martes, 4 de diciembre de 2018

Le llaman Bodhi


Conocía Le llaman Bodhi por ser una referencia de las películas de acción de principios de los 90 y por ser una de las pocas películas que firmó Bigelow mientras estuvo casada con James Cameron. Sinceramente, nunca me había acercado a ella (si será por películas a ver…) hasta que hablaron de ella en La Órbita de Endor, que me la vendieron tan bien que decidí echarle un ojo.

La película nos sitúa en las costas de California, donde un grupo de atracadores de bancos lleva años asolando las sucursales del estado. El FBI manda a un joven recluta (Keanu Reeves) para colaborar con la policía, infiltrándose en los ambientes surferos. Allí conoce a Bodhi, un hombre que vive siempre al límite, un auténtico líder natural, que le enseñará un nuevo modo de vivir. Lástima que Bodhi también es el líder de los atracadores…

Le llaman Bodhi puede resumirse fácilmente como un thriller de oficio. De los que se usan como referencia de la que sacar el molde para hacer el resto de las películas del género. Si bien para los cánones actuales se halla un poco falto de ritmo, cada una de las escenas y de los giros de guión están puestos tal como manda el manual (a decir verdad, es al revés). Peca por ello de convencional, sin apenas sorpresas (ha sido imitado mil veces), pero la firmeza de Bigelow en la dirección permite disfrutar igualmente del film y evitar el aburrimiento que sobreviene con las propuestas más repetitivas. Sin ella bajo los mandos, esta película habría caído probablemente en el saco de la anodinia y no sería tan recordada.

La calidad de Bigelow puede verse en el petróleo que consigue sacar de su limitado par de actores, que hacen esta película en el mejor estado de forma de sus vidas. Swayze está perfecto en su papel de gurú surfero perdonavidas y Reeves nunca ha estado mejor como joven atontado atormentado que no sabe qué hacer con su vida. Se debe destacar también la enjundia con que están resueltas las escenas de acción, sorprendentemente realistas, sin acrobacias innecesarias, pero atractivas para el espectador, como el descenso en paracaídas (muy difícil para la época) o la persecución por los jardines de la urbanización, copiada mil veces en propuestas posteriores.

Sin embargo, Le llaman Bodhi es más importante por ser una auténtica película generacional. Marcó hasta el fondo del alma todos aquellos que la vieron siendo adolescentes a principios de los noventa, pues su nihilismo surfista se conjugaba a la perfección con el amor por el riesgo y la necesidad que se vivía en el ambiente de sentir todas las emociones posibles. Basta con que le preguntes a un puñado de personas de la edad adecuada y te encontrarás con legiones de seguidores incondicionales. Por otro lado, al ser una película generacional, si le preguntas a cualquiera de otra edad, la respuesta será mucho menos entusiasta, pues se identificará mucho menos con la forma de pensar y, menos fascinado, sólo verá un sólido thriller sin tampoco nada especialmente destacable.

A fin de cuentas, es lo que es, un interesante thriller de la “generación MTV” con el que pasar buenos 100 minutos, llenos de surf, chicos y chicas monas, playas paradisíacas, polis corriendo épicamente y un par de tiroteos. Una referencia en el género, aunque el tiempo no le haya dejado ser más brillante.

Nota : 6
Nota filmaffinity: 6.2

PD: Me gustaría saber cómo de “Point Break” se llega a “Le llaman Bodhi”. Por una vez, me quedo con la versión española, imbuyendo del misticismo que merece al personaje.

2 comentarios:

  1. Pe-li-li-cu-lón.
    Soy de ese grupo de gente que la vio con 18-20 años y flipó en colores y se le ha quedado la pelúcula como un referente para toda la vida.
    Y me aguanta bien cuartos, quintos y hasta sextos visionados.
    Para mi, su mayor logro, fue darle a Patrick un papelón como pocos ha hecho en su vida, ya que considero que fue un gran actor con múltiples virtudes al que el tipo de papeles que le cayeron no le favorecieron nada, más bien al contrario, a su carrera.
    Igual me la vuelvo a ver este finde...
    Besos!!!

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    1. Swayze hizo tan pocas películas que le exigieran algo más que ser una cara bonita que es dificil quedarse si era actor o modelo reconvertido. Aquí Bigelow le saca un partido que pocos esperarían :)

      Ya dirás que tal el séptimo u octavo visionado. Si es de tu generación, toca la patata cosa mala ^^

      Mt

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