a ver a cuantos reconoces. Hay que reconocer que en cada película hay
más y más cameos. Total, como la historia no importa lo más mínimo… pues se
pueden permitir.
DIRECTOR: Resulta curioso,
estamos ante una de las películas más cutres y horribles de los últimos años,
pero Segura maneja un presupuesto bastante abultado. Esto le permite lucirse y
tener unos escenarios bastante trabajados y unas escenas de acción resueltas
con una practicidad que ya le gustaría a muchos directores españoles. Por el
resto, ni se molesta a aplicar una lógica o un sentido a la película, pues no
es más que un desfile de chorradas grotescas. Incluso dentro de las spuff movies, el resultado es cutre,
especialmente debido a su horrible e insoportable planteamiento.
GUIÓN: Las cotas de cutredad que
alcanza la película son sorprendentes. En la primera, e incluso en la segunda
película, Torrente tenía carisma y su ridiculez hacía gracia. Aquí ya es un
simple cúmulo de cameos y una especie de
historia para unirlos todos. Si la película se aguanta (ejem) es por su
personaje principal, antes un policía corrupto con un particular sentido del
honor, ahora un zafio timador que sobrevive como puede. Un buen puñado de
chascarrillos de este gordo seboso aún hacen gracia, pero ya está parodiándose
a si mismo más que haciendo una película.
Es Torrente en decadencia. Ya
empezaba desde un nivel paupérrimo, pues imaginad como queda la cosa. Lo que
hay que hacer es reconocer que la serie Torrente es un capítulo aparte, una
forma de hacer cine que ahí está. De una accesibilidad distinta, de soltar la
carcajada y esperar a la siguiente y entre medias, la mueca. Si quedas con él,
pues prepárate y luego no vengas con monsergas.
Nota: 1
Nota filmaffinity: 4.2
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