viernes, 4 de mayo de 2012

Quemar después de leer


Cuando los Coen, que ya son bastante absurdos de por si, deciden ponerse idiotas pueden parir cosas como ésta. Difícil de coger y aburrida en algunos momentos, pero con otros simplemente grandiosos.

Un analista de la C.I.A. de poca monta, su mujer exigente, el amante de esta, un vividor y varios trabajadores de un gimnasio consiguen armar un lío de lo más absurdo gracias a unas simples hojas de papel guardadas en un CD-ROM. Con estas pautas, los hermanos Coen vuelven al trabajo desde la cima de Hollywood. Una comedia idiota pero en el buen sentido.

Parece como una vuelta a los orígenes de la pareja. Vuelve la comedia absurda pero ahora con estrellas de Hollywood, que queda más molón. Está película la hicieron justo después de No es país para viejos, como si fuera una especie de “terapia de relax” de artista. Se puede entender entonces que el resultado sea algo más ligero y flojo, aunque desprenda mucha frescura.

ACTORES: Tener a Pitt, Malkovich, Clooney y Swinton para hacer una comedia chorra no tiene precio. Malkovich excesivo e histriónico -a odiar o amar, depende del momento-. Pitt dando una envidia enorme. Con 40 años y haciendo de veinteañero. Los otros dos, destilando realismo en una comedia con una factura esperpéntica por todos lados. Si la película puede llegar a sostenerse, es justo por esas ganas autoparódicas que tienen todos, lo que provoca una frescura muy adecuada para soportar los pesados cuarenta minutos iniciales.

DIRECTOR: Si algo saben hacer los Coen es crear personajes muy reales a partir de retazos inconexos, y aquí lo siguen haciendo. Aunque, quizás para alejarse de la seriedad de No es país para viejos, en esta película se dedican a hacer una chorrada bien grande. Cada personaje y cada escena es un puro esperpento y crea un conjunto al que es difícil coger sentido. Por momentos, parece más una película rodada con los amiguetes que un proyecto con cara y ojos -pero cuando tienes amiguetes de esa talla… pues queda bien-. Planos vertiginosos y diálogos fulgurantes seguidos con una arritmia bastante incómoda en la primera parte. Se crea una maraña de interconexiones que deduces que tendrá algun tipo de sentido, pero que no aparece por ningún lado durante los primeros 45 minutos. Sin embargo, a partir de la visita de Pitt a casa de Cox, la espiral tejida se desata y deja unos minutos finales sublimes en medio de tanto esperpento. Lástima de esa parte inicial, porque los Coen tienen talento a raudales -y se ve reflejado-, pero me han dejado un poco a medias. 

GUIÓN: Es verdad que la película es un tanto irregular, con un ritmo irregular e incomprensible en la 1ª parte, pero mientras lo estás viendo, sabes, intuyes -o deseas- que todo va a encajar al final, como así sucede, porque todas las piezas que parecían incoherentes al principio, toman sentido al final, como ejemplo: las veces que Clooney dice que a pesar de su trabajo no sabe y no ha tenido que utilizar una pistola (y lo que pasa). Un guión gratuitamente complejo y enrevesado -demasiado quizás- pero con un remate final espectacular. El broche de oro es la conversación final en la oficina de la CIA, que es genial, divertida, absurda, surrealista como la película en sí misma.

La película no deja de ser una irregular comedia de enredo, con espías, unos actorazos de por medio y con dos monstruos tras la cámara. Habrá momentos en los que os aburráis de cojones, pero los quince minutos finales son brutalmente descacharrantes.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.5

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