Vuelvo hacia atrás. Antes de la meritoria pero irregular Sicario, continuo con la película previa
de Denis Villeneuve. Mi acercamiento a Prisioneros
es similar al que tuve con Sicario. Me
sonaba, recordaba su fama de notable, pero la verdad es que desconocía todo
sobre ella.
El director canadiense viene de saltar a la fama con Incendios
y ha llamado la atención de Jack Gyllenhall, lo que le
permite desembarcar en Hollywood y gozar de unos medios bastante más notables
(aunque siguen siendo modestos para las escalas de la industria).
En
Prisioneros, Villeneuve reflexiona
sobre el hecho de ser padre y tu vínculo para con tus pequeños. Tras unas
bucólicas escenas en las que dos familias disfrutan de una idílica fiesta, las
dos pequeñas que iluminan la vida del hogar desaparecen. Los primeros momentos
de desconcierto llevan a una terrible verdad: Han sido secuestradas por un
pervertido que les va a hacer mil cosas
malas. ¿Cómo reaccionar ante ello?
Villeneuve no va a limitarse a plasmar un simple punto de
vista sobre una situación tan tremebunda: Para demostrar lo bueno que es,
disecciona con afilado bisturí a dos familias destrozadas, plantea todas las
posibles reacciones que se producen ante la imposibilidad de cobrar venganza,
presenta la desesperada investigación del caso a manos de un descreído policía
en busca de redención y aprovecha para diseccionar de donde viene el origen del
horror, todo ello condensado en una película de una arquitectura complejísima,
con moles de matices de los que uno no sabe por dónde va a salir.
Nos hayamos también ante la mejor actuación que le he
visto jamás a Hugh Jackman. Su papel de padre escéptico ante las autoridades,
desesperado ante la falta de progreso y decidido a llegar hasta el final por
sus propios medios es impagable. De la misma manera, hay que destacar al
descarriado inspector encarnado por Jack Gyllenhall, el único que intenta
mantener la cabeza fría en una situación dónde se hace imposible pensar.
También destacaría el reducido pero impactante papel de Viola Davis, que nos
encoge el corazón cuando se enfrenta al asesino de sus hijas con una mezcla de
rabia, piedad, repugnancia y lástima en una escena que se hace imposible de
predecir. Simplemente alucinante (A la que repasa un poco su carrera, vaya
puñado de papelones que nos ha brindado esta estupenda actriz, culminada con el
Oscar que ha recibido este año por Fences (R)).
Curiosamente, ya van tres películas en que se repiten
unos patrones similares con el trabajo actoral: Papeles femeninos
brillantísimos, muy protagonistas y alejados de los tópicos más manidos,
personajes confundidos por todo el metraje, complejos y decididamente humanos
y, finalmente, la sensación de que cada actor participante está realizando
(casi) el trabajo de su vida en cada película de Villeneuve. Eso es dirigir
bien a las estrellas.
Y otra vez, se debe destacar una atmósfera asfixiante,
que nos pega al asiento y sirve de ejemplo a cómo se debe construir la tensión.
En Prisioneros se realiza un impecable trabajo de fotografía imbuyendo de
malignidad lo que sería un pueblo anodino y corriente. Villeneuve provoca una
sensación de inquietud que te acompaña durante todo el metraje, haciendo que
cada escena tenga un aire sombrío, turbador, en la que puede no pasar nada,
pero que deja la sensación de que en cualquier momento se va a producir la
tragedia máxima. En ese sentido, me recuerda a películas como Zodiac
o Mystic River, en las que cada gesto
cobra trascendencia y captura sin remedio la atención del espectador.
Las
dos horas de este asfixiante thriller pasan en un difícil suspiro que te
mantiene con un nudo en la garganta incluso tiempo después de que haya
terminado. Su complejidad tiene lugar para la sorpresa, el asco, la compasión,
la esperanza y la desesperación, con mil historias imbricadas de un modo
magistral, perfectamente dispuestas para dejarte reflexionando sobre lo que has
vivido una vez apagas la pantalla.
¿En
qué consiste ser prisionero? ¿Acaso estas familias pueden mantener algún tipo
ilusión por vivir una vez se les arrebata lo que más quieren? ¿Cuánto horror es
capaz de soportar el ser humano antes de perder la fe en la humanidad? ¿Es el
secuestrador también un prisionero de sus propios desvaríos? Son reflexiones
con las que Villeneuve te bombardea mientras te mantiene el corazón en un puño,
especialmente sangrante mientras (SPOILER) una de las niñas es liberada y, por
tanto, una de las familias deja de sufrir pero la otra padece doblemente (FIN DEL
SPOILER).
Es, sin embargo, una película muy exigente para con el
espectador, del que requiere una atención plena para no perder ningún detalle y
una tolerancia a las tramas de dificil digestión que no todos poseen. Cine de
primerísima calidad que te deja reflexionando sobre las miserias humanas y
permite debatir qué haríamos nosotros en la misma situación (espero que nunca
me toque), sin por ello dejar de ser un “simple” thriller ni aspirar a ser nada
más que ello.
Nota: 9
Nota filmaffiiny: 7.6
No hay comentarios:
Publicar un comentario