Este
es uno de esos libros un poco extraños que no acabo de saber muy bien porqué lo
leí. Yo no me lo compré ni tenía una ilusión especial por leer, pero apareció
por casa, así que algún día tocaba ponerme con él. Cosas que pasan y vicios que tiene uno.
Título:
El viaje al amor
Autor:
Eduardo Punset
“Los secretos del amor se habían
interpretado siempre desde los campos de la moral o la literatura. <<
El amor es ciego >> se decía, pero
hoy empezamos a saber que se mueve por razones evolutivas y biológicas extremadamente
precisas. La revolución tecnológica está permitiendo, primera vez en la
historia de la evolución, que la ciencia aborde los secretos del amor.
Ahora resulta que los ciegos
éramos nosotros. ¿Cómo pudieron nuestros antepasados sobrevivir amando o
despreciando, sin saber lo que ocurría en su interior? ¿Es posible hablar de
una existencia feliz sin considerar lo que significa el amor? Paso a paso, en
un estilo al alcance de todos los lectores El viaje al
amor descubre revelaciones fundamentales
sobre nuestra capacidad de amar, herramienta indispensable en una vida plena y
feliz.”
No
soy uno de estos asiduos de los libros de ciencia divulgativa. A la que te
paras a analizarlos un poco con algo de criterio, están plagados de
sobresimplificaciones e imprecisiones, cuando no maguferías y teorías extrañas
con poca base. Por ello, no es de extrañar que empezara el libro con cierto
escepticismo. Un tema tan etéreo como “El amor” da pie a desvaríos antes que a
un análisis sesudo.
Y
más cuando el que está a cargo es Eduardo Punset. Este exministro de la
dictadura se labró una buena fama como divulgador cultural una vez llegada la
democracia. Aunque sabía hacer la ciencia interesante, siempre encontré que se
dirigía demasiado a un público lego en la materia, con unos textos muy simples
para un científico de carrera como yo. Entiendo la necesidad de evitar
complicaciones para llegar a un público más amplio, pero siempre me dejaban la
sensación de que no me aportaban apenas nada nuevo.
Nada
más empezar la lectura, me sorprendió la profusión de datos comprobables y de
citas que se presentan. Casi todas las afirmaciones que se presentan en el
libro están sostenidas científicamente, con referencias a mano que puedes
consultar, en su mayoría de publicaciones crudas sin filtras. Acudir a ellas
puede ser muy denso para la mayoría de los lectores (y muchas veces tras muro
de pago), pero no es mi caso. El aspecto biológico del amor está muy trabajado
y se nota un trabajo concienzudo para que el mensaje sea claro y entendible.
Obviamente, muchos aspectos están simplificados y se salta un puñado de
factores que seguro influyen en la tesis que el libro defiende (él mismo lo
reconoce en el texto), pero eso no impide que todas las ideas tengan sustento
real. Yo hubiera preferido que fuera más a fondo, pero entiendo que no soy el
público típico. No obstante, estoy seguro de que habrá quién lo encuentre
excesivamente sesudo y técnico.
El aspecto más polémico del texto presentado es que defiende que el amor es pura biología, basado en reacciones químicas, equilibrios termondinámicos e interacciones entre moléculas, despreciando completamente todos los aspectos sociales que pudiera tener (complicaciones humanas sin sentido, dice). Estoy seguro de que muchos se enfadarán ante una aproximación tan descarnada, especialmente los que estén más influenciados por estudios sociológicos que limitan el efecto de la biología en las personas. Puede que no estés de acuerdo con su aproximación y sus consideraciones, claro, pero la biología es la biología y cada uno arrima la ascua a su sardina.
Sorprendido
por la aproximación, no dejo de comprobar que está en consonancia con la
mayoría de teorías de comportamiento de origen biológico, cuadra con lo que sé
de hormonas y neurotransmisores, con lo que le otorgo una inesperada validez (y
más con la profusión de citas que utiliza). Lo que quizás más me molesta de
todo el libro es que cada vez que explica algún dato sobre enzimas, hormonas y
otros compuestos, lo ilustra con una anécdota de juventud en la que se nos
narra sus gozosas aventuras como ligón involuntario. Al final perdí la cuenta
de cuantas féminas quisieron enseñarle lo que era el amor de verdad, sin que él
tuviera fuerza de voluntad de rechazar…
Como ocurre con cualquier libro de divulgación, debe tratarse de un tema que te interese previamente para que desees leerlo con ganas. Puede ocurrir entonces que el público interesado ya sea ducho en la materia, con lo que no aprenderá gran cosa. Sin embargo, el libro sabe ser entretenido, presentando anécdotas científicas de un modo interesante y entendible. Esto último es una de las cualidades más importantes del Punset divulgador, en lo que ha demostrado sobrada experiencia en sus muchísimos libros sobre ciencia.
Lo más importante: se lee agradablemente, aprendes cosas y es científicamente válido. Ya les gustaría a todos los libros de divulgación científica ser así de correctos.
Nota:
6
Nota goodreads: 3.26/5
De este autor solo intenté leer El sueño de Alicia. Y digo intenté porque lo dejé por imposible. No me gustó nada de nada, se me hizo pesado y sin fundamento, no sé si es que intentaba novelarlo, mezclar ciencia con ficción, si (como dices) no lo abordé con ganas o la falta de un conocimiento previo no me motivó...el caso es que me pareció un tostonazo de aúpa.
ResponderEliminarCon lo que le gustaba a este hombre escucharse a si mismo, una novela de ciencia-ficción alegórica puede ser un pelín pesada. Un ensayo vale, pero la propuesta que dices es una gran candidata a provocar siestas de las gordas.
EliminarMt