martes, 23 de julio de 2019

Jurassic World: El reino caído


Cuando se relanzó la saga de dinosaurios por excelencia, con Jurassic World, me llevé una sorpresa bastante agradable. No es que fuera a ser una gran película, pero se dejaba ver agradablemente. Aunque tenía sus defectos y claramente podía haber estado mucho mejor, sobrepasaba sin dificultad a los últimos engendros surgidos del parque Jurásico y, por lo menos, proporcionaba dos horitas de buen entretenimiento. En ese sentido, habían conseguido captar mi interés para una posible continuación.

Cuando además se anunció que fichaban a J. A. Bayona como director, mi interés creció un poco. Sabiendo que el proyecto estaba en sus manos, me garantizaba al menos que la película no iba a ser una chufla. Puede que el guión que le dieran hiciera aguas por un par de sitios (o mil), pero tenía la seguridad de que tras las cámaras había un buen artesano que conoce su trabajo. Por si fuera poco, pudo traerse a gran parte de su equipo, lo que garantizaba que el director mantendría cierto control sobre el proyecto.

El reino caído nos sitúa poco tiempo después de Jurassic World. El parque se ha ido a tomar viento y los dinosaurios viven en la isla como si de una reserva se tratara. La erupción de un volcán pone en peligro su existencia y un grupo de activistas viajará a la isla para rescatar a tantos bichos como sea posible. Como no todo puede ser tan fácil, pronto quedará claro que los ideales de los que mandan en la organización no tienen precisamente intereses altruistas.

Se hace fácil notar desde un primer momento que hay mucho del director en la puesta en escena del film. Se nota que aprecia las novelas de Chrichton y las primeras propuestas de Spielberg para sacar de allí el encanto original y plasmarlo en una imaginería muy trabajada y característica, en la que la fotografía, los efectos visuales y el sonido se conjugan para el servicio de la película y no al revés. En este sentido, está muy por encima de la película que firmó Colin Trevorrow y resulta especialmente eficaz para el montón de situaciones tétricas y malrolleras que guarda la película. Incluso se autoplagia descaradamente sin que nadie se lo eche en cara. El conjunto da lugar a una especie de película de serie B supervitaminada que me ha hecho mucha gracia, con un sello de autor que permite disfrutar de la experiencia sin esfuerzo.


El principal escollo que tiene la película estriba en el desconcierto que provoca su forzado desarrollo. Mientras que todas las propuestas anteriores respondían al esquema de las películas de aventuras con sus puntos de tensión, El reino caído abraza con ganas el género del terror con un puñado de escenas bien incómodas que te pegan el culo al asiento. Sin embargo, esto se mezcla con un humor chorra que no casa con el tono general, a cargo de personajes cargantes sin apenas personalidad, jalonado de un exceso de tramas y de sinsentidos de guión que da vueltas sin saber bien hacia dónde (la subtrama familiar es TAN innecesaria, ¿cómo que no hemos conocido a este súper-benefactor a lo largo de ninguna de las películas?). Mezclar escenas llenas de acción, tensión y espectacularidad con estupideces tan absurdas no es la mejor de las ideas.

Los actores, bueeeeeeeeno, Chris Pratt tiene la suerte de ser de esos elegidos que se comen la pantalla cada vez que aparecen en ella, bien secundado por una Bryce Dallas Howard que sabe estar a la altura a pesar de lo poco que le ofrece el guión. El resto de personajes varían entre lo soso y lo lamentable, con algunos personajes realmente cargantes (muy merecida la nominación al Razzie para Justine Smith). Entre que el guión da para lo que da y que Bayona no parece molestarse en que actúen bien, pues aquí tenemos un buen defectillo en pantalla.


Los problemas de guión tienen como consecuencia unos baches de ritmo que se hacen bastane desagradables. Cuando Pratt no está al mando, la escena se resiente con ganas, especialmente cuando los chistes idiotas salen a la palestra. Suerte que en su parte final el terror y la tensión salvan la papeleta, porque si no, se podría haber hecho bastante pesada.

Por lo menos, toda la parte de los efectos especiales funciona perfectamente. Bayona recupera los animatronics como base, ayudándose de ordenador cuando conviene y no al revés. Esto se nota en el realismo de los propios dinosaurios, que se ven realistas, como si los hubieran resucitado para la causa. Ésta es una parte vital para que la película funcione y se agradece lo bien que funciona.

Al final, El mundo caído adolece de los mismos defectos que veo últimamente en muchas propuestas modernas. Las cosas que están bien hechas están MUY bien hechas, pero las partes que no han quedado logradas están MUY mal hechas, haciendo mucho daño. Por un lado, goza de ser el mejor “Parque Jurásico” desde la primera. Mantiene una tensión y genera escenas de acción más que notables, con unos efectos especiales de primera que funcionan estupendamente y sabe ser “entretenida”. Por otro lado, la película sufre un elenco actoral no demasiado inspirado, además de padecer de un guión que no sabe muy bien qué tipo de película quiere ser durante dos terceras partes del metraje, lo que se resiente en su visionado.


Así en resumen, cosas buenas:
Muchos dinosaurios y muchos dinosaurios nuevos. Se mueven que dan gusto. Tiempo en pantalla para el dino cabezón. Debates éticos sobre los derechos de los dinos. El brachiosaurio del muelle. Ian Malcolm. Blue. Efectos especiales bien mezclados con la animatrónica. Dirección y tensión.

Cosas malas:
Poco T-Rex. Poco desarrollo de los debates éticos. Poti-poti genético para generar un súper-dino (otra vez). Patillada de guión para hacer aparecer un socio capitalista de vitalisisíma importancia que nadie había nombrado anteriormente. Habíamos visto casi toda la peli en los trainers. Justine Smith. Clonaciones humanas gratuitas.

Bayona hace muy bien su trabajo, con un despliegue visual espectacular y convincente que está varios niveles por encima del guión. Lástima que éste último lastre considerablemente el resultado e impida al film ser más que una propuesta entretenida.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 5.8

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