El
guardián invisible forma parte de uno de los fenómenos literarios españoles de
los últimos años. La saga del Baztán es una serie de novelas de asesinatos
ambientadas en una comarca asturiana de lluvias eternas y secretos
inconfesables. Como viene siendo sana
costumbre últimamente, los best-seller patrios
tienen tendencia a recibir adaptaciones al cine, como es este caso.
Así
pues, en esta zona rural de Asturias se vienen produciendo una serie de
brutales asesinatos de adolescentes que traen de cabeza a la torturada
comisario de Policía. A medida que avanza la investigación, descubrirá que su
actuación guarda imbricadas ramificaciones con los secretos de su familia,
terrenos en los que no quiere adentrarse…
Un
variado elenco (Marta Etura, Elvira Mínguez, Francesc Orella…) dan vida
acertadamente a unos personajes que sólo habíamos recreado en nuestra
imaginación. En gran parte, podemos considerar al casting como certero, con
actuaciones muy correctas por parte de todos, sin llegar a deslumbrar en ningún
momento.
El
detalle que incomoda más es la permanente lluvia que azota toda la película, lo
que provoca una sensación de asfixia, de atmósfera opresiva en la que parece
que todos guardan turbios secretos y se hace imposible no desconfiar del
prójimo. Tal como ocurre en Seven o Blade Runner, la lluvia se convierte en
un personaje más de la trama, borrando y desfigurando las formas del valle y
sus habitantes, tiñendo cada escena de un ominoso tono azul muy extraño, pero
que se complementa muy bien con la espléndida fotografía, plagada de magníficos
exteriores.
Todos
aquellos que se hayan leído el libro podrán comprobar que se deja demasiadas
cosas, además de retocar otras tantas. El resultado es una historia noir muy
castiza que avanza muy a trompicones, realizando un esfuerzo tan grande para
que TODOS parezcan sospechosos que no se profundiza lo más mínimo en el
universo del Baztán, ni en el pasado de los personajes más allá de lo
imprescindible (sabemos que algo ocurrió en EEUU. ¿Qué?). Los diálogos,
pensados para aumentar la intriga, no contribuyen a hacer más agradable la
experiencia, con momentos que rozan (o no) involuntariamente el absurdo. El
visionado deja la sensación de que hay
mucho más de lo que se ve en pantalla a pesar de sus 130 minutos que se antojan
excesivos.
Sin embargo, guarda una resolución satisfactoria a la que se llega de manera lógica, cosa de agradecer en una propuesta de este tipo. Además, se guarda unas cuantas escenas de obvia pulcritud y buen hacer, como por ejemplo una inusual pelea de hombre contra mujer en que ambos se arrean con gusto (sin acrobacias mágicas), coreografiada con un realismo muy logrado, en el que cada golpe se llega a sentir.
Me
congratula poder disfrutar del puñado de thrillers de oficio y otras películas
de género que la industria española está sacando últimamente. El guardián invisible es otro ejemplo
más de que se pueden hacer adaptaciones literarias que no sean bazofias, con el
consiguiente beneficio en las taquillas y la relativa satisfacción de los fans.
Al
final, el conjunto que queda es una propuesta muy correcta, sin alardes
inútiles pero tampoco errores de bulto. Deja la sensación de que hay mucho más
detrás, pero cumple correctamente como adaptación, funcionando incluso con
quién no ha leído los libros (que seguro correrá a agenciarse tras el
visionado).
Nota:
6
Nota
filmaffinity: 5.7
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