Pues mira, yo repasé
este film convencido que ya lo tenía reseñado y al final resulta que no (no es
la primera vez que pasa). Así pues, repaso una de las últimas películas de
Almodóvar que me dejó un buen sabor de boca.
Las cosas no son
fáciles para Raimunda, trabaja demasiado, apenas ve a su hija, la casa del
pueblo le requiere demasiado tiempo, su madrastra empieza a estar un poco
demente, las rencillas con su hermana son continuas, arrastra traumas del
pasado con la extraña desaparición de su madre y su pareja actual bebe más que
otra cosa. Un buen día, su hija mata a su borracho progenitor, que quería
abusar de ella. Lo que sería el remate final para cualquier familia
disfuncional se convierte en un inesperado punto de partida para volver a las raíces,
volver a encontrar lo importante de la vida y volver a enfrentarse a miedos que
todos creíamos enterrados.
Qué trabajo de todo
el elenco. Brillantísimo, apabullante. Con la Pe al mando (que no entiendo cómo
tanta gente la considera una mala actriz), no podemos sino felicitar a una
estupendísima Blanca Portillo, Chus Lampreave tan entrañable como siempre, a
las musas eternas de Almodóvar Carmen Maura y Lola Dueñas, además de la joven
pero no por ello menos preparada Yohanna Cobo. La extraña decisión del festival
de Cannes de otorgar el premio de mejor actriz a todo el elenco sorprendió a
todo el mundo en su momento, pero una vez vista la película, no podemos sino
estar de acuerdo con que es totalmente merecido.
Sin dejar espacio
para la irregularidad, Volver se
articula a través de un guión férreo con muchas influencias Allenianas que
mantiene el esperpento almodovariano bajo control. Éste se ve en pantalla, pero
en ningún momento domina la película, se podría decir casi que Almodóvar ha
cogido un guión de Allen y lo ha rodado a su modo.
El desarrollo de las
historia es singularmente rico, con unos giros inesperados pero bien ubicados
que no podemos sino felicitar. No me sorprende en demasía su nominación a los
Globos de Oro, pese a ser una película extranjera. Tal como ocurría con el
gazpacho asesino de los ochenta, el guión acumula enfermedades terminales
degenerativas, asesinatos, adulterios e incestos con frescura irreverente, sin
caer en ningún momento en el morbo y el cutrerío que uno esperaría con
semejantes ingredientes. Incluso se permite lanzar un par de chinitas a los
reality-shows de chichinabo que sólo saben vivir de carnaza sin atisbo de
talento.
Además, está rodada
con mimo. La cámara se mueve con claridad y rotundidad, siempre en el punto
exacto para componer una magnífica puesta en escena. Se podrán criticar (y con
razón) muchas cosas de Almodóvar, pero contar historias es algo que se le da
muy bien. Reconozco no estar siempre de acuerdo con sus gustos, especialmente
cuando tira de esperpentos, pero cuando se contiene y se vuelve algo más ñoño,
me llena con ganas. Siendo un director que causa amores y odios por igual, yo
tiendo a ser de los primeros, y Volver
es una de mis favoritas.
Al final, lo que
tenemos es una bellísima historia de amor. Amor de madre, de hija, amor de
amigas y amor de vecinas, que no es poca cosa. Una rara avis de nuestro cine, que
se hace encantadora a la que aceptas su
juego. Es un drama imposible, una comedia negrísima de manera singular, tiene
unos toquecitos de dulzura mayúscula y un elenco de actices en estado de gracia
para hacernos disfrutar con una película llena de encanto.
Nota: 9
Nota filmaffinity: 7.0
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