miércoles, 22 de marzo de 2023

Wakolda (Lucía Puenzo)

Me apunté este libro tras haber visto su adaptación a la gran pantalla, reseñada aquí. Como uno se da mucha prisa en estas cosas, pues ha tardado lo que ha tardado en llegar a estas reseñas, pero bueno, es lo que tiene ser tan masoquistamente sistemático.

Título: Wakolda

Autor: Lucía Puenzo

“En su camino hacia la Patagonia en 1959, un científico alemán conoce a una familia que lo acoge en su nuevo hostal. Pronto el interés entre ellos crece, aunque la familia ignora que este hombre sofisticado y culto no es otro que el criminal nazi Josef Mengele, perseguido por el servicio de inteligencia israelí. Su carisma y misterio seducen sobre todo a la hija, cuyo físico a su vez fascina al médico. Lilith es una adolescente rubia, de piel muy blanca y grandes ojos azules, casi perfecta para Mengele, pero que apenas mide algo más de un metro. En Llilith, como en las muñecas de asombroso ideal estético ario que fabrica artesanalmente el padre, Josef revive todas sus obsesiones sobre la pureza y la perfección.”

Quizás el mayor problema que me encuentro al enfrentarme a este libro es que sé bien qué va a ocurrir, conociendo muchos de sus secretos, por lo que se pierde algo del efecto sorpresa que busca el libro. Pues justo a lo que juega Wakolda es a no contarte todos los detalles, buscando generar un poquito de confusión omitiendo según qué hechos, obligando a que el lector imagine, elucubre y se rebane los sesos entendiendo qué ha pasado realmente fuera de foco. La comezón que generan estas pequeñas elipsis se bastan para que te rebanes los sesos y reconstruyas la acción a partir de los diálogos anteriores y posteriores está muy conseguida. Lucía Puenzo quiere generar mal rollo y vaya si se queda a gusto, acercándose peligrosamente al terror en algunas páginas.

Para ello parte de una ficción inventada por la propia autora pero que destila una verosimilitud tal que “bien podría haber pasado”. Se lo compramos. Así, tenemos al conocido Dr. Mengele escondiéndose en un pueblecito recóndito de Argentina donde, en principio, busca pasar desapercibido. Sin embargo, la cabra tira al monte y pronto empezará a hacer de las suyas, convirtiéndose en el médico/veterinario local y, sobretodo, dedicándose a la fabricación de siniestras muñecas de porcelana. A partir de ahí se va construyendo un retrato del mal absoluto sobre todas las atrocidades que puede hacer el hombre, personificado aquí en uno de los rostros visibles de los malos por antonomasia del siglo XX.

Como he comentado, ignoras cosas, te faltan datos, pero todas las páginas están impregnadas de una atmósfera malrollera realmente desasosegante. Muchas interacciones son de un racismo desatado, personajes glorifican al régimen nazi, los actos perturbadores se suceden… Todo ello regado con la seguridad de que ahí hay un monstruo capaz de cualquier cosa. Aunque a la hora de la verdad se te describe poca perversión, ocurren tantas cosas (o se te hace ver que ocurren) fuera de plano que puede hacerse difícil de leer. En palabras de la autora, una de las cosas que quería reflejar en el libro es un recordatorio del clima pro-nazi que se vivió (se vive) en determinadas zonas de Argentina y que no debe olvidarse de la existencia de colegios alemanes con esvásticas en las banderas y saludos en honor a Hitler.



Pero bueno, el libro vicia, su maligna fascinación ante lo que puede ocurrir te retuerce el estómago y te impide dejar de leer. Puenzo sabe transmitir la sensación de que Mengele se comporta como un monstruo, como un Dios para el cual el resto de gente a su alrededor son meros juguetes con los que entretenerse, manipulando sus emociones, atrayéndolos a su maligna influencia… Si bien meterte en su mente no es algo apto para corazones sensibles, se basta y se sobra para mantener la atención del lector y crear un ambiente de suspense de lo más molón. Quizás no dedica mucho tiempo a describir a más personajes que al propio Mengele, pero 200 páginas dan para lo que dan.

Sin embargo, el juego narrativo no es precisamente fácil para el lector. En la historia faltan cosas, hay saltos temporales y mensajes dentro de mensajes. Al leerse tan fácilmente (por el vicio y por su longitud), te puedes zambullir con demasiadas ganas y confundirte con su falta de detalles. Después de todo, la mezcla de tramas no ayuda a hacer el libro más comprensible: Enzo (padre de familia) y su fábrica de muñecas, Eva (madre) y su embarazo, una red de espías que busca capturar a huidos nazis, la seducción de la pequeña Lilith… Y los tentáculos de Mengele por todos los rincones. Cualquier lector se muere por saber más y observar todas las intrigas que adivina, que se imagina, pero que rechaza creer. Es tarea del lector rellenar todos los huecos dejados por le estupenda prosa de la autora y comprender la realidad a través de lo que sabemos y lo que podemos deducir.

Se le puede criticar un atropellado final en el que pasan muchas cosas sin que se te expliquen qué relación tienen unas con otras. Se aturulla la acción y no acaba de quedar claro como concluyen las diversas tramas. Intentaré responder lo que creo de algunos interrogantes que no son del todo explícitos.

SPOILER

¿Qué significa Wakolda, la muñeca de trapo?

Como hemos visto, esa muñeca tiene algo de magia sobre lo que tiene que venir y, al ser una muñeca embarazada, viene a significar que Lilith está embarazada, confirmando indirectamente lo que Mengele ha hecho con ella.

¿Quién desenmascara a Nora?

El plan de los judíos salta por los aires sin que, en ningún momento se nos diga quién es el traidor, aunque sí sabemos que lo hay. Sin ninguna prueba, apuesto que Lilith dijo lo que no tenía que decir en presencia de alguien, pero esto es elucubración pura.

¿Qué pasó en el hotel tras recoger las muñecas desmontadas?

Cosas muy feas. Sangre derramada. Ese hotel no seguirá abierto mucho tiempo.

FIN DEL SPOILER

Una cosa que sí hace bien la película es cambiar el orden de algunos hechos, provocando que las relaciones causa-efecto estén mucho más claras y sea todo más comprensible. El desenlace es injusto, repugnante y confuso, enfadando con ganas al lector. Pero bien, todo el libro tiene el mismo tono, fascinando y repugnando con una maligna belleza, provocando que cada vez que cierres el libro tengas el estómago encogido.

Wakolda no es recomendable, no es en absoluto agradable. Leer este libro no es un placer y no se pasa un buen rato con él, pero fascina. Además, su confusa trama hace imposible el clasificarlo en un género concreto. Por momentos es ficción biográfica, por momentos es una historia de espías y en otras páginas salta al terror (pero del que duele, del que sabes que es real). Lo que sí es Wakolda es una historia perturbadora, una reflexión talentosa sobre la fascinación del mal y su influencia.

 

Nota: 8

Nota goodreads: 3.75/5 

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