lunes, 14 de abril de 2025

El Atlético Invisible (Terry Pratchett)

Tenía este libro del Mundodisco por ahí olvidado. Como manera de desconectar de las opos, siempre va bien un dulcecito.

Título: El atlético invisible

Autor: Terry Pratchett

Título original: Unseen United

Traducción: Gabriel Dols Gallardo

“Ante el espectro de drásticos recortes que amenazan con perjudicar a su sosegado y agradable modo de vida, los magos de la Universidad Invisible de Ankh-Morpork se ven obligados a ceder a la voluntad de Vetinari, el tirano benévolo de la ciudad, y reanudar con la tradición futbolera de su venerable institución. Pero cuidado... No solo tendrán que aprender a dominar las impenetrables técnicas del balompié, formar un equipo en condiciones e incluso ganar un partido, sino que también tendrán que hacer todo eso sin recurrir a la magia.

Afortunadamente, cuentan con la ayuda de cuatro trabajadores de la Universidad: Trev, un simpático gamberro que lleva el fútbol en la sangre; Juliet, una hermosísima chica algo pánfila, pero de buen corazón, cuyo debut como modelo revolucionará el mundo de la moda; Glenda, la imprescindible cocinera de noche; y el hacendoso señor Uevo, cuyos orígenes son un misterio para todos, incluso para él mismo. Al acercarse el día del gran partido estas cuatro vidas se verán enredadas y cambiadas para siempre, mientras que el juego que tanto fervor despierta entre sus conciudadanos quedará sutil pero inconfundiblemente transformado.

Otra encantadora novela en clave de humor ambientada en el universo fantástico del Mundodisco. Terry Pratchett vuelve su mirada inconfundiblemente aguda hacia la universal afición por el fútbol y las rivalidades entre individuos de bandos opuestos u orígenes dispares.”

En Mundodisco, Pratchett ha sacado punta, criticado, satirizado y jugado con multitud de aspectos de nuestra sociedad, utilizando la fantasía como punto de apoyo sobre el que expresar su opinión y hacernos reflexionar sobre ello. Como su propio nombre nos puede hacer pensar, en El Atlético Invisible, Prachett se mete con el fútbol. Así, a partir de un relato divertido y satírico con la versión Anhk-Morpock del deporte rey y sus alocados fanáticos, encontramos también un cuento sobre el sentimiento de pertenencia y la manera de soportar el maltrato por ser lo que eres (si, se aprovecha para hablar de racismo), además de un par de paseos tangenciales sobre la vacuidad de los desfiles de moda en la alta costura.

La base del libro es el fútbol, pero la excusa para llegar a ello es quizás de las más flojas como tal de la saga. Dentro de sus excentricidades, la manera en que la Universidad Invisible funda un equipo de fútbol se pasa de frenada y luego el curso del partido no tiene un especial interés. Sin embargo, le sirve muy bien para captar el ambiente irracional del fútbol y sus seguidores, especialmente en todo lo que rodea al deporte sin ser el deporte, la capacidad de identificarse por unos colores y odiar al que viste diferente.

Luego en el partido propiamente dicho tenemos una buena muestra del fino humor del autor, aunque el pobre no es que sepa mucho de fútbol. No es que valga como literatura deportiva (jé) pero te ríes, entendiendo porqué es la cosa más importante de aquellas que no tienen ninguna importancia. Especial mención al tiempo de descuento, como debe haber en un partido y, sobretodo, al glorioso testimonio de cómo nace una religión “en directo” (lo mejor del libro).

En cuanto a los personajes, tenemos cameos de la mayoría de viejos conocidos, como el Bibliotecario, Rincewind, Vimes, etc. Como aquí no pasan de secundarios, podemos ver a estos personajes que queremos tanto “desde afuera”, siguiendo el punto de vista de los protagonistas del libro, que no siempre casan con la imagen que tenemos de ellos. Sin embargo, la acción principal corre a cargo de un puñado de recién llegados.

Destaca Trev, un chaval con buenas intenciones y mal vivir que intenta hacer lo correcto, siempre a la sombra de su padre, una de las personalidades del barrio que desapareció demasiado pronto. Tiene un talento natural para darle patadas al balón, pero no sabe si está muy contento con ser jugador de fútbol que es lo que todo el mundo espera de él. Dentro de su carácter granujilla, intenta seducir a la bellísima Juliet, la chica guapa de rigor que ha tenido la suerte de que su sonrisa ha abierto todas las puertas que ha necesitado. Un poquito pusilánime, se ha ido dejando llevar por la vida, asumiendo que el propio destino la llevará a casarse con Trev. Sin embargo, es descubierta por un empresario de la moda, lo que la lanzará a la fama, provocando que se vea rodeada de buitres que van a por su dinero, viejos ricachones que van a por su cuerpo y guapos modelos que tentarán sus intenciones.

Hay un montón de secundarios que pasan por ahí y allá, de entre los que destacan la cocinera Glenda, una de las personalidades más importantes de la Universidad Invisible, pues es la responsable que la comida llegue a los platos de los magos y estos no piensen en dominar el mundo, matarse los unos a los otros y, bueno, que no piensen básicamente. Por un lado, es una jefa implacable que aterra a sus subordinados, siempre con una frase lapidaria preparada con la que llevar a cabo su trabajo a la perfección. Por el otro, se convierte en la protectora de Juliet, a la que cuida como haría una amantísima abuelita, evitando por todos los medios que se descarríe y ande con malas compañías (como Trev). Finalmente, destacaría al Sr. Uevo, alguien tan especial que mejor le conocéis sin que os de más detalles.

Ankh-Morpork cobra aquí una importancia desmedida, sintiendo como vibra con cada partido y cada resultado. Como suele decirse, se convierte aquí en un personaje más. Cada vez me gustaría más poder visitarla como si de un Dos Flores se tratara, aunque no sé si saldría vivo de ahí. Me encanta este lugar y cada peculiar habitante de la misma.

Quizás el argumento no sea el más redondo, pero sí que se nota la prosa habitual del autor. Los personajes se hacen querer a una velocidad sorprendente y a cada momento encontramos guiños, puñaladitas y chascarrillos que nos sacan una buena sonrisita. Al desarrollo le habría venido bien un par de hervores más, pero es lo que hay. Después de todo, se trata del último libro escrito por el autor antes de su muerte, realizado posteriormente al anuncio de su Alzheimer, por lo que podemos entender que quizás había cierta prisa por acabarlo antes de que la cosa fuera a peor y quedara inconcluso.

Reflexión que me pilló con la guardia baja:

¿Qué significa que una vida “valga la pena”, Sr. Uevo?

Significa que dejas el mundo mejor que cómo lo encontraste.”.

Disfruto enormemente la familiaridad de leer un libro del Mundodisco. A cada vez me deja la sensación de reencontrarme con un viejo amigo al que hace más o menos tiempo que no veo. Quizás se trate de una de sus novelas más flojas, pero eso no quita que se trate de una lectura divertida, que viene ideal para desengrasar de cosas más sesudas.


Nota: 6

Nota goodreads: 3.99/5 

sábado, 12 de abril de 2025

300 - El origen de un Imperio

Tenemos aquí una película que va en un tono similar a la anterior. ¿Qué has visto 300 y te has quedado con las ganas de más espartanos? Aquí viene otra ronda.

Así, volvemos a las Termópilas y los 300 espartanos que detienen a un ejército de millones. ¿Qué ocurre en Grecia mientras Leónidas la está liando parda? Pues que los atenienses tienen la suerte de tener a Temistocles, que parte la pana en los mares y va a dar mucha guerra a los persas. Como base para el argumento, se vuelve a tomar el cómic de Frank Miller como story board. En este caso se trata de XERXES, la continuación de 300, lanzada para celebrar el aniversario de la obra magna.

Así, tenemos una obra muy deudora de 300 que arrastra un problema muy gordo. No es 300. Cualquier comparativa en acción, épica, trascendencia o puesta en escena es inferior a lo que ya vimos. Obviamente, Noam Murro tiene menos sentido de la grandilocuencia gratuita que Zack Snyder y el guión – aunque repita Frank Miller – no puede llegar a las mismas cotas de epicidad. Pasado este envite y aceptando su inferioridad, tenemos una estupenda película de acción que hará bien las delicias de todos aquellos que disfrutaron con los espartanos.

El origen de un imperio no se centra en una única batalla, si no que nos narra a su manera una campaña bélica entera – qué ocurre en los mares griegos durante la invasión persa – por lo que encontramos un desarrollo argumental más elaborado. A ver, tampoco nos flipemos, pero sí que se nota un intento de que conozcamos a los personajes y qué les mueve a hacer lo que hacen. Que sí, que las flipadas marca de la casa están ahí, pero Temístocles o Artemisia tienen más enjundia que Leónidas o Jerjes. También se nota que los actores que los interpretan (Sullivan Stapleton y Eva Green, respectivamente) están más dotados que los de la película original. Sí, Gerard Butler clava más los momentazos de rock&roll, pero en cuanto tiene que hacer un diálogo, se nota que da a para lo que da. Y por su parte Eva Green lleva veinte años haciendo de femme fatale como nadie y no nos cansa en absoluto.

Los años se notan en el aparataje digital, por lo que encontramos una variedad de escenarios mayor y una mayor cantidad de detalles completamente recreados por ordenador. La estética y la composición de planos sigue cuidándose mucho. Por otro lado, hay que reconocer que Murro es inferior estéticamente a Snyder, dejando en muchos momentos la sensación de que “esto ya lo hemos visto antes mejor”. Por ejemplo, el momento en que se pasa del final de 300 al inicio de la película deja claro un “huy, algo ha cambiado”.

Asimismo, pierde también en cuanto a molonidad y ritmo. El origen de un imperio dura menos y cuenta más cosas, por lo que debería entrar más fácil, pero cuando se pone excesivo se queda algo corto y no pone tan a tono como debería. Se nota que falta insipiración en cuanto a máximos se trata. Eso no quita que las escenas sean bien vistosas, que las cabezas vuelen como deben y tengamos la cámara lenta como debemos tenerla. De todos los deudores de los 300 espartanos, ésta es la propuesta que más cerca se ha quedado de la madre de todas las batallas, a pesar de sus defectos. Si lo que quieres es diversión y mata mata, se te ofrece con creces.

Con una propuesta de este estilo, uno pensará que la verosimilitud histórica es cuanto menos relativa. Pero con Miller nunca se sabe y se nota que sí ha estudiado los textos originales de los cuales hace su versión libre. Sorprende como es muy escrupulosa con algunos eventos para a continuación pasar del tema sin despeinarse al adaptar otras cuestiones. Podríamos resumirlo en que lo que nos mola se queda y lo que no, puerta. De la misma manera que el famoso “pues lucharemos a la sombra”, más de uno se quedará de piedra al comprobar las bastardadas que están acreditadas como históricas.

300 – El origen de un Imperio es un engendro entretenido que, obviamente, no llega al nivel de su predecesor. Aporta un buen puñado de escenas de acción con toneladas de sangre, cabezas volando y otras zaranganadas por el estilo. Como dije anteriormente, si te gustó 300, aquí hay un bocadito más. SI no te gustó 300, busca otra cosa que ver ^^.

 

Nota: 6

Nota filmaffinity: 5.4 

miércoles, 9 de abril de 2025

Los siete pecados capitales - Prisioneros del cielo

Se junta otra película facilita que cumple con lo que quiere. Se trata de Prisioneros del cielo, que pertenece al anime de Los siete pecados capitales.

Para los que hayan disfrutado del anime, se sitúa en algún punto entre la temporada 2 y 3, haciendo que los protagonistas vayan a una isla voladora donde la lían parda, aparece un nuevo puñado de malos a los que atizar, completando así una aventurilla más de nuestros “héroes favoritos”.

Este tipo de películas de relleno que gustan tanto en Japón, basadas en los shonen de éxito, tienen un problema común: al estar al margen de la línea temporal, están pensadas para poder saltártela sin perder nada de la trama general de la historia. Así, sabes que no va a ocurrir nada vital o trascendente y responden siempre al mismo esquema, pues los protagonistas suelen tener que enfrentarse a un enemigo muy poderoso del que nadie sabía nada que está al otro lado del mundo (en una de Naruto se van a la Luna, directamente), dando la excusa argumental para tener buenas escenas de acción con un presupuesto (y una animación) más importantes de lo normal y un momentito para que cada personaje se luzca. Prisioneros del cielo es una muestra más de este tipo de películas.

En este caso, una de las cosas buenas que tiene la película es que arregla el mayor problema del anime. Los siete pecados capitales tiene mucha tendencia a divagar dentro de las temporadas, provocando problemas de ritmo y de desarrollo de la trama. Me refiero, que es fácil perder el hilo o aburrirse porque no pasa nada o pasan demasiadas cosas. Aquí tienen que meter toda la trama que normalmente ocuparía una temporada en 2h, así que no tienen tiempo de tonterías y van a lo que van: están los buenos, están los malos y se atizan.

Con ello se consigue una película que está mucho mejor que sus dos temporadas sucesoras (cosa que tampoco era difícil). Se busca una excusa tonta para empezar a arrearse y a gozar de las buenas coreografías, ayudadas por un presupuesto mayor que el habitual en el anime semanal. Además se las arreglan para dar una pelea chula a cada personaje principal, aumentando en mucho la molabilidad del conjunto.

Obviamente, no vamos a tener ningún desarrollo de personajes ni se van a molestar en presentarlos. Se da por supuesto que los conoces y estamos en un relleno, así que nada de la historia general debe cambiar. Lo mismo ocurre con la inexistente trascendencia de la trama. Los protagonistas han ido a un lugar donde nunca habían estado ni tampoco habían nombrado, al que no van a regresar y del que no van a tener  memoria de haber ido.

Prisioneros del cielo cumple a la hora de ser un relleno entretenido, que ya es más que muchas cosas del estilo. ¿Te gusta la serie y quieres más? Aquí hay un bocadito extra. ¿No te gusta o no conoces la serie? Busca otro entretenimiento.

 

Nota: 5

Nota filmaffinity: 5.8 

lunes, 7 de abril de 2025

La ciudad perdida

Hoy traigo una película chorra vista en un viaje de AVE. No diré que es buena, pero sí que me ha entretenido.

El argumento es inesperadamente enrevesado. Sandra Bullock interpreta a una escritora de éxito de novelas románticas de aventuras, cogiendo a Indiana Jones y metiéndole spicy a tope, pero cuya franquicia empieza a estar en decadencia y necesita de nuevos estímulos. Se halla estrenando su última novela, en compañía del tio bueno de turno (Channing Tatum) que se ha encargado de hacer de modelo en las portadas del libro y suspira por encarnar al personaje cuando se hagan las películas. Le pone voluntad, pero es más tonto que un zapato. Y hete aquí que un malvado multimillonario no muy pegado a la realidad (Daniel Radcliffe) está convencido de que los relatos acaecidos en las novelas son reales, así que secuestra a ambos para que les lleve al tesoro escondido de la Ciudad Perdida, sobre la que gira su última novela y situada en alguna isla del Caribe. Channing Tatum verá en estos sucesos su momento para dejar de ser una portada de revista y convertirse en un héroe de verdad.

Con todo este trebejo, lo que disfrutamos es de una chorradita de aventuras que recuerda mucho a Tras el corazón verde, pero puesta al día. Sin tanta mala leche como La Momia, simplemente buscando entretener con una propuesta inofensiva y simpática. Así, tenemos un puñado de aventuras, con toquecitos de ación de comedia romántica, sin complicarse la vida ni tener alardes innecesarios.

A ello ayuda la inesperada buena química de todo el elenco actoral. Sandra Bullock da el pego como MILF tontaina, Channing Tatum clava el papel de tontaina bienintencionado, lo que provoca que funcionen bien como pareja protagonista. Por su parte, el malo zumbadísimo de Daniel Radcliffe está en la onda de personajes excéntricos que gusta de hacer, recordando mucho al Primer Ministro de los EEUU sobrado de ketamina que tenemos estos días. Y bueno, no podemos olvidarnos de un Brad Pitt muy autoparódico que goza de los mejores chistes de la película en un personaje que se mete demasiado adentro de la aventura. Está claro que todos se lo han pasado en grande disfrutando de un rodaje de tres meses en una isla tropical.

El guión no es nada del otro mundo ni sorprende en exceso. Avanza por caminos trillados, pero cumple sin ofender. Quizás no tiene nada de especial, pero tampoco tiene nada de malo dando unas aventurillas agradables sin exigencias. Se molesta incluso en tener un par de chistes ingeniosos derivados de los referentes del género que hace gracia reconocer. Asimismo, todo el gag de la maleta de ruedecillas me provocó buenas carcajadas.

Y es que tampoco tiene mucho que contar. Una película de aventuras agradable, que sabe de sus limitaciones sin complicarse la vida y tiene a un puñado de actores que sostienen la película sin dificultad a base de carisma. Da 100 minutitos de inofensiva diversión sin nada en especial que destacar.


Nota: 5

Nota filmaffinity: 5.0


sábado, 5 de abril de 2025

Austin Powers - La espía que me achuchó

Mira, un día más en que me apetecía ver una de James Bond y acabo poniendo una de Austin Powers. Si es que en el fondo cuentan lo mismo y con la última me río.


Inicialmente
, Austin Powers y el Dr. Maligno viajaron al futuro (nuestra actualidad). Aquí tenemos una vuelta del Dr. Maligno a los años sesenta, buscando jugar con las líneas temporales para acabar con Powers y así dominar el mundo. Obviamente, nuestro imposible agente secreto deberá buscar su Delorean particular para volver a los sesenta y salvar la papeleta. Así, a las chorradas y memeces de la franquicia, se unen chascarrillos y jugueteos con viajes en el tiempo y sus consecuencias.

Normalmente, se suele decir que una secuela suele contener lo mismo que la anterior, pero más grande. La espía que me achuchó es una buena muestra de ello, sublimando con acierto todo lo que funcionaba y llevándola al límite. Así, las características bondianas se mezclan con chistacos que funcionan en la mayoría de los casos, componiendo una de las mejores películas de Bond pre Craig que podemos encontrar. Ya el título deja bien clarito los referentes, toca parodiar todos los tropos del sub-género, pero al mismo tiempo se las arregla para usarlos con acierto para descojonar al personal.

 

Repite Jay Roach a la dirección y Mike Myers al guión y el protagonismo, con lo que encontramos el mismo humor grueso y basto que no debería funcionar pero que me hace reír cosa mala. A ello contribuye un Florentino Fernández en el doblaje que hace uno de los mejores trabajos de su vida y da vida a personajes inolvidables. Gordo Cabrón o El Dr. Maligno tienen un puñado de frases lapidarias que funcionan a tal nivel que se convirtieron en iconos para toda una generación.

El humor sigue siendo grotesco hasta límites impensables, pero se conjuga con cierta imaginación para dejar al espectador boquiabierto ante la nueva burrada que se va soltando una y otra vez. Quizás el que menos luce es el propio Austin Powers, pero cuando el protagonismo recae en el Doctor Maligno cada escena sube enteros con nuevos niveles de absurdeces. Lo mismo ocurre con Gordo Cabrón, el tercer personaje interpretado por Myers en la película: lo tiene todo para ser repugnante (y lo es), pero su interpretación es tan excesiva y Flo clava tanto el esperpento que el resultado es descacharrante.

Lo mismo ocurre con Mini-Yo y el resto de secundarios, ahora ya conocidos y más locos que nunca, dando lugar a un puñado de imitaciones sin sentido, juegos de palabras idiotas y un bombardeo de gags que te dejan tonto.

Luego podemos echarle en cara que argumento de la película parece salido de Scooby-Doo, al que se le ha añadido un montón de chistes verdes. La trama es incoherente, avanza a base de sucesos sin sentido mal hilados y el ritmo no destaca por su brío. Pero hay tanta diversión y tanto buen rollo que se le perdona casi todo.

La espía que me achuchó es una estupidez como la copa de un pino, pero llegó tan bien en su momento y le tengo cariño que le puedo pasar cualquier cosa. Son 90 minutos de chistes idiotas que me desternillan.

 

Nota: 6

Nota filmaffinity: 5.6 

domingo, 16 de marzo de 2025

Outrage

Después de una de samuráis, seguimos con otra de japoneses que se matan, aunque sea otro rollo.

Estamos en una de Yakuzas y Outrage nos presenta al jefe de uno de los principales clanes de la mafia que sospecha que tiene un traidor entre sus allegados, por lo que necesita hacer una limpieza. Por su parte, Kitano es un cargo intermedio que acaba de salir de la cárcel y solamente quiere tranquilidad. Sin embargo, su reputación de implacable responsabilidad y su inquebrantable lealtad le convertirá en moneda de cambio ideal para dirimir quienes son de fiar en la familia. Obviamente, Kitano no está muy por la labor de morir al servicio del clan, por lo que el conflicto deriva en una sangrienta guerra civil dentro de la organización.

Cualquier espectador acostumbrado a los estándares de EEUU notará desde un primer momento que la película no sigue los cánones habituales. Kitano (director, guionista y actor principal) apuesta aquí por una puesta en escena minimalista, reduciendo los aderezos al mínimo, con diálogos exiguos, personajes hieráticos y explicaciones inexistentes. Es necesario poner interés para atacar cabos y entender las motivaciones de unos y otros personajes.

A ello se suma una acción seca, desagradable, sin toda la parafernalia molona a la que estamos habituados. No hay coreografías, persecuciones o tiroteos masivos donde todo explota. Aquí llega uno, pega tres tiros, devuelven los que pueden, un par de chorreos de sangre y gente que cae al suelo, con una impersonalidad que asusta. Parece preparada para incomodar y mostrar la futilidad de las muertes por honor, el ojo por ojo y la estupidez de los altos mandos que juegan con sus subordinados como si fueran fichas del parchís.

Para hacer las cosas más difíciles, el argumento es enrevesado, e incluso escamotea deliberadamente diálogos importantes (que se revelan a posteriori). Si encima los personajes son parcos en gestos y diálogos, se hace difícil saber en qué bando está cada personaje (en el suyo, jé). Además, los giros de guión no están puestos “donde deben”, pues Kitano sigue sus criterios y estos no son los que estamos acostumbrados, lo que provoca que no siempre sea fácil saber hacia dónde quiere ir la película.

Pero bueno, luego tienes a Kitano con cara de mala leche, arreando tiros como si no hubiera un mañana y se te cambia la cara, que esto mola un montón. El avance del metraje va en consonancia con el aumento de la vorágine sangrienta que nos tiran a la cara y se le perdona casi cualquier cosa.

Al final, lo que tenemos es una película muy diferente, realizada con un modo de hacer al que no estamos acostumbrados. Kitano mantiene las horteradas cercanas a cero y aumenta la testosterona al modo japonés. Esta propuesta minimalista condensa en muy poco espacio una historia de mafias, disparos y mala leche creando una atmósfera muy particular, lo que no impide que pueda hacerse indigesta a cafeteros menos avezados en “cosas rarunas”.

 

Nota: 5

Nota filmaffinity: 6.2 

viernes, 14 de marzo de 2025

El club de los mentirosos (Mary Karr)

Leí este libro porque en un Encuentro Becero Cocodras me lo puso en los morros y (casi) me obligó a ponerme con él, que estaba segurísima que me iba a encantar, que no podía dejarlo pasar y tal. Así que bueno, al lío con él.

Título: El club de los mentirosos

Autor: Mary Karr

Título original: The Liars’ Club

Traducción: Regina López Muñoz

“La tragicómica niñez de Mary en una localidad petrolera del este de Texas nos presenta a unos personajes tan singulares como divertidos: un padre bebedor, una hermana que con doce años le planta cara a un sheriff, una madre con un sinfín de matrimonios a sus espaldas —y cuyos secretos amenazan con destruirlos a todos—. Precisamente, será la madre, ese personaje maravilloso, quien se convertirá a lo largo del libro en la clave de esta gran historia, de esta novela autobiográfica e inolvidable.

Cuando se publicó por primera vez en Estados Unidos, El club de los mentirosos fue un éxito arrollador y elevó el arte de la narrativa memorialística a un nivel completamente nuevo. Fue recibido con entusiasmo por los lectores y la crítica, fascinados por este relato de una infancia de los años sesenta fuera de lo común, tremendamente conmovedor pero desprovisto de sentimentalismos.”

A lo tonto, ya llevo unos cuantos libros que quieren contar esta historia. Desde finales de los 60 hasta bien entrados los 80, tenemos un bildungsroman sobre una chica que pasa de niña a adulta con todas las vicisitudes que ello conlleva. Quizás no cuente nada nuevo, pero lo cuenta muy bien, con toneladas de retranca y mala leche que permite hacer más digeribles los (bastantes) momentos duros y escabrosos.

¿Un consejo rápido? Leed este libro en un estado de paz mental, porque desprende una fuerza disruptiva capaz de llegar muy hondo a la que te pille desprevenido. Doy gracias que mi vida ha sido bastante más tranquila que ésta.

Así, a modo de una autobiografía (no demasiado) autoficcionada, Mary Karr nos cuenta su infancia y adolescencia, mostrándonos los efectos de la contracultura, el atraso de los estados sureños y los efectos de una madre terremoto que no deja indiferente a nadie. Con una familia tan desestructurada, Mary hace lo que puede por mantenerse a flote, sobrellevar los abusos de unos y otros e intentar obtener un poco de felicidad con lo que la vida le ofrece.

Así, a lo largo de sus páginas encontraremos un excelente retrato de personajes entre los que destaca la propia protagonista. La autora se mete en la propia narración al escribir el libro desde una perspectiva adulta, lo que provoca que en muchos casos se mezcle el punto de vista de la Mary niña con el de la Mary adulta y los recuerdos que tiene una sobre lo que sintió la otra en la época y cómo era vivir cómo vivía. A veces parece que ambas “Marys” dialogan entre ellas y comentan la jugada, obligándote a leer entre líneas para entender qué está sucediendo realmente. No obstante, a medida que vas conociendo más detalles sobre cómo fue la infancia, vas comprendiendo porqué la Mary adulta es como es. Así, se compone un personaje dual, por un lado, atrevida, dispuesta a comerse la vida, pero amando incondicionalmente a su familia y, al mismo tiempo, cargándose de agravios que se piensa cobrar un día u otro.

Laisa es su hermana mayor, el mayor sostén de Mary y, en muchos momentos, la persona más responsable de la familia. Obligada a crecer antes de hora, le echa un morro increíble las situaciones, lo que la va endureciendo y provocando su renuncia a los sentimentalismos, convirtiéndola, poco a poco, en una mujer fría y calculadora. Queda claro que adora a su familia, pero bien lejos, por favor.

Posteriormente, tienes a su Padre, un hombre derrotado por la vida que hace lo que puede (que tampoco es mucho). A lo largo de las páginas vamos viendo como de una persona alegre que hace lo que puede por mejorar la vida de sus vecinos y amigos va cayendo poco a poco en el alcohol y la amargura, convirtiéndose en una persona quizás entrañable, pero a la que no puedes confiar nada que implique responsabilidad.

Pero es la Madre la que se lleva la palma. Se trata de un torrente de personalidad, con arranques volcánicos seguidos de arrepentimientos, coqueterías y berrinches. Bellísima de joven, decidió que tras parir dos niñas se dedicaría a disfrutar de todo lo que la vida le daba. Su tendencia a la molicie y su poca constancia provoca que deba iniciar su vida unas cuantas veces, siempre a base de traslados a lo largo de todos los EEUU, siguiendo un ciclo claro de “ahora vamos a hacer las cosas bien / gano algo de dinero / a vivir la vida / vaya, la he liado / vámonos”, en los que arrastra a sus hijas en empresas cada vez más desesperadas. Sin embargo, no hay aquí verdadera maldad, sino una tendencia autodestructiva que uno no puede mirar sino con pena, siendo testigo del nuevo follón en el que se está metiendo esta vez.

A lo largo de las páginas vamos viendo las vicisitudes de la familia, siempre desde el punto de vista de una niña que adora a sus padres, aunque tengan unas manías que no acaba de comprender. Aportaciones de la “Mary adulta” aderezan el contenido, añadiendo la puntilla, dejando claro de dónde han salido la multitud de horas de psicólogo y los traumitas que arrastran las dos hijas. En mucho, recuerda al libro Fugitiva y Reina que reseñé hace un tiempo, sólo que aquí tenemos a una familia pobre de la Texas rural en vez de unos pijos parisinos con demasiado tiempo libre.

El libro no esconde un tono de realismo, de verosimilitud al contar las cosas incluso en los hechos más duros, que provoca escalofríos bien desagradables. Leer El club de los mentirosos es una experiencia áspera, en pocos momentos divertida, pero lo más curioso es que Mary Karr SABE escribir, escogiendo admirablemente la composición de cada frase, de cada párrafo. Los construye con belleza y no es difícil de creer que es una poeta (que lo es), pero no es una poeta que parezca interesada, al menos en principio, en contar una historia bonita. 

La sordidez campa a sus anchas y se nos describen verdaderos horrores no aptos para corazones sensibles pero, curiosamente, la novela se las arregla para tener cierto poso de optimismo. Siguiendo palabras de la propia Mary adulta (que debemos entender como un trasunto de la autora), el ser humano no se rompe, sólo se comba. Así, hay personas que han vivido a través de infiernos pero acaban siendo más normales de lo que esperaríamos. Al final, no somos tan especiales. Mary dedica mucho espacio a remarcar el poder terapéutico de sincerarse, de contar aquello qué te ocurre y te duele, en vez de formar parte del club de los mentirosos que mienten (y se mienten) con la excusa de proteger a los que aman (o a nosotros mismos). La amabilidad, la bondad y la sinceridad son la clave para buscar una vida más agradable.

El club de los mentirosos es una lectura desasosegante, con un drama intenso disfrazado de novela de maduración. A lo largo de 500 páginas sufriremos, nos indignaremos, querremos y odiaremos a todos los personajes que, simplemente, tienen una vida inusual pero que es la suya y qué aun así deben tirar para adelante. Acometer este libro es una experiencia interesante, quizás no apta para todos los paladares, pero su amargo sabor esconde satisfacciones.

Gracias Cocodras por la recomendación. Está claro que no es un libro que deje a nadie indiferente.

 

Nota: 8

Nota goodreads: 3.93 

sábado, 8 de marzo de 2025

Los siete samuráis

Estamos en el siglo XVI, Japón se halla asolado por las guerras civiles. Las partidas de forajidos siembran el terror de los campesinos, que sufren de sus abusos regularmente. Desesperados, incapaces de defenderse, los pueblerinos deciden enviar a unos emisarios a la ciudad cercana para contratar a unos samuráis con la idea de que se trasladen al pueblo y los defiendan. Su misión no es precisamente fácil, pues los samuráis no tienen un especial aprecio por unos aldeanos que apenas tienen medios para pagar por sus servicios. Pero finalmente, los pobres encuentran a Kambei, un hombre de honor, sabiduría y espíritu generoso, que acepta su proposición y empieza a reclutar a otros hombres tan generosos como él (o locos, o desinteresados o desesperados…). Es así que una buena mañana, los siete samuráis se ponen en ruta junto con los aldeanos, que están orgullosos de haber cumplido su misión.

Llegados a la aldea, los samuráis estudian una estrategia, organizan la defensa, entrenan a los aldeanos… tareas que no se hacen porque sí. Cuando llegue el día, los hombres de las espadas y los hombres de la tierra habrán aprendido a conocerse y apreciarse, pues deberán combatir espalda contra espalda contra los saqueadores sin fe ni ley.
No es un secreto decir que la historia tiene un final feliz. Bueno, en todo caso para los aldeanos que pueden volver a su existencia tranquila, marcada por las estaciones y las cosechas. Los samuráis supervivientes deberán volver a su vida de guerreros errantes, pues su presencia en la aldea ya no tiene razón de ser. “I’m a poor lonesome samurai”, cantarán en japonés mientras se alejan por el camino polvoriento, a la caída del sol… Pero un poco más en serio, esta melancolía ya ha sido expresada por el propio Kambei, en la posada al inicio del film: “Siempre nos decían, ¡entrenad!, ¡convertíos en señores de la guerra! Pero luego nuestra vida se consume en esta búsqueda vana. Llega la vejez y nos encontramos errantes, con un puñado de moscas en la mano.”.

Los 7 samurais es el film más conocido de Kurosawa, muchas veces considerado el culmen de su obra épica. Un film inolvidable por la amplitud de su fresco histórico, la variedad de sus episodios, la energía extraordinaria que llena todas sus secuencias, la belleza de las imágenes, el lirismo de la puesta en escena.

Estrenada inicialmente en una versión recortada de 140 minutos, actualmente es más fácil encontrar la versión restaurada de 1980, que amplía su longitud hasta unos impresionantes 205 minutos. Estos se dedican principalmente a ampliar el trasfondo sobre la vida de los campesinos y su relación con los samuráis a los que han contratado por protección. Quizás se pierde un poco de ritmo, pues la acción se vuelve más esporádica, pero el desarrollo de los personajes compensa con creces esta ampliación. Evidentemente, se hace difícil para ver de una tacada, pero esta última vez lo he visto en episodios de alrededor de 45 minutos y debo decir que funciona estupendamente como si de una serie corta se tratara.

Así, tenemos espacio para que las tramas respiren, mostrando un manojo bien amplio de historias. Conoceremos los motivos por los que los 7 samuráis participan en esta empresa, asistiremos a la redención de Kikuchiyo (Mifune, que no falte), las privaciones de los lugareños que aun así son mejores que los saqueos de los bandidos, los problemas que causa la bellísima hija del jefe para la convivencia de todos y, sobretodo, cobra especial importancia el hondo dolor del samurái jefe por no poder evitar las inevitables tragedias que vienen acompañando a las batallas. Como dice en su epílogo: ¿Qué sería este mundo de los inocentes, de los débiles, de los corderos, sin no hubiese hombres con valor, lo suficientemente bravos (de digna bravura), que le hacen cara a los abusadores, que les presentan batalla y se lo ponen difícil para que dejen de abusar?

Podríamos decir que la película se puede dividir en tres tramos diferenciados:

Primero tenemos el reclutamiento, que nos permite conocer la situación y -sobretodo- a los samuráis que participarán en la contienda.

Luego tenemos la convivencia en la aldea entre los campesinos y los samuráis, que nos pone en situación de la férrea diferencia de clases de la sociedad japonesa del momento. Así, tendremos multitud de conflictos entre unos y otros, que se resolverán con mayor o menor fortuna en función de quién se implica en cada momento. Es decir, labradores que soportan a los recién llegados simplemente porque los otros son peores, unos samuráis que -quizás- se cuidan demasiado, la extraña desaparición de la mayoría de mujeres de la aldea…. Todo ello mientras deben colaborar para fortificar la aldea y prepararse para la batalla.

Y finalmente, tenemos la batalla final en que se desencadenan los espadazos y se sucede la matanza. La acción se vuelve especialmente cruda, coreografiada con realismo y variedad. La lluvia y el barro se apuntan a la fiesta para conseguir un espectáculo más épico y desgarrador, complementando unas escenas que indican, con simbolismo, que ahora que las Puertas de la Muerte se han abierto, muchos la cruzarán.

Ah, y el epílogo, que si ya estabas sufriendo con lo ocurrido, te suelta un último puñetazo en el estómago.

Los 7 samuráis es una historia épica y trascendente que no por ello deja de reflejar a la perfección la tragedia diminuta, terrible y cotidiana que acecha a cada ser humano, desde los campesinos hasta los guerreros samuráis. Es un gusto encontrar una película con veinte personajes diferentes que dejen la sensación de tener alma. A veces la manera de actuar japonesa puede ser un poco rara (demasiado expresiva para nuestros cánones), pero eso no debe impedir a un espectador avezado disfrutar de este mastodóntico film. Una historia de aventuras de primera categoría, con grandes actuaciones, una dirección impecable y un guión que está a la altura. Sólo por la cantidad de veces que ha sido copiada, ya podemos hacernos una idea de su importancia.

 

Nota: 10

Nota filmaffinity: 8.4 

jueves, 6 de marzo de 2025

Scoop

Al ponerme a hacer la reseña de esta película, me he dado cuenta de que empiezo a tener muy pocas películas de Woody Allen por ver y reseñar. Creo que (junto con Spielberg) debe ser el director al que le he prestado más atención a lo largo de los años.

En Scoop tenemos a una aspirante a periodista que recibe un chivatazo (un scoop, en inglés) del más allá sobre un asesinato que incumbe al soltero más codiciado de Inglaterra. Por su parte, Woody Allen es un charlatán que vive de hacer ver que tiene contacto directo con los muertos, aunque en el fondo se dedique a hacer del personaje clásico de Woody Allen. Esta improbable pareja de detectives se pondrá en marcha para esclarecer una muerte que no ha atraído la atención de la policía, lo que les llevará a meterse en líos bastante más gordos de los que hubieran deseado disfrutar.

Recordando en gran medida a Misterioso asesinato en Manhattan tenemos aquí una comedieta menor que, sin pretender tener trascendencia alguna, entra finísima. Transcurre por terrenos agradables, como si de un vaso de agua fresca en verano se tratara: No lo recordarás de por vida, pero sienta de maravilla. No inventa nada especialmente novedoso, pero está repleta de diálogos ingeniosos, un ritmo muy vivo, referencias a los cómicos de antaño integradas en la trama y un savoir faire en la comedia al alcance de muy pocos.

A ello ayuda la presencia de cuatro actores que desprenden una naturalidad insultante. Por un lado hay que destacar a los protagonistas, Woody Allen haciendo de su personaje a la perfección, como siempre; mientras que Scarlett Johansson clava el tropo de tia buenorra tontita (pero no tan tonta), jugando con el tópico en su beneficio mientras está más guapa que nunca. Desprenden una buena química de lo más inesperada, complementándose a la perfección dentro de la excentricidad de sus papeles. Hugh Jackman hace el papel de galán pijo y seductor, notándose como goza cada escena y lo bien que se lo está pasando rodando. Por su parte, Ian McShaneencara al JJ Jameson, al periodista de raza que sabe que tiene el chivatazo del siglo y no podrá descansar en paz hasta que consiga que la verdad salga a la luz. En un papel similar al de su peculiar Swaringen, se convierte en el cabrón (en nuestro cabrón) que lucha por lo que cree hasta límites absurdos, sin dejar siquiera que la Muerte (no temáis al Segador) se interponga en su camino. Si a Woody Allen le quedan bien los diálogos estúpidos para escurrir el bulto, los de McShane desprenden una arrogancia tal que se hace obligatorio quererle.

La trascendencia del argumento es, cuanto menos, escueta. Es predecible, pudiéndose adivinar qué va a pasar en los siguientes minutos, pero la trama se despliega con corrección, hilando con cierta habilidad los giritos de guión que sabemos que han de venir. Pero claro, está envuelto en diálogos ingeniosos, un extraño (y exacto) sentido del humor negrísimo que cabalga contradicciones sin despeinarse en ningún momento y un buen rollo desbordante que consiguen que el conjunto se deslice con placer. Una longitud perfectamente ajustada (da gusto cuando una película dura lo que debe durar, ni un minuto más, ni uno menos) y un buen repertorio de chistes ocurrentes son más que suficientes para que este entretenimiento ligero te permita ventilar una tarde placentera con una buena sonrisita.

Scoop es una película menor dentro de la filmografía de su director. Se basa en alargar una tontería durante 90 minutos y ver hasta donde lleva, pero lo hace con acierto, buenos chistes y un ritmillo la mar de molón. Creo haberlo dicho más de una vez (especialmente con Allen), pero ya les gustaría al 99% de los directores de Hollywood hacer películas menores como ésta. Entra finísima. No te marcará pero te da 90 minutos para rellenar una tarde como nadie.

 

Nota: 7

Nota filmaffinity: 6.8

 

PD: La frase de Allen en la piscina cuando se entera del percance de su "hija" es memorable.