Oh, Las invasiones bárbaras, la segunda parte de la punzante El declive del imperio americano que nunca llegué a ver. La CVO me ha “obligado” a verla, así que le iba a echar un buen vistazo.
Los protagonistas de El declive del imperio americano se han hecho mayores y Remy está a
punto de morir. Su hijo, al que nunca entendió y al que no ve desde hacer años,
se ve obligado a ir a Canadá para asistir a los últimos días de su padre. Allí
intentará recuperar el tiempo perdido y darle a su padre los mejores cuidados
que el dinero puede comprar, reunirlo con sus amigos y, entre todos, hacer un
balance de lo que ha sido su vida.
La película es cruel, irónica y destila una
mala leche considerable. Al mismo tiempo, es un tierno y vital retrato de una
agonía, de un modo de vivir y de morir. Da igual si eres separatista,
independentista, soberanista, asociacionista, existencialista,
anticolonialista, marxista, trotskista o maoísta, estructuralista,
situacionista, deconstruccionista, feminista o cualquier otra cosa, mientras no
cultives el cretinismo, hazlo motivado por ti mismo.
ACTORES: Los mismos actores, ya mayores,
repiten en la película, dando la impresión de ser incluso los mismos
personajes. Muy exagerados y sobreactuados, pero igualmente con un toque
socarrón muy aprovechable.
DIRECTOR: Para esta película Arcand cuenta
con más medios que El declive, lo que
le permite realizar según que escenas con más fuerza. El inicio es brillante,
con un viaje a través de los hospitales canadienses realizado con mucho
realismo y crudeza, a partir de aquí, mantiene el tono de la historia con
bastante acierto, aunque con cierto abuso del fundido a negro y una falta de ritmo algo alarmante. Su principal
acierto es saber tocar tantos temas espinosos con toneladas de irreverencia
mientras evita ser grosero ni sentimentaloide, consiguiendo incluso un
desenlace que desborda dignidad y saber hacer. Meterse en un berenjenal así y
salir airoso no es fácil. La escena de la visita de los alumnos al profesor
moribundo simplemente es excepcional (y cruel).
GUIÓN: Dentro de la película, pasamos por
casi todos los momentos icónicos del siglo XX, haciendo un retrato
voluntariamente pedante sobre todos los conflictos ideológicos y las diferentes
formas de vida que puede tomar uno. Todos los personajes han intentado vivir la
vida de acorde a sus ideas y todos, de un modo u otro, se han acabado
estampando contra la realidad. Pero han llegado a un momento en que toca hacer
balance y, todos ellos, han vivido la vida como querían vivirla, y es eso en lo
que la película parece hacer hincapié.
La película ofrece algunas reflexiones
puntuales que me resultan interesantes, como el breve análisis de las
barbaridades y su relatividad frente a la historia o a las condiciones de las
mismas (muertos siglo XX vs muertos conquistas americanas o reflexión sobre el
11S), o uno de los momentos de viaje en el que el protagonista no puede
imaginarse la vida sin él, "¿como puedo morirme yo?". También me
gustó la reflexión sobre las ideologías, y el paso de éstas por las vidas de
los protagonistas como si fuesen un mero producto de la moda de cada momento,
sin calado real en sus convicciones. En cuanto a varias de las elucubraciones
filosóficas explícitas con nombre propio, no tengo capacidad para su análisis,
aunque la película tampoco me incita a desarrollarla.
La nostalgia y la ironía asoman por todos los
retazos de esta muestra de las intrínsecas contradicciones del ser humano. Guión
muy bien pensado, con muchas ganas de reírse de todo, especialmente de sí
mismo. Es sorprendente (e incluso alborotadora) la total falta de prejucios con
la que se tratan todos los temas, pero a veces hace falta un poco de paciencia
para soportar la displicencia con que se trata la promiscuidad, el sibaritismo
y la permisividad ante las drogas.
Y es que esta película está llena de pequeños
detalles cargados de sentido, de crítica, de sarcasmo, de ironía, de ternura,
de sencillez, de honestidad, de aplomo, de cinismo, de melancolía, de
resistencia, de temores, de placeres... y de mucha dignidad ante el momento final.
Seguro que no deja indiferente.
Nota: 6
Nota filmaffinity: 7.5
Ganó el Oscar a mejor de habla no inglesa en
un año algo flojo (para que negarlo) y estaba nominada también por su guión
excelentemente concebido.
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